Encaje, Cultura y Tradición - Universitat per a Majors
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7. ALMAGRO<br />
El comienzo y origen ciertos del encaje en Almagro, están tan velados como en la<br />
historia general del encaje. Sin embargo, existen particulares datos históricos, que hacen<br />
posible la aparición de esta artesanía en una ciudad, como Almagro, situada en el<br />
interior de la Península, y a la vez, abierta a tantas gentes. Y en España cuando se dice<br />
que una pieza es de Almagro significa que es un encaje de bolillos.<br />
Aunque no hay nada escrito sobre la historia del encaje en Almagro, al menos en<br />
monografía o libro, algunos historiadores han hecho brevísimas alusiones a lo que<br />
podría ser el comienzo. De este modo, admitimos como posible la realización del<br />
trabajo del encaje durante la Edad Media. Aunque como labor remunerada, y sobre<br />
todo con datos más concretos, no aparece hasta el siglo XVI. Eugenio Larruaga nos<br />
dice en sus “Memorias Políticas y Económicas” que la industria del encaje se conocía<br />
desde tiempo inmemorial.<br />
También supone cierta base histórica, admitir que el encaje fue traído de Flandes por<br />
las damas del séquito de la reina Doña Juana. Y que fue enseñada su labor a las<br />
almagreñas, cuando en unión de su marido Don Felipe el Hermoso, pasaron por la<br />
ciudad al comienzo del siglo XVI<br />
En la segunda mitad del siglo XVI se hicieron cargo de la explotación de las minas de<br />
mercurio de Almadén la familia Fúcares, que tuvieron una destacada participación en la<br />
vida social de esta ciudad.<br />
Es importante consignar una fecha y un lugar concreto, a través de las palabras de<br />
Cervantes, en el Quijote y que hacen a esta artesanía históricamente cierta en ….”un<br />
lugar de la Mancha”….Sanchica Panza gana,”haciendo puntas de randa ocho<br />
marevedís, ahorros que va poniendo en una alcancía para ayuda de su ajuar”.Es<br />
evidente que no nos dice la clase de puntas que hacía, y tampoco nos dice si los ocho<br />
marevedís los gana en un día, <strong>per</strong>o es un documento precioso.<br />
Por entonces, la industria encajera se practica en la casa. No hay obradores. La niña,<br />
lo aprende, principalmente, viendo tejer a su madre o a su abuela. En algunas escuelas<br />
se enseña a manejar los bolillos, a la vez que se recita la doctrina.<br />
En el año 1766, el matrimonio Lambert, vecinos de Madrid, establecieron en<br />
Almagro una fábrica para hacer encajes de hilo y seda, enseñando a fabricarlos a<br />
mujeres y niñas de la ciudad y sus contornos. La dedicación y entusiasmo que pusieron<br />
en la empresa, dio como resultado que en 1767 ya trabajaban el encaje 140 mujeres y<br />
que dos años después se incrementó a 417.<br />
La Sra. Lambert facilitaba con amabilidad los diseños y muestras para fabricar<br />
encajes. De este modo, consiguió extender esta industria hasta el extremo que la<br />
ocupación más corriente de las mujeres de la región fue hacer encajes. Así se llegó<br />
también a una técnica y resultados más óptimos y primorosos.