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Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors

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es posible que se iniciase con el establecimiento de bolilleras francesas<br />

refugiadas en la zona norte de Alemania, huidas de su país a causa de la<br />

<strong>per</strong>secución contrareformista. Eran trabajadas con filamentos de oro y plata y<br />

seguían los modelos tradicionales. Por ruta marítima salían del puerto de<br />

Hamburgo y se transportaban a los otros puertos del mar del Norte que<br />

<strong>per</strong>tenecían a la Liga Anseática.<br />

Dentro de la división del trabajo, aquí también eran las mujeres las encargadas<br />

de hilar el lino y la lana y trabajar tejiendo al taller. Tanto en el medio rural<br />

como en las ciudades oficialmente estas actividades textiles, consideradas de<br />

mujeres, se practicaban dentro del ámbito doméstico sin ninguna protección<br />

gremial.<br />

Como pasaba en el resto de los países de Europa, en Alemania los gremios<br />

eran entidades de gran prestigio social que estaban integrados exclusivamente<br />

por hombres. Tan sólo en el caso de que el marido fuera el maestro del taller y<br />

muriese, a la viuda le era <strong>per</strong>mitido mantenerlo como heredera, <strong>per</strong>o nunca<br />

pasaba a poder firmar como maestro aún que hubiera estado unida al taller<br />

durante toda su vida.<br />

Por otro lado, cualquier mujer al casarse había de asumir el status del marido,<br />

por esta razón su familia había de aportar al matrimonio la dote, una cantidad<br />

que estaba estipulada según el rango. Por esta cuestión, en la práctica muchas<br />

mujeres de familia humilde se quedaban solteras o bien habían de buscarse un<br />

trabajo que les <strong>per</strong>mitiese ganar un sueldo y ahorrar los dineros para su dote. Y<br />

¿cuáles eran los trabajos a que podía aspirar una joven pobre y analfabeta para<br />

poder ganar dinero en los siglos XVI o XVII. Suponemos que debía haber<br />

pocas salidas: o irse a la ciudad y tener trabajo como niñera o trabajar al textil,<br />

hilando, tejiendo, cosiendo, bordando…, o haciendo bolillos. La norma para una<br />

jovencita sin patrimonio era ofrecerse como mano de obra alrededor de los 10 o<br />

12 años.<br />

Referente a la alfabetización es interesante dedicar unas líneas al tema, sólo<br />

para aportarlas como referencia. En los territorios de habla alemana no hay<br />

ninguna ley reguladora antes del siglo XVIII. También sobre esto según los<br />

distintos territorios hubo muchas desigualdades. Por ejemplo, en Prusia, situada<br />

al norte, en el año 1717 fueron creadas por decreto las escuelas elementales<br />

(Volksschulen) y las escuelas primarias (Mittelschulen), ambas eran obligatorias<br />

tanto para niños como para niñas desde los 6 a los 14 años. Esto mismo ocurrió<br />

en el territorio del sur, en Baviera muchos años después. en 1802. Por otro lado<br />

al este, en Berlin, se promulgó una ley parecida <strong>per</strong>o en el año 1818, casi un<br />

siglo más tarde.<br />

También la ocupación de las mujeres casadas eran los trabajos domiciliarios<br />

que ejercían especialmente durante el invierno. Estos trabajos eran compatibles<br />

con las labores de la casa. Para los comerciantes tenían la ventaja de que no<br />

habían de invertir en ningún local ni asumir ningún coste como calefacción, luz<br />

Esta modalidad de trabajo domiciliario era como se realizaban el grueso de la<br />

producción de puntillas alemanas.

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