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[ nacional ]
ALERTA máxima
La UME organiza un simulacro de
emergencia de interés nacional en
colaboración con la Administración
General del Estado y las
Comunidades Autónomas
U N
vehículo pesado con mercancías
peligrosas sufre un accidente de
tráfico a la altura de la localidad
conquense de Minglanilla, en el kilómetro
232 de la carretera nacional III. Como
consecuencia del suceso se produce
un incendio que afecta a la masa forestal
cercana. La sequía que sufre la zona se
convierte en el principal aliado del fuego
que, favorecido por las altas temperaturas
y los fuertes vientos reinantes,
avanza rápidamente hacia la provincia
de Valencia y Albacete en dirección a la
Central Nuclear de Cofrentes.
Las Generalitat Valenciana y la
Junta de Castilla-La Mancha (las dos
Comunidades Autónomas afectadas por
el siniestro) decretan sucesivamente los
niveles de emergencia 1 y 2, pero la
fuerza y magnitud del incendio obliga a
dichas instituciones a solicitar más medios
al Estado para poder hacerle frente
y así sofocarlo. Es en ese momento
cuando entra en acción la Unidad Militar
de Emergencias (UME), con sus
Batallones I y III al mismo tiempo que
los subdelegados del Gobierno solicitan
también la participación de Protección
Civil. La situación empeora y la magnitud
del incendio hace necesario decretar
el nivel 3 de emergencia y se constituye
el Centro de Coordinación (CECO).
Una vez que el Ministerio del Interior
ha declarado el máximo nivel de
emergencia, el jefe de la UME, teniente
general Fulgencio Coll, se convierte en
el responsable de la dirección y coordinación
operativa de las actuaciones a
realizar en la zona siniestrada. Paralelamente,
la directora general de Protección
Civil y Emergencias del Ministerio
del Interior, Pilar Gallego, se encarga
de coordinar el envío de medios humanos
y recursos necesarios, tanto del
Estado como de las Comunidades
Autónomas, para preservar y socorrer
la vida de las personas y los bienes que
se han visto afectados por el incendio.
El máximo nivel de alerta, o de necesidad,
no se ha decretado nunca en
España. Este caso no es una excepción,
porque la incidencia detallada no es real.
Se trata de un simulacro de emergencia
nacional, el primero de este tipo que ha
organizado la UME, que se desarrolló
durante los días 20 y 21 de mayo en su
sede de Torrejón de Ardoz (Madrid).
En el ejercicio participaron, además de
esta Unidad, las Direcciones Generales
de Protección Civil y Emergencia, de la
Policía y la Guardia Civil y la de Medio
Natural y Política Forestal, el Consejo
de Seguridad Nuclear, el Estado Mayor
Puesto de mando del Cuartel
General de la UME —arriba—
desde donde se coordinaron
todas las actuaciones y a
todos los elementos que
participaron en el simulacro de
emergencia nacional. Abajo,
demostración de
las capacidades de la UME
frente a un incendio forestal.
44 Revista Española de Defensa Mayo 2008