Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors
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Primero la destreza manual y mental, que nos <strong>per</strong>mite articular los movimientos, la<br />
vista, la estética, el colorido, las dimensiones, distancias y el tacto, en pro de una obra.<br />
Esto se puede aprender y lo que las escuelas de bolilleras tratan de transmitir a los<br />
alumnos, <strong>per</strong>o, como en toda destreza humana, también es necesario “nacer” un poco.<br />
Hacer encaje de bolillos es mucho más que mover los palillos.<br />
Segundo, la creatividad, que nos da la oportunidad de armonizar y elegir colores,<br />
puntos, imágenes, dibujos, textura y patrones. Hay bolilleras, que son muy imaginativas,<br />
y sin apenas elementos, fabrican una buena idea; otras, son buenas haciendo versiones,<br />
<strong>per</strong>o todas crean cuando eligen sus propias combinaciones. No siempre la bolillera<br />
creativa es la más diestra.<br />
Tercero, la producción o producto, es decir la concreción del esfuerzo, y el arte en<br />
una dimensión o cosa material que se puede tocar, enseñar, ver, etc . Esto diferencia el<br />
hacer bolillos de otras formas de entretenimiento como los juegos de mesa y de azar,<br />
que después de pasar horas y horas no queda ninguna obra hecha. En el caso de l encaje<br />
de bolillos, cuando más tiempo se le dedica, más obra queda. Es pues, un arte que<br />
incluye el compromiso de llegar a la obra concreta y ......terminada.<br />
Cuarto, la transacción, es decir, la oportunidad de intercambiar puntillas, opiniones,<br />
miradas, admiraciones, capacidades, patrones, ideas,, y ....hasta envidias. Esta es la<br />
dimensión social de hacer bolillos, <strong>per</strong>o no sólo se trata de comunicarse, sino que ha DE<br />
HABER SIEMPRE UN OBJETO DE REFERENCIA. Un buen ejemplo son las<br />
entrañables “Trobadas”: sociales, sí, <strong>per</strong>o exhibiendo encajes.<br />
Quinto, la disciplina, o sea la capacidad de ir haciendo y cumpliendo, <strong>per</strong>o también<br />
la de terminar lo que se empieza. Esto incluye ciertas dosis de paciencia y<br />
concentración, <strong>per</strong>o sobre todo de voluntad.<br />
Sexto, el orden, nos referimos al orden externo, que en el caso del encaje de bolillos<br />
es tan claro y definido (seguir el patrón), que al mismo tiempo se puede pensar,<br />
escuchar, incluso hablar y, si se quiere, soñar. Inconscientemente notamos que el mundo<br />
externo tiene un orden claro y seguir el patrón nos proporciona aquella extraña calma y<br />
regusto de seguridad.<br />
Veamos ahora algunos arquetipos de bolillera peculiar, que he desarrollado sobre las<br />
ideas que me habéis transmitido<br />
La bolillera impaciente.<br />
Es la que empieza una pieza y ya la querría tener terminada La ilusión del comienzo<br />
se termina pronto, casi siempre antes que la pieza. Le falla un poco la disciplina, y el<br />
producto (terminado) queda sustituido por la escena mágica del rito iniciatico. Padece la<br />
dificultad de es<strong>per</strong>ar y no tiene ninguna paciencia para continuar. Este es un caso de<br />
poca fuerza en producción, disciplina y orden externo. Pero a veces puede ser muy<br />
creativa y los demás lo saben.