desarrollo - Covide-Amve

vocación-misión
testimonios
ñas, caminos de tierra roja, lejos del mundanal ruido...al cabo de tres meses se acabó la lindeza y me
vine abajo agobiada por una terrible soledad. La Eucaristía fué mi fuerza. Teníamos Misa cada dos
semanas, pero Él estaba ahí, en el Sagrario, y se hacía sentir.. Luego enviaron dos Hermanas españolas
y trabajamos lindo con las jóvenes del campo.
Hace doce años me propusieron vivir y trabajar con los guaraníes (los de la película de la Misión. No
lo pensé dos veces (hoy lo pensaría cinco por lo menos). Era mi sueño como misionera pero supuso
un montón de cosas: otra cultura que incluye otra lengua y otra religión, otros valores, otra forma de
enfocar la vida que pide diariamente desestructurar mis esquemas mentales, apreciar lo que su riqueza
cultural contiene, admirarme de lo que voy descubriendo, y darme cuenta que cuanto más me adentro
más me falta.
¿Que ha aportado a mi vida la Misión?
- En Santo Domingo: viendo los tremendo problemas de la gente, aprendí a desdramatizar situaciones.
- En Tobuna: con la sencillez de los campesinos: simplificar la fe y la forma de vida.
- En la Aldea Perutí: el respeto a lo diferente, la admiración por lo que el otro piensa y cree que me
ayuda a enriquecer mis propios valores y mi vida espiritual (acogida, solidaridad, forma de resolver los
problemas comunitarios, capacidad de perdón, confianza en la Providencia, la cosmovisión...)
Sor Ana María Reviejo
Misionera en Argentina
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