LIAHONA 1989-01.pdf - Cumorah.org
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22<br />
boletín del sacerdocio:<br />
"Se aconseja que, de ahora en<br />
adelante, todos los funerales que se<br />
efectúen bajo la dirección de los<br />
oficiales de la Iglesia sigan el modelo<br />
general de la reunión sacramental<br />
respecto a la música, los discursos y<br />
las oraciones. Se debe utilizar la<br />
música al principio del servicio, antes<br />
de la primera oración, y quizás<br />
también después de ésta, igual que se<br />
emplea en nuestras reuniones de los<br />
domingos. El final del funeral debe<br />
ser también según nuestra costumbre<br />
de tener un número musical<br />
inmediatamente antes de la última<br />
oración. Donde sea posible, se puede<br />
emplear un coro para el programa<br />
musical. Con respecto a los discursos,<br />
debe tenerse en cuenta que los"<br />
servicios funerales proveen una<br />
excelente oportunidad de enseñar las<br />
doctrinas básicas de la Iglesia de una<br />
manera positiva... El seguir estas<br />
indicaciones hará que nuestros<br />
servicios estén de acuerdo con el<br />
modelo establecido y evitará<br />
costumbres que son muy comunes en<br />
otros medios." (Priesthood Bulletin,<br />
abril de 1972.)<br />
El obispo siempre debe demostrar<br />
cariñoso respeto por los familiares del<br />
que ha fallecido y, siempre que los<br />
deseos de éstos estén de acuerdo con<br />
las normas, debe tratar de<br />
complacerlos. A veces un familiar<br />
sugiere y hasta insiste en que se haga<br />
una innovación en el servicio<br />
funerario en consideración a la<br />
familia. El obispo puede acceder a la<br />
solicitud, dentro de lo razonable. Sin<br />
embargo, hay límites en lo que se<br />
puede hacer sin alterar la<br />
espiritualidad y menoscabar la<br />
dignidad del servicio. Además,<br />
debemos recordar que los presentes<br />
pueden pensar que esa innovación es<br />
norma común y emplearla en otros<br />
funerales; así, a menos que seamos<br />
prudentes, una innovación que se ha<br />
permitido una vez, en consideración a<br />
una familia en un funeral, puede<br />
contemplarse como norma aceptada<br />
para todos.<br />
A veces el empresario fúnebre, con<br />
el deseo de servir a la familia y<br />
desconociendo las doctrinas y normas<br />
de la Iglesia, puede cambiar el<br />
servicio funerario. Los obispos deben<br />
recordar que cuando se efectúa un<br />
funeral bajo la dirección del<br />
sacerdocio, éste debe conformarse a<br />
las instrucciones que la Iglesia ha<br />
dado. En estos asuntos, debemos<br />
considerar al obispo como autoridad<br />
presidente, y no a la familia o al<br />
empresario fúnebre.<br />
En los últimos años se ha notado<br />
una tendencia a apartarse del modelo<br />
establecido para funerales. En<br />
algunos, se mantiene abierto el ataúd<br />
para que los miembros pasen a su<br />
lado a la conclusión de los servicios.<br />
Y, en el momento de cerrar el ataúd o<br />
de la dedicación de la tumba en el<br />
cementerio, en lugar de la sencilla<br />
oración familiar, se han agregado<br />
discursos y hasta números musicales.<br />
No me refiero a ciertos servicios<br />
especiales que a veces se efectúan en<br />
el cementerio en lugar de un funeral,<br />
sino a las alteraciones en la manera<br />
sencilla de llevarlo a cabo.<br />
Cuando los miembros de la familia<br />
u otras personas sugieran cambios que<br />
estén en notorio desacuerdo con lo<br />
establecido, el obispo debe<br />
persuadirlos con calma a seguir el<br />
modelo de costumbre. Este no es<br />
rígido, sino que tiene la flexibilidad<br />
necesaria para que todo funeral sea<br />
apropiado para la persona fallecida.<br />
Discursos de los familiares<br />
Parece que la gente esperara que<br />
los familiares más cercanos del<br />
muerto hablaran en un funeral.<br />
Aunque esto no es indebido, no debe<br />
considerarse un requisito.<br />
Generalmente, se pide a los miembros<br />
de la familia que ofrezcan la oración<br />
familiar y dediquen el sepulcro.<br />
Pero si hablan, y repito, no es un<br />
requisito en un funeral, tienen la<br />
misma obligación de hacerlo con<br />
reverencia y enseñar los principios del<br />
evangelio.<br />
A veces, los familiares hablan de<br />
cosas que serían apropiadas en una<br />
reunión de familia o una ocasión<br />
festiva, pero no en una reunión<br />
solemne y sagrada. A pesar de no ser<br />
de mal gusto algún toque de buen<br />
humor, debe hacerse en forma muy<br />
prudente. Siempre se debe tener en<br />
http://bibliotecasud.blogspot.com<br />
cuenta que un funeral debe<br />
caracterizarse por su espiritualidad y<br />
reverencia.<br />
Hay una declaración en las<br />
instrucciones que se refiere a otras<br />
reuniones, aparte del funeral mismo.<br />
La citaré:<br />
"El obispo.. . debe procurar que<br />
los miembros mantengan un espíritu<br />
de reverencia, dignidad y solemnidad<br />
en los servicios relacionados con los<br />
funerales." (Manual General de<br />
Instrucciones, octubre de 1985,<br />
sección 2, página 7; cursiva<br />
agregada.)<br />
Lo anterior se debe tener en cuenta<br />
si se lleva a cabo un velorio, pero éste<br />
no es obligatorio.<br />
Para los funerales, generalmente<br />
llegan familiares y amigos de otros<br />
lugares; existe la tendencia a<br />
saludarse con regocijo y,<br />
lamentablemente, a veces con mucho<br />
bullicio; algunos se quedan largo<br />
tiempo hablando con los deudos sin<br />
tener en cuenta que hay otros que<br />
esperan para saludarlos. Tanto la falta<br />
de reverencia como las demoras<br />
indican una carencia de cortesía que<br />
va en detrimento de la espiritualidad<br />
de la ocasión.<br />
Las conversaciones entre amigos<br />
deben realizarse fuera de la sala<br />
donde se encuentran los dolientes. Es<br />
preciso que los líderes locales nos<br />
aconsejen cortésmente al respecto; por<br />
cierto que no queremos que se piense<br />
que somos una gente irrespetuosa.<br />
Sea que el funeral se lleve a cabo<br />
en una capilla, una empresa fúnebre o<br />
en otro lugar, se debe establecer ese<br />
espíritu de reverencia.<br />
Debemos también tener respeto por<br />
los sentimientos de los dolientes.<br />
En el momento de la muerte nos<br />
encontramos cerca, muy cerca, del<br />
mundo de los espíritus. Surgen<br />
sentimientos especiales, que son<br />
realmente comunicaciones espirituales<br />
y que pueden perderse si no existe allí<br />
un espíritu de reverencia.<br />
En esos momentos de dolor y<br />
despedida se puede sentir esa<br />
"paz... que sobrepasa todo<br />
entendimiento" (Filipenses 4:7) y que<br />
las Escrituras prometen. Esta es una<br />
experiencia muy íntima. Muchas<br />
personas se maravillan de sentir esa