45 2. EL COMENTARIO DE NEBRIJA 2.1. DESCRIPCIÓN En 1503 ...

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puramentes "gramaticales", sino que puede afirmarse que su acercamiento a los Himnos o su participación en la Biblia ha sido como tal. Y la perspectiva que hemos de adoptar para entenderlo como comentarista de Persio, pasa no por eludir esta faceta de gramático. Por más que de su proemio parezca desprenderse que sólo la petición de su mecenas le indujo a tal empresa, y por más que él mismo hubiera manifestado tener en menos su obra como comentarista 91 , sabemos que en su consideración de lo que, especialmente partiendo de Quintiliano, debía ser objeto del gramático estaba la enarratio auctorum 92 . El mismo Nebrija nos lo revelará en el prefacio 93 . Por otra parte, en una época en que había abandonado la docencia de Salamanca por servir a su mecenas, su tarea docente no se había interrumpido 94 , y a través de Persio se podía acceder a una de sus preocupaciones fundamentales: mejorar la elocuencia clásica; y a ello bien podía contribuir un poeta que desde luego se hallaba en el "canon" que él mismo había seleccionado y que expresa, por ejemplo, en su Comentario a la obra de Prudencio, a saber, los autores qui floruerunt intra ducentos annos qui sunt ab aetate Ciceronis ad Antoninum Pium. 2.2.2. El Proemio de la Interpretatio Pero pasemos ya a analizar qué hallamos en dicho prefacio a la obra sobre Persio. extraemos de esta obra lo que contra algunos bárbaros hizo estampar en su Repetito secunda: *ego illos non litteratos, sed litteratores; non grammaticos, sed pseudographos; non latinos, sed latini sermones eversores... appellaverim+ (RICO 1978: 52-53). Más recientemente su voluntad de actuar como gramático, distanciándose del modo de trabajar de sus predecesores ha sido estudiado por la profesora R. CORTÉS (1994) y también ha sido puesto de relieve por C. CODOÑER (1994). 91 Sin embargo, según ha puesto de manifiesto F. González Vega (G. VEGA 1993: 496 n. 3), la valoración que en el prólogo a su Lexicon hace de sus comentarios como obras menores no es sino un juicio de valor retórico en orden a poner más de relieve el tópico del sobrepujamiento. 92 Como suele reconocerse, la misión del gramático en esta época, lo cual se da plenamente en Nebrija, incluye la explicación de los poetas. Cf. la interesante discusión planteada en el Congreso sobre "Edad Media y Renacimiento", luego publicada en las Actas, que mantuvieron destacados estudiosos del gramático (CODOÑER-G. IGLESIAS 1994: 227-234). La idea y las argumentaciones de que Nebrija parte la pusimos de manifiesto en nuestro artículo sobre *Gramática et enarratio auctorum+ (MOYA-FORTUNY-AMO 1994). 93 Así lo señalaba F. González Vega en el debate publicado en Edad Media y Renacimiento: *después de una larga historia en el campo gramatical donde se observa una indefinición de funciones entre el gramático y el rhetor, yo creo que Nebrija, y lo expone claramente en el comentario a Persio, está intentando definir y deslindar su campo, delimitar las auténticas funciones del gramático+ (CODOÑER-G. IGLESIAS 1994: 232). 94 También del comentario a la Psycomachia, de publicación en fecha cercana a la de la obra de Persio, ha afirmado González Vega que *probablemente tuviera su origen en las notas destinadas a las clases de signo privado que impartiera en el palacio de Zúñiga+ (G. VEGA 1987: 20). 60
Tras el título, en el que llama a su obra interpretatio 95 , aparece la dedicatoria: "Al ilustrísimo señor don Juan de Zúñiga, maestre de la orden militar del Císter, otrora de Alcántara, ahora prelado eminentísimo de esa misma orden, arzobispo de Sevilla y dignísimo cardenal de la Iglesia de Roma" 96 ; y después de esta dedicatoria afirma Nebrija que con frecuencia don Juan le ha aconsejado (admonuisti me) realizar unos comentarios a las Sátiras de Persio, de acuerdo con unas normas prescritas por el propio arzobispo encaminadas a la brevedad, la claridad y a la no omisión de lo necesario (que según Nebrija, convive mal con la brevedad), y resume diciendo que habían de ser semejantes a los que también por encargo del mismo mecenas había realizado sobre Virgilio: Admonuisti me identidem, Pater amplissime, ut in A. Persii Flacci Satyras commentarios certis quibusdam a te praescriptis legibus componerem, ut breves, ut dilucidi, et, quod brevitati maxime repugnat, ut nihil quod necessarium esset omitterem, tales denique quales illi fuissent, quos in opera Vergilii tuo iussu praescripsimus Ya en este primer párrafo tenemos, pues, anunciadas dos características fundamentales de la "interpretación" de Nebrija: la brevedad y la claridad. Una tercera cuestión que habrá de tener en cuenta es el que "nada falte" de lo que es necesario. Precisamente un poco más adelante agregará la causa por la que su mecenas le recomendó brevedad. Pero antes indica por qué le pidió que explicara a este poeta: Aiebas namque te huius amarulenti simul et festivissimi poetae salibus mirum in modum delectari, sed quibusdam in locis prae nimia difficultate atque translationum, quae plerumque exeunt in aenigmata, involucris deterreri. Es decir, como otras gentes de la época, entre los que no faltaban los obispos 97 , don Juan de Zúñiga se deleitaba con la lectura de las Sátiras por sus agudezas, pero se encontraba con escollos insalvables. Así pues, en el origen confeso está la dificultad que el arzobispo tenía para entender 95 Éste es, como hemos dicho, el sustantivo que aparece en las primeras ediciones del comentario, y creemos que pudo ser el que salió de la pluma de Nebrija. En algunas ediciones posteriores se intituló commentum: así la de I. Badius y la de R. Stephanus, ambas en París, en 1523 y 1527, respectivamente. 96 Ad illustrisimum dominum, D. Ioannem de Stunica cisterciensis militiae magistrum quondam Dalcantara nunc eiusdem ordinis praesulem amplissimum, atque Archiepiscopum Hispalensem Romanaeque Ecclesiae Cardinalem dignissimum. 97 A finales del siglo XV algunos obispos, como el que lo fue de Viterbo (1472-1491), Franciscus Maria, se deleitaban con la lectura de Persio por su mensaje moral (cf. la dedicatoria que Johannes Baptista Cantalicius hizo a dicho obispo de sus comentarios a las Sátiras, ROBATHAN-CRANZ 1976: 270). 61
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