desarrollo - Covide-Amve

80
vocación-misión
testimonios
cuanto más me doy
a los demás,
más encuentro a Dios
Un saludo cordial a todos. Desde la dirección de la revista Vocación-Misión, se me ha pedido
que dé mi testimonio vocacional y la verdad esta invitación me hace repensar todo lo
vivido hasta el momento presente de mi vida.
Yo soy de pueblo (Chiva - Valencia). Y me crié y viví en mi pueblo hasta los 30 años que
di el paso para entrar en el Seminario de los Misioneros Paúles de Barcelona.
Crecí en un ambiente familiar muy bueno y cristiano. No me faltó nunca nada, no es que
le sobrara a mi familia pero lo básico lo tuve en abundancia; el amor de mis padres, mis
abuelos, toda mi familia; el amor y la educación recibida de parte de las Hijas de la
Caridad, que me enseñaron a leer y a escribir, a ser educado, a valorar las cosas usando
la razón y el corazón. Incluso me enseñaron a hacerme la cama, eso fue en Carabanchel
Alto, porque aquí donde me veis yo entré a los 15 años para ser militar y ya veis cómo
cambia la vida y cómo actúa la Providencia del Señor, porque así lo creo cada día más.
No me arrepiento del cambio en absoluto.
Durante toda mi adolescencia y juventud estuve participando eclesialmente en mi
Parroquia de Chiva (San Juan Bautista) y en todo ese tiempo participé en Catequesis, animación
litúrgica, Cáritas Parroquial, y por fin conocí a la Asociación de JMV, de la mano
de sor Teresa Cerezo, entre otras.
He de decir también que no todo el tiempo estuve metido en la Iglesia y rezando, también,
como todo joven, tuve mis aventuras y mis experiencias de vida afectiva y emocional
como cualquier joven de esta parte del mundo.
A principios de los 80 me apunté al Sínodo Diocesano que en esos momentos tenía lugar
en la Diócesis de Valencia, y de ahí di el salto a JMV y es desde esta Asociación por la que
he llegado a donde estoy y a lo que soy, Misionero Paúl.
En toda mi vida ha habido una constante clara, que a veces me ha complicado la existencia,
y es que en la medida que yo me entregaba a los demás, más me encontraba con
Dios y más surgía en mi la inquietud de ser algo más que un cristiano de base, y me lancé
a la maravillosa y loca aventura de seguir a Jesucristo al estilo de Vicente de paúl. y aquí
me tenéis siendo Sacerdote de la Misión.