Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors
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9. CATALUÑA<br />
Históricamente Barcelona ha sido, junto con otros núcleos, un centro importante de<br />
producción de encajes, y ha participado de una leyenda y de una historia común a todos<br />
los puntos de Cataluña donde se ha desarrollado la artesanía del encaje.<br />
El origen del encaje, tanto en Cataluña como en el resto de los países, es un tanto<br />
desconocido a causa precisamente del carácter conventual o familiar que se le atribuye a<br />
esta actividad.<br />
Observamos la definición que Angeles González Mena da de puntilla ”Es toda<br />
estructura de una sola o varias filas que se unen entre ellas mismas para con<br />
combinaciones variadas formar dibujos en una unidad armónica decorativa y regida<br />
por una cadencia o ley interna”. 10<br />
Como ya he comentado en otros apartados de este trabajo, también con referencia al<br />
encaje de Cataluña son bastantes los autores que citan a los asirios como precursores de<br />
los trabajos de aguja, y a los egipcios como “padres” de los encajes de bolillos.<br />
Restos arqueológicos confirman la existencia de trabajos realizados entrecruzando<br />
cuerdas e hilos de diferentes materiales unos sobre otros, lo que se denomina como<br />
pasamanería. Documentos escritos también <strong>per</strong>miten mantener estas teorías de una<br />
manera bastante aproximada; citas bíblicas, pinturas y esculturas hablan de unos tipos<br />
de tejidos y ropajes que hacen pensar en trabajos más o menos artísticos precursores de<br />
lo que sería más tarde el encaje.<br />
Avanzando en el tiempo encontramos cuatro países que se disputan el origen de los<br />
encajes tal y como hoy los conocemos: Italia. Francia, España y Flandes<br />
Estudiando la bibliografía existente se manifiesta un cierto partidismo por parte de<br />
los historiadores de los diferentes países, en su lucha por atribuirse el origen de los<br />
encajes. Bury Palliser 11 afirma que España enseñó a Flandes la técnica del bordado a la<br />
aguja, y que ellos nos enseñaron la técnica del encaje de bolillos. En su opinión, nuestro<br />
país no tuvo necesidad de buscar modelos en Génova o Venecia, ya que sus modelos<br />
fueron célebres y se fabricaron a gran escala.<br />
Lefébure 12 , en el prólogo de su catálogo de encajes del Museo de Lyón, considera que<br />
España, especialmente Cataluña, tenía bolilleras tan hábiles como las de Italia y<br />
Flandes, y que no se sabía si los españoles habían precedido o sucedido a los italianos y<br />
flamencos en el desarrollo de esta artesanía, ya que habían creado desde el siglo XVI<br />
modelos originales.<br />
Hoy debemos lamentar que la magnífica colección de encajes reunida por el Sr.<br />
Pascó de Barcelona no llegase a ser adquirida por el Museo de esta ciudad, y fuera<br />
10 González MENA, Angeles. Catálogo de <strong>Encaje</strong>s, pp. 13 Instituto Valencia de Don Juan, Madrid 1976<br />
11 Palliser, Bury. Historia de la Dentelle Libraire Firmin Didot et cie. Paris 1890<br />
12 Lefébure, Auguste. Collectión de dentelles au Musée des Tissus de Lyon. Paris