01.01.2015 Views

Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors

Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors

Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

63<br />

9.1 ELS TREBALLADORS DE LA PUNTA.<br />

Cuando se hace referencia a alguna leyenda sobre el origen de los encajes y las<br />

encajeras, hay que hacer notar el carácter fundamentalmente femenino de esta actividad<br />

y la estadística así lo confirma. Las bolilleras son mujeres.<br />

Tanto en las localidades costeras como en el interior, en los momentos en los que el<br />

tiempo no <strong>per</strong>mitía trabajar en el campo o en el mar, la agilidad de las manos y la<br />

habilidad de las mujeres con los bolillos, eran la única actividad que <strong>per</strong>mitía el ingreso<br />

de algún dinero en el ámbito familiar.<br />

Estas mujeres crearon un comercio y una gran industria, que en muy poca medida<br />

revirtió en ellas mismas.<br />

Algunas crónicas históricas, como la de Laborde, constatan que esta industria se<br />

desenvuelve en las casas particulares, donde las mujeres trabajan por su cuenta y bajo su<br />

propio criterio.<br />

Pero en realidad, este trabajo “casero y familiar”, formaba parte de una cadena de<br />

producción que algunos autores no dudan en calificar de absolutamente jerarquizada. 20<br />

En el primer escalón encontramos a los comerciantes, que invertían el capital,<br />

vendían y exportaban. En segundo lugar los diseñadores; estos creaban el modelo o<br />

dibujo, que a veces hasta incluso patentaban. Por debajo del diseñador aparece el que<br />

dibuja el patrón y las puntillas sobre el cartón. Este picador o picadora se asegura que el<br />

modelo pueda ser adaptado a la técnica del encaje. Una vez los cartones son definidos y<br />

debidamente autentificados por los comerciantes, pasan a manos de los merceros,<br />

capataces o dadores, según se les nombraba en diferentes lugares. Parece ser que la<br />

figura de estas mujeres, piezas importantes en la cadena de producción de los encajes, se<br />

remonta al siglo XVI, y son las intermediarias indispensables entre los comerciantes y<br />

las obreras. Ellas distribuían el trabajo, el cartón y el hilo necesario y lo pasaban a<br />

recoger de semana en semana, e incluso podían rehusarlo si no se había seguido el<br />

dibujo punto por punto. Al final de la cadena es donde aparece “la puntaire”<br />

En ocasiones las bolilleras y merceros podían introducir algún cambio, transformando<br />

parte de los cartones, <strong>per</strong>o por norma general la realización de una pieza se convertía en<br />

un trabajo colectivo, ya que una parte importante del trabajo de los merceros era<br />

fraccionar en diferentes trozos o patrones la composición total de una pieza. La<br />

repartidora procuraba no darlos nunca a una misma bolillera, e incluso evitaba que parte<br />

de un mismo diseño fuera a parar a encajeras vecinas o conocidas. Con este sistema<br />

ninguna de las obreras llegaba a conocer el conjunto en su totalidad y el comerciante se<br />

aseguraba que la encajera no pudiese representar una competencia desleal trabajando<br />

por su cuenta.<br />

20 Durand, Jacques. Le monde dentelliére, pp.153-157.Artisans du Pays d`Oc Editions de la Source.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!