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EL AV-8 Harrier de la Armada se muestra
desafiante clavado en el aire a poco más
de 20 metros sobre el suelo. Frente a él, a
una distancia de apenas 50 metros, una
multitud observa, impávida, su inmóvil
majestuosidad. Tras unos minutos, el
Harrier decide abandonar su posición
estática y elevarse en el cielo. En un
instante el horizonte se traga el caza de la
Armada rumbo a su planeta. El pasado
31 de mayo, en la base aérea de Zaragoza
su horizonte cercano también succionó
otros aviones de combate como los
F-18, Mirage F-1 y Eurofighter EF-2000 y
de instrucción C-101 ante la mirada atenta
de algo más de 30.000 personas que
respondieron a la convocatoria de la
Jornada de Puertas Abiertas organizada
por el Ejército del Aire.
Una semana antes, entre el 23 y el 29
de mayo, cerca de 90.000 aragoneses
visitaron una gran exposición estática
sobre las Fuerzas Armadas instalada en
el parque Grande de Zaragoza. La lluvia
no desanimó a los asistentes a esta
gran exposición que, dividida en dieciocho
áreas temáticas, consiguió mostrar
al público cómo son y cómo trabajan los
miembros de los Ejércitos al servicio de
los ciudadanos.
Los ciudadanos aragoneses desafiaron
también a la lluvia durante su visita
a la base aérea de Zaragoza. El vuelo
acrobático de los aviones de combate deleitó
al público situado en la pista. También
las exhibiciones protagonizadas,
primero, por un «apagafuegos» Canadier
UD-13, que efectuó una operación de
lanzamiento de agua a ras de suelo y, a
continuación, por un a un avión KC-130
Hércules cisterna y dos F-18 en pleno
proceso de reabastecimiento en vuelo
formando un triángulo isósceles sobre el
cielo. Además, una sección del Escuadrón
de Zapadores Paracaidistas llevó a
cabo una operación de Búsqueda y
Salvamento de Combate (CSAR).
PARQUE TEMÁTICO
Sobre la explanada de la base se dispusieron
las aeronaves más representativas
del Ejército del Aire y en uno de los
hangares se instaló una exposición estática
con material y armamento del Escuadrón
de Apoyo al Despliegue Aéreo
(EADA). En el mismo lugar, a salvo de
las inclemencias meteorológicas, se podían
contemplar modelos a escala de aviones
tan legendarios como la North Ameri-
16 Revista Española de Defensa