REFLEXIONES
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ITAKA - ESCOLAPIOS www.marianistas.org REFLEXIÓN<br />
-no lo creo, pero me lo parece-,<br />
a ti te deja impasible.<br />
Tuviste mis años. Recuérdate.<br />
Dímelo con audacia y con belleza.<br />
Invocas ser realista para callarte.<br />
Es al revés. Bien sabes que es lo contrario.<br />
No acabas de enterarte.<br />
El Evangelio me conmueve.<br />
Dímelo. No me lo tapes.<br />
Háblame de la vida, por favor. Es lo que espero.<br />
Y, hasta ahora, te lo has callado.<br />
En el mejor de los casos,<br />
sólo indirectas, alusiones y<br />
cobardías es lo que te atreves a decirme.<br />
Y no me hables de lo importante<br />
sin que te importe.<br />
Al dirigirte a mí, hazlo creyendo<br />
(como crees de hecho) en lo que dices.<br />
Necesito verte, oírte,<br />
sentirte jugándote el tipo al expresarte.<br />
Séme sincero.<br />
Quiero palpar con los oídos que te la juegas,<br />
que te vas asustando mientras me hablas,<br />
que tiemblas y que vibras.<br />
Cálzate de razones bien pensadas.<br />
Y dímelas con temores,<br />
porque te arriesgas a comunicarlo todo.<br />
Tengo que verte respetándome tanto<br />
que se note un pensamiento responsable<br />
y con alma.<br />
Que se te aprecie el corazón.<br />
Sé capaz de emoción<br />
no menos que de inteligencia.<br />
Nunca me hables como profesional<br />
sino como un hombre<br />
que ha vivido y que lo vive.<br />
Dime cosas y no palabras. Dime tu palabra.<br />
Lo que nadie y ningún libro<br />
puede decir sino tú sólo.<br />
No me hables "en público".<br />
Cuéntame tus errores también.<br />
Pregúntame y consigue que yo me pregunte<br />
lo que evito preguntarme.<br />
Cítame en terrenos peligrosos.<br />
Inquiétame hasta llegar a arrinconarme<br />
y obligarme a la rebelión<br />
y descubrir mi miedo a ser libre.<br />
No me cuentes cuentos.<br />
Eso, jamás. Dime verdades.<br />
Como te sea posible, pero afirma algo.<br />
Lo que te duela.<br />
Para que me duela y me pasme<br />
de lo hermoso y difícil que es vivir.<br />
Voy a mirarte. Mírame.<br />
Vas a decirme<br />
y debes perseguir el idioma de mis ojos.<br />
Si los sigues, verás cómo reacciono.<br />
Te escucho.<br />
Incluso, te escucho demasiado.<br />
A ver cómo lo haces.<br />
Estoy enfrente tuyo como la buena tierra.<br />
Tú verás.<br />
¿Será posible que hayas olvidado tantas cosas?<br />
34. CENTRADOS<br />
Enrique Iniesta<br />
Para que una rueda gire en redondo no basta<br />
con que sea perfectamente circular; hace falta,<br />
además, que esté bien centrada.<br />
Un equipo evangélico, un grupo cristiano, una<br />
comunidad, no giran más que centrados en<br />
Jesucristo. La pobreza, el sacrificio, incluso la<br />
misma evangelización, practicadas demasiado<br />
de prisa engendran cristianos descentrados.<br />
Y aún más si en vez de una modesta bicicleta<br />
se trata de motores de 10 ó 20.000 revoluciones.<br />
¿Qué es estar centrado en Jesucristo? Que “por<br />
Él, con Él y en Él todo honor y toda gloria” sea la<br />
referencia y el parámetro de cualquier acción.<br />
“Hijitos míos, desconfiad de los ídolos”.<br />
Jacques Loew. “Fábulas y parábolas”, p. 24<br />
35. CLAMOR DE LOS SIN VOZ<br />
Quienes viven donde millones de criaturas se<br />
encuentran sometidas a condiciones, viéndose<br />
prácticamente reducidas a esclavitud, deberán<br />
estar muy sordos para no escuchar el clamor de<br />
los oprimidos. Y el clamor de los oprimidos es la<br />
voz de Dios.<br />
Todo aquel que resida en los países ricos, donde<br />
desde siempre y todavía siguen pululando<br />
aquí y allá una zonas grises de subdesarrollo y<br />
de miseria, le bastará con que sepa escuchar un<br />
poco, para ensordecerse con el clamor de los<br />
sin voz y de los sin esperanza. Y el clamor de<br />
los sin voz y sin esperanza es la voz de Dios.<br />
Quien haya caído, por fin, en la cuenta de las<br />
muchísimas injusticias, consecuencia de la tan<br />
desigual repartición de las riquezas, deberá<br />
tener un corazón de piedra para no captar la<br />
propuesta silenciosa o violenta, no hace al caso,<br />
de los pobres. Y la propuesta de los pobres es<br />
la voz de Dios.<br />
Helder Cámara<br />
36. COMUNIDAD<br />
No olvidemos los radios y la llanta. ¿Qué son los<br />
radios? Cada uno de nosotros. Sólidamente<br />
unidos en el centro, partimos de ese centro<br />
común del que vamos divergiendo. Ésa es nuestra<br />
naturaleza y nuestra riqueza.<br />
Pero somos inútiles hasta que la llanta viene a<br />
unir nuestras diferencias y a ensamblarnos.<br />
La llanta indispensable y de la que huimos a<br />
menudo es la comunidad, la Iglesia.<br />
Jacques Loew. “Fábulas y parábolas”, p. 26<br />
37. COMUNIDAD ES...<br />
Una comunidad es<br />
un grupo de personas que rezan juntas,<br />
pero que también hablan juntas;<br />
que ríen en común e intercambian favores;<br />
Textos para orar y reflexionar 11