El altiplano

a la población andina obtener ciclos reproductivos
con un mínimo de satisfacción
de las necesidades alimenticias básicas
y un manejo relativamente sostenible
de los recursos naturales.
La sobreexplotación del uso del suelo tiene
como resultado indefectible la caída de
los rendimientos agrícolas. Para enfrentar
esta situación, los productores incorporan
en mayor medida insumos químicos,
tractores y semillas mejoradas que requieren
capital. La compra de semillas en
las ferias y en las casas importadoras es
más frecuente, lo mismo que el uso de
fertilizantes químicos, como la úrea y diferentes
combinaciones de nitrógeno,
fósforo y potasio 12 .
El estudio de Urioste et. al. (2007) sostiene
que la incorporación de tecnología en la
agricultura altiplánica puede ser resultado
de la creciente presión demográfi ca, del
uso intensivo del suelo, de la disminución
de los nutrientes de la tierra y del envejecimiento
de la población 13 . La tecnología
moderna es usada para compensar los
rendimientos decrecientes del suelo, la
menor tierra disponible o la inexistencia
de tierra nueva para distribuir.
En lo que se refi ere a la contaminación, en
la región altiplánica hay evidencias de
impactos muy negativos y amenazas potenciales
sobre los recursos naturales y la
población. Los ríos que atraviesan la ciudad
de La Paz reciben descargas de desechos
domésticos e industriales y la ruptura
de oleoductos o accidentes en
plantas petroleras son situaciones latentes
de peligro. El primer caso documentado
fue el derrame accidental de petróleo
en el lago Poopó, a la altura del río
Desaguadero, el 30 de enero de 2000,
por la ruptura del oleoducto Santa Cruz-
Sica Sica-Arica mantenido por la empresa
Transredes. El derrame causó un impacto
moderado en la fl ora y fauna de la
cuenca del río Desaguadero y el lago Poopó,
pero sus impactos fueron signifi cativos
para la agricultura con incidencia
en el medio económico y cultural 14 .
La actividad minera tiene un impacto negativo
en el medio ambiente que afecta el
bienestar de las comunidades de las áreas
cercanas a las operaciones mineras. Este
impacto se incrementa cuando se vierten
desechos mineros (sólidos o líquidos) en
los cursos de ríos sin un tratamiento previo.
La magnitud y el tipo de contaminación
están relacionados con la escala de
producción, el tipo de tecnología empleada,
el origen del capital, la capacidad de
cumplimiento de las normas ambientales
del operador minero y el carácter coercitivo
con que el Estado aplica y hace cumplir
dichas normas 15 .
Históricamente, como muestra Jordán
(2008), en las tierras altas la minería ha
sido ajena a las actividades tradicionales
como la agricultura. La realización intensiva
de la actividad minera ha generado, por
tanto, un fuerte impacto socioeconómico y
cultural, cambiando las prioridades del uso
del territorio y el empleo. La minería introdujo
nuevas formas de organización del
trabajo, valores y patrones culturales y
coadyuvó a un proceso de cambio y sustitución
de hábitos y formas de vida.
En el altiplano, la minería ha competido con
las actividades tradicionales por el uso de
los recursos más escasos, como el agua y
los recursos forestales, de por sí escasos
en esta área. La minería ha provocado
transformaciones en el paisaje, que son
mayores en función al tipo de tecnología
más intensivo en uso de capital. Asimismo,
compitió con el uso de la mano de
obra, dada su escasez permanente por la
vocación agrícola de la población en los
siglos XIX y XX, habida cuenta la consolidación
de relaciones de servidumbre hasta
1952 y de las relaciones de producción
12 Urioste M. et. al., 2007, op.cit.
13 Ibíd.
14 Montoya, et. al. (2002), “Efectos ambientales y socioeconómicos por el derrame de petróleo en el río Desaguadero”, PIEB,
La Paz.
15 Jordán R., 2008, “Confl icto en minería: naturaleza, alcance e impacto sobre la sociedad, la economía y la industria (1980-2006)”,
documento de trabajo Informe Temático sobre Desarrollo Humano 2008, “La otra frontera”, PNUD, La Paz.
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INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA