Super Memoria Alfa - Super Aprendizaje Alfa

6. MEMORIA CONSCIENTE.
La memoria es la base de la conciencia. A través de los años tengo conciencia
(memoria) de ser siempre el mismo.
La conciencia consiste en darse cuenta de algo.
La vida es un fluir continuo de ideas, imágenes y sentimientos; muchos de la
cuales pasan a formar parte de la mente consciente y pueden ser evocados
voluntariamente; pero la inmensa mayoría de estos contenidos son relegados
al subconsciente. El fluir de las ideas es la clave de la conciencia. Si la
conciencia quedara fijada en un solo hecho, estaríamos ante una conciencia
paralizada, sin referencia al pasado, sin referencia al presente y sin referencia
al futuro, es decir, sin identidad.
La conciencia puede ser focal, difusa y panorámica. La conciencia focal
centra la atención en forma intensa y exclusiva sobre un objeto; la conciencia
difusa carece de poder para detenerse sobre un objeto determinado; en este
caso, la atención se dispersa de forma que los objetos aparecen en la
penumbra; la conciencia panorámica tiene un visón general, pero superficial,
de las cosas.
Cada persona conserva determinado número de recuerdos (rostros, paisajes,
escenas...) Estas imágenes regresan en forma de series, más o menos
completas. Pueden surgir en forma espontánea atraídas por palabras,
acontecimientos, sensaciones, con los cuales están conectadas de alguna
forma.
Los recuerdos son de breve duración. Los contenidos de la memoria fluyen
por la conciencia sin cesar, como el agua del río.
Cada persona posee un esquema mental, formado por ideas, principios,
valores, ideales, vivencias... que constituyen el eje, alrededor del cual se
mueve su actividad mental. Este esquema mental se convierte en imán que
atrae o rechaza las ideas que deben entrar o no en el campo de la conciencia
(memoria).
Los recuerdos se fortalecen cada vez que regresan a la conciencia; por lo cual
es conveniente evocar con frecuencia las ideas, sentimientos, vivencias,
personas, proyectos, valores... que constituyen la razón de nuestra vida. Cada
vez que los recordamos nuestro espíritu se fortalece en sus ideas y
convicciones. Por la misma razón la, angustia, las dudas, los temores, etc, se
fortalecen cada vez que los traemos a la memoria; por tanto, la forma de
eliminarlos consiste en dejarlos en el olvido.
Las personas de vida simple poseen pocos contenidos mentales y por tanto,
pocos recuerdos, los cuales tienden a repetirse constantemente. Por el
contrario, las personas que tienen una vida muy variada, viven cada día
numerosos estados de conciencia (recuerdos).
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