LIAHONA 1989-01.pdf - Cumorah.org
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claramente a todas las personas como<br />
a nuestros hermanos y hermanas,<br />
hijos de nuestro Padre Celestial.<br />
Quizás así más de nosotros lleguemos<br />
a imitar este ejemplo.<br />
Hace años, mientras caminaba con<br />
su padre por la calle principal de Salt<br />
Lake, el,élder LeGrand Richards, que<br />
en ese entonces era el Obispo<br />
Presidente de la Iglesia, tocaba el ala<br />
de su sombrero y saludaba a todas las<br />
personas con quienes se cruzaba. Al<br />
llegar a su destino, el presidente<br />
Ge<strong>org</strong>e F. Richards, que era el<br />
Presidente del Consejo de los Doce,<br />
le preguntó: "Hijo, ¿conoces a todas<br />
esas personas?" El obispo Richards<br />
respondió: "Sí, papá. Sólo que no sé<br />
sus nombres?"<br />
Durante su ministerio terrenal,<br />
Jesús hizo esta pregunta: "Porque si<br />
amáis a los que os aman, ¿qué<br />
recompensa tendréis? ¿No hacen<br />
también lo mismo los publícanos?"<br />
(Mateo 5:46.) Esta enseñanza es muy<br />
clara; debemos extender nuestro amor<br />
más allá del núcleo familiar, de los<br />
amigos y miembros de la Iglesia.<br />
Debemos abrir nuestro corazón a<br />
todos.<br />
Podemos dar el amor de Cristo por<br />
medio de pequeños actos. Por<br />
ejemplo, la calidez de una sonrisa al<br />
saludar puede hacer mucho en las<br />
relaciones entre vecinos. Jesús hizo<br />
otra pregunta: "Y si saludáis a<br />
vuestros hermanos solamente, ¿qué<br />
hacéis de más? ¿No hacen así también<br />
los gentiles?" (Mateo 5:47.)<br />
Hace unos años, un amigo mío<br />
estaba trabajando una mañana en el<br />
techo de su casa. Al mirar hacia<br />
abajo, vio un camión de cemento que<br />
estaba entregando su pesada carga en<br />
la casa de un vecino que no era<br />
miembro de la Iglesia. Se dio cuenta<br />
de que su vecino necesitaba ayuda y,<br />
sin que se le pidiera, mi amigo bajó<br />
del techo, buscó sus herramientas<br />
para trabajar en el cemento y fue a<br />
ayudar al vecino. Con su habilidad y<br />
experiencia, la ayuda que brindó fue<br />
muy apreciada. Aunque ese vecino<br />
había dicho que no le gustaban los<br />
miembros de la Iglesia, al final del día<br />
mostró un genuino aprecio por mi<br />
amigo. Ese fue el comienzo de una<br />
larga y fuerte amistad.<br />
Jesús nos dio un nuevo<br />
mandamiento y dijo que sería la<br />
característica de sus discípulos:<br />
"Un mandamiento nuevo os doy:<br />
Que os améis unos a otros; como yo<br />
os he amado, que también os améis<br />
unos a otros.<br />
"En esto conocerán todos que sois<br />
mis discípulos, si tuviereis amor los<br />
unos con los otros." (Juan 13:34—35.)<br />
Como discípulos de Cristo,<br />
necesitamos sentir un amor genuino<br />
por los demás. Al hacerlo, nuestra<br />
vida recibirá nueva luz. Este amor es<br />
esencial en la obra misional, mas<br />
nunca debemos tratar a nuestros<br />
vecinos solamente como futuros<br />
conversos. Hemos tenido la triste<br />
experiencia de ver a miembros de la<br />
Iglesia que intentaron convertir a sus<br />
vecinos y amigos, y, cuando éstos no<br />
aceptaron, les retiraron su mano como<br />
amigos y vecinos. No debemos estar<br />
tan ansiosos de dar a conocer el<br />
http://bibliotecasud.blogspot.com<br />
evangelio al punto de volvernos<br />
insensibles a los sentimientos de los<br />
demás.<br />
Os exhorto a desarrollar buenas<br />
amistades personales con vuestros<br />
vecinos y conocidos. El interés en el<br />
evangelio puede venir más tarde como<br />
una extensión natural de buena<br />
amistad. Las invitaciones a participar<br />
en las actividades relacionadas con el<br />
evangelio a menudo fortalecerán la<br />
amistad con los conocidos. Si no<br />
están interesados en el evangelio,<br />
debemos demostrar un amor<br />
incondicional por medio de actos de<br />
servicio y bondad, y nunca darles a<br />
entender que les vemos como futuros<br />
conversos. Los miembros deben<br />
comprender que si una persona que no<br />
es miembro de la Iglesia declina la<br />
invitación a investigar el evangelio,<br />
no está necesariamente rechazando el<br />
evangelio.<br />
Aferrémonos al consejo del apóstol<br />
Pablo de no ser "más extranjeros ni<br />
advenedizos, sino conciudadanos de<br />
los santos y miembros de la familia de<br />
Dios" (Efesios2:19).<br />
A pesar de las bien publicadas<br />
críticas, creo que los miembros de la<br />
Iglesia desean ser buenos amigos y<br />
vecinos por doquiera que vivan, pero<br />
algunos son tímidos y quizás<br />
demasiado cautos, lo cual les hace<br />
parecer que sólo desean asociarse con<br />
otros miembros. No debemos reservar<br />
nuestra bondad y afecto sólo para los<br />
miembros de la Iglesia; debemos ser<br />
sensitivos, sin olvidar los sentimientos<br />
de las personas que tienen distintos<br />
puntos de vista que nosotros. Al<br />
considerar la historia de la Iglesia en<br />
los primeros años de esta<br />
dispensación, los miembros de la<br />
Iglesia deberíamos aborrecer la<br />
indiferencia y la falta de bondad entre<br />
las personas.<br />
Os doy mi testimonio de que Dios<br />
no hace acepción de personas y que<br />
debemos seguir su ejemplo en nuestra<br />
asociación con nuestros semejantes.<br />
Os testifico que Jesucristo es el Hijo<br />
de Dios, el Salvador de toda la<br />
humanidad. El ama a todos los<br />
hombres y espera que todos hagamos<br />
lo mismo. Es mi humilde oración que<br />
así sea, en el nombre de Jesucristo.<br />
Amén. •