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la «semana grande» de los Ejércitos en
la capital aragonesa. A su llegada al paseo
de la Independencia, los miembros
de la Familia Real fueron recibidos en el
paseo de la Independencia por el presidente
de la Comunidad Autónoma de
Aragón, Marcelino Iglesias; el ministro
del Interior y, eventualmente, de Defensa,
Alfredo Pérez Rubalcaba; el alcalde
de la ciudad, Juan Alberto Belloch y el
jefe del Estado Mayor de la Defensa
(JEMAD), general de ejército Félix
Sanz Roldán.
Por primera vez, esa mañana se escuchaba
en el bulevar el Himno Nacional
interpretado por la Banda y Música de
la Agrupación de Infantería de Madrid.
Se rendían así, como es tradicional,
honores militares a Sus Majestades los
Reyes. Después, acompañado por el
JEMAD y el jefe del Cuarto Militar del
Rey, teniente general del Ejército del
Aire Felipe Carlos Victoria de Ayala,
Don Juan Carlos pasó revista a la compañía
de honores. En esta ocasión, la
unidad estaba constituida por cuatro
secciones, tres de alumnos —de las academias
generales Militar y del Aire y de
la de Guardias y Suboficiales de la
Guardia Civil— y otra de la Agrupación
de Infantería de Madrid.
Seguidamente, la Familia Real saludó
a las autoridades civiles y militares
presentes en el acto. Entre ellas, los altos
cargos del Ministerio de Defensa,
de la Comunidad Autónoma de Aragón,
los miembros de la cúpula militar
y el Alto Representante para la Política
Exterior de la Unión Europea, Javier
Solana, invitado a la ceremonia por la
ministra de Defensa, Carme Chacón.
Acto seguido y como exige el protocolo
militar, el jefe de Estado Mayor de la
Defensa solicitó permiso al Rey para
iniciar el acto central del Día de las
Fuerzas Armadas.
LA BANDERA Y EL RECUERDO
A LOS CAÍDOS
Al grito de «A la bandera, presenten armas»
y los redobles de tambor comenzó
el Homenaje a la Enseña Nacional. Seis
soldados, dos por cada uno de los tres
Ejércitos, y dos Guardias Civiles portaron
una bandera de 17,5 metros cuadrados
hasta los pies del mástil de 18 metros
de alto ubicado frente a la tribuna
real en la entrada de la plaza de Santa
Engracia. Durante el izado volvió a es-
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El Jefe de Estado Mayor de la Defensa en un momento de la conferencia junto al
presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina Cuenca.
Las FAS «la empresa más
grande de España»
BAJO este título el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general de ejército Félix Sanz
Roldán, ofreció el pasado 30 de mayo una conferencia en la Fundación Ibercaja de Zaragoza
ante un auditorio de más de 400 personas para explicar el compromiso de las
Fuerzas Armadas con la sociedad a la que sirven dentro y fuera de territorio nacional. Un
reto que afrontaba «por cuarto año consecutivo» —recordó el propio JEMAD— e institucionalizado
a partir de 2005 en A Coruña como una de las actividades ya tradicionales del
programa actos del Día de las FAS. Primero fue en la capital gallega, después en Sevilla,
a continuación en León y este año en la capital maña. Flanqueado por los presidentes de
las Cortes de Aragón y de la Diputación Provincial de Zaragoza, por el Inspector General
del Ejército y por el comandante militar de Zaragoza y Teruel, el jefe de la cúpula militar
mantuvo «una conversación franca» —como él mismo definió su alocución— con los ciudadanos
aragoneses marcada por una táctica «hablarles» y una estrategia «que me escuchen»,
parafraseando a Mario Benedetti porque, dijo, «tengo una verdad que contarles».
La verdad es aquella que, en su opinión, define a las Fuerzas Armadas como «la empresa
más grande de España» y a sus miembros como «hombres y mujeres libres que dejan
parte de su libertad para que otros puedan disfrutar de ella, que obedecen al Gobierno y
viven bajo un código ético emanado de la Constitución y de las Reales Ordenanzas».
Sanz Roldán explicó que los Ejércitos gestionan más de 11.000 millones de euros anualmente
—un millón a la hora—, disponen de 34 flotas de aeronaves distintas y de un sistema
de comunicaciones implantado en 113 países, forman a 20.000 personas en más de
100 especialidades y más del 40 por 100 de sus oficiales hablan perfectamente otro idioma
que no es el castellano. Desde el punto de vista tecnológico, las Fuerzas Armadas se
encuentran a la vanguardia de los Ejércitos del mundo. Las fragatas F- 100, el avión de
combate Eurofighter o el carro de combate Leopardo, resumen esta afirmación.
«Aunque todo no es bueno», reconoció. «Cuando arañamos en los Ejércitos encontramos
faltas». Por ejemplo, los viejos buques destinados a la defensa del litoral en la Armada, la
ausencia de algunos elementos básicos —que no especificó— en el Ejército de Tierra y la
desproporción entre el número de aviones de caza —superior— y los de transporte.
«No piensen que sólo vemos lo bueno», indicó a los asistentes para, a continuación,
destacar que desde 1992 casi cien mil militares españoles han participado en diferentes
misiones internacionales en los cinco continentes. En estos momentos, el despliegue
exterior se concentra en seis escenarios distintos: Afganistán, Bosnia-Herzegovina,
Kosovo, el Líbano y Chad, operación esta última recién estrenada, el pasado 2 de junio.
A pesar del esfuerzo operativo lejos de nuestras fronteras, esta labor se ha desarrollado,
sin embargo, «sin desatender lo que hay que hacer en casa: apoyar a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado y a la sociedad civil». Como prueba de ello, el jefe de Estado
Mayor de la Defensa citó la participación en las campañas contra incendios y los 1.400
días de mar y las 12.000 horas de vuelo dedicados al control de la inmigración ilegal.
J. L. E.
Mayo 2008