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LAS ÑAÑAS - Educarchile

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De ahí se pasaron las enfermedades un poco, porque la dueña del sapo era una<br />

señora, al final la señora cayó enferma la misma noche, las hijas es que dijeron<br />

que había pegado un solo grito en la noche y no le calmó, le había quedado<br />

imposible su cara. De ahí ya lo tomaron conocido y es que se acabó la<br />

enfermedad, eran puros hombres en la casa de mi papá y es que ellos ya iban a<br />

estar grande y estar bien.<br />

También contaba mi papá que a un hermano de él, una hija de la señora le había<br />

dado remedio para que el joven se interese de ella y le dio contrario, casi pasó<br />

para el otro lado el novio. Y el novio como no tenía ni un interés en ella es que se<br />

fue y no volvió más y ella quedó con su mala nombra. Ella es que lo consiguió en<br />

otra parte, entre tantas amigas, el remedio, la amiga seguro que no sabía nada, no<br />

era el remedio como se lo había pedido la amiga. Él es que no sabía ninguna<br />

cosa, era ella que estaba enamorada de él. Ahora los viejitos que sabían de esas<br />

cosas no hablan ya de eso, ahora la juventud tiene más salida, la gente más<br />

antigua tenían conocimiento.<br />

En ese puente salta siempre un duende<br />

En ese puente [ubicado en el camino principal de la comunidad] salta siempre un<br />

duende en una pata, salta para acá, salta para allá, el año pasado para San Juan<br />

vino silbando para acá y se volvió para allá. Los chicos salieron a mirarlo y no<br />

vieron nadie.<br />

Si existen los duendes son chiquititos pero son gruesos. Aquí antes existía el<br />

duende, allá arriba me mandaron a buscar las ovejas y acá abajo en el maitén que<br />

hay, nosotros arreábamos las ovejas para arriba y el duende las atajaba y las<br />

arreaba para abajo, hoy que guerreamos y retarlo es peor, "oiga arréenos las<br />

ovejas para arriba", le decíamos nosotras, "ayúdenos". Le hablábamos bien así<br />

como un muerto, de repente cuando nosotras íbamos bien arriba con las ovejas de<br />

repente las arreabas para abajo y las ovejas se asustaban y quedaban todas<br />

paraditas firmes, mirando las ovejas y después mi mamá arriba: "Porque llegaron<br />

tan tarde". Si el duende no dejaba pasar las ovejas y nosotras veíamos a ese<br />

hombre, un hombre con manta chiquillillo y ancho, yo lo encuentro muy parecido al<br />

abuelo de mi esposo. Que rabia pasamos esa tarde. Pensábamos que era un<br />

hombre de la casa y no era nada, apenas llegamos a la casa, preguntamos,<br />

llegamos oscuro a la casa.<br />

Había un álamo viejo donde aparecían los duendes, los killuche, bailaban y los<br />

mayordomos del fundo tenían que agarrarlos a chicotazos.<br />

Esos son del mal, porque son espíritus que andan solos<br />

El weküfu(35) , el duende, esos son cosas malas, espíritus malos también les<br />

dicen. Cuando yo era chica íbamos a buscar las ovejas y ahí yo vi un duende,<br />

porque antes era más solitario aquí. Nosotros íbamos de ese baitén de la piedra,<br />

de la subida para arriba, nosotros arreábamos las ovejas para acá, y el duende los<br />

arreaba de la piedra para arriba, y una tía nos gritaba: "Ven, arranca chica", decía

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