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Solidaridad
con China
España envía un cargamento de
ayuda humanitaria
UN AVIÓN del Ministerio de Defensa,
fletado por la Agencia Española
de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID), voló desde la
Base Aérea de Torrejón de Ardoz
(Madrid) hacia al aeropuerto de
Chengdu, en la provincia de Sichuán
cargado con material sanitario para
atender a los afectados por el terremoto
del pasado 12 de mayo, de 7,8
grados que afectó al sur de China,
especialmente a dicha provincia.
Para llevar a cabo el envío de ayuda
humanitaria a China, el Ministerio de
Defensa dispuso un Boeing 707 (T-17)
del Ejército del Aire. La carga proporcionada
por la AECID, de aproximadamente
siete toneladas, consiste en
cuatro kits de traumatología, seis
pediátricos, cuatro de obstetricia, y
cinco IEHK (Interagency Emergency
Health Kit) con medicamentos básicos
para atender a 50.000 personas durante
tres meses. Se incluyen además
medicamentos específicos para el tratamiento
de hemorragias y un monitor
de electrocardiograma. Este material
responde a las necesidades concretas
expresadas por las autoridades chinas.
Además de los Ministerios de
Defensa y de Asuntos Exteriores y
de Cooperación, colaboraron en la
financiación de este envío la Diputación
de Córdoba, a través de la
Asociación Paz y Desarrollo, el
Gobierno de las Islas Baleares (Apotecaris
Solidaris), la Fundación Agencia
Humanitaria de Galicia, la Junta
de Extremadura, la Generalitat de
Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona
y la ONG Farmamundi.
C U A T R O S E M A N A S
EFE
Guerra a las
bombas de racimo
La comunidad internacional
prohíbe su uso
MÁS DE UN CENTENAR de países,
entre ellos España, acordaron, el
pasado 30 de mayo en Dublín, prohibir
el uso de las bombas de racimo,
medida que quedará plasmada en el
tratado que se rubricará, el próximo
mes de diciembre, en Oslo. El presidente
de la conferencia celebrada en
la capital irlandesa, Steffen Kongstad,
recalcó que «en la práctica, la
aplicación comienza hoy». Por su
parte, el secretario general de las
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, felicitó
a los países firmantes por sus
esfuerzos negociadores.
Los delegados habían llegado a un
acuerdo sobre el borrador de tratado
dos días antes, tras la promesa de
Reino Unido de dejar de utilizar este
tipo de armamento. Sin embargo,
Estados Unidos, China y Rusia
rechazaron el acuerdo, mientras que
el resto de los miembros de la OTAN
lo respaldaron. Entre los países que
tampoco han firmado el acuerdo
figura Israel, que hizo un amplio uso
de las bombas de racimo durante la
guerra de 2006 en el Líbano.
Las bombas de racimo contienen
pequeños artefactos que al lanzarse
desde aviones o por la artillería quedan
diseminadas y explotan como minas.
Sus detractores denuncian que provocan
daños indiscriminados, ya que en
ocasiones permanecen durante
meses o años sin explotar hasta que
accidentalmente alguien, en muchas
ocasiones niños, se topa con ellas. El
texto pactado deja fuera de la prohibición
a las bombas de racimo superinteligentes,
que contengan menos de 10
submuniciones y que se autodesactivan
si alcanzan el suelo sin explotar.
El compromiso político y moral asumido
en Dublín, según la mayoría de los
observadores, hará de las bombas de
racimo un arma estigmatizada, como
ocurrió con las minas antipersona.
FUERZAS ARMADAS
Adiestramiento
en San Gregorio
El príncipe Felipe participó en
unas maniobras
EL PRINCIPE DE ASTURIAS participó
el pasado 2 de junio en un ejercicio en
el Centro Nacional de Adiestramiento
de San Gregorio, en Zaragoza, donde
la Brigada de Infantería Mecanizada
(BRIMZ) Guzmán el Bueno se ha preparado
para estar a disposición de la
Fuerza de Respuesta de la OTAN
(NRF-12), a partir del 1 de enero de
2009, para que en el primer semestre
de 2009 pueda participar en cualquier
tipo de operación. A su llegada, el
Príncipe fue recibido, entre otras autoridades,
por el delegado del Gobierno
en Aragón, Javier Fernández, el
consejero de Presidencia del Ejecutivo
aragonés, Javier Velasco, el alcalde
de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y
el Justicia de Aragón, Fernando Gar-
42 Revista Española de Defensa Mayo 2008
Mary Wareham/EFE
Luis Rico/DECET