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La “Pascendi Dominici Gregis” (1907) vista desde los ... - CSIC

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12 CRISTÓBAL ROBLES MUÑOZ [2]<br />

condenados por la Pascendi <strong>Dominici</strong> gregis. Tratamos de dar cuenta<br />

y razón de lo que sintieron y de sus argumentos. En historia eso<br />

significa dar contexto a una decisión, que ha perdurado dentro del<br />

catolicismo varias décadas. En este caso, el contexto de “<strong>los</strong> otros”<br />

o el “otro contexto”. De esa manera se busca por qué y en qué términos<br />

se produjo un conflicto. <strong>La</strong> forma de superarlo no es vencer ni<br />

pasar página, sino acoger las razones del otro, de modo que la historia<br />

de lo que pasó sea una oportunidad para que la memoria de cada<br />

parte halle razones para con-vencer y dejarse con-vencer.<br />

Puede hablarse de tres tipos de modernismo. El primero, el de <strong>los</strong><br />

católicos que intentan reformar su Iglesia, especialmente en el terreno<br />

intelectual. Pese a sus desacuerdos, tuvieron contactos entre el<strong>los</strong><br />

y la conciencia de formar un grupo. El segundo modernismo es el<br />

plasmado en la imagen del modernista formulada por la Iglesia católica.<br />

El tercero es un clima cultural, que se proyecta en la literatura,<br />

la arquitectura, la tecnología, el pensamiento político. Se trata de<br />

un modernismo secular, que muchas veces la jerarquía católica confundió<br />

con el religioso 2 .<br />

Los tres están presentes en la crisis modernista. El primer y el<br />

tercer modernismo revelan el conflicto entre la sociedad y la formación<br />

eclesiástica recibida por la generación educada en «le plus cordial<br />

mépris de la culture moderne et aussi, il faut bien le reconnaître,<br />

le plus monstrueux orgueil pour leur instruction théologique<br />

médiévale».<br />

Era un espectáculo extraño el ver a estos hombres, en contacto<br />

permanente con el mundo, pero sin comprender su lenguaje, sus aspiraciones.<br />

Esta parte del clero estaba dirigiendo la Iglesia. No tenía<br />

derecho a impedir a quienes, además de esa formación, habían trabajado<br />

por aprender y conocer la cultura de su sociedad, que trataran<br />

de conciliar, de hacer una síntesis, entre esa sociedad y la vieja<br />

tradición católica.<br />

Merecían que se respetara el sufrimiento causado al ver derrumbarse<br />

la interpretación escolástica del catolicismo, mientras trabajaban<br />

duramente en sus estudios. En esos momentos, reafirmaron su<br />

confianza en la armonía entre fe y razón, entre revelación y ciencia.<br />

Se apresuraron a comunicar sus resultados positivos a <strong>los</strong> otros creyentes<br />

y a quienes se les habían caído las viejas fórmulas.<br />

Es verdad que la Iglesia experimentó tensiones internas. En ese<br />

contraste <strong>los</strong> más tímidos habían servido como moderadores de quie-<br />

2. Lester Kurz. The Politics of Heresy. The modernist crisis in Roman Catholicism,<br />

Berkeley-Los Ángeles-London, University of California Press, 1986, 56-57.

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