prueba-de-lectura-inicial-EGRA-USAID
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alumnos a usar estrategias cognitivas específicas o a razonar <strong>de</strong> manera estratégica,<br />
cuando se topen con barreras para compren<strong>de</strong>r lo que están leyendo. Los alumnos<br />
hasta cierto punto adquieren estas estrategias <strong>de</strong> manera informal, ya que una<br />
enseñanza formal y explícita <strong>de</strong> las mismas conduce a una mejora <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong><br />
comprensión.<br />
A estas habilida<strong>de</strong>s habría que sumar otras no menos importantes, como la conciencia general<br />
<strong>de</strong>l lenguaje escrito. Hay que tener en cuenta que esta revisión realizada por el National<br />
Reading Panel correspon<strong>de</strong> a estudios realizados en lengua inglesa, razón por la cual hay<br />
aspectos que podrían no ser directamente extrapolables a otras lenguas en don<strong>de</strong> la escritura<br />
refleje la fonología <strong>de</strong> manera más fiel, como sería el caso <strong>de</strong>l español. En otras palabras,<br />
aunque también se ha <strong>de</strong>mostrado que estas habilida<strong>de</strong>s son importantes cuando se apren<strong>de</strong> a<br />
leer en español, hay, sin embargo, algunos matices que conviene tener en cuenta <strong>de</strong>pendiendo<br />
<strong>de</strong>l contexto idiomático, y que exponemos a continuación (para un examen más exhaustivo<br />
véase Jiménez y O’Shanahan, 2008).<br />
Conciencia general <strong>de</strong>l lenguaje escrito<br />
La conciencia general <strong>de</strong>l lenguaje escrito incluye diferentes aspectos tales como el<br />
reconocimiento <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>lectura</strong> y escritura, la comprensión <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong>l<br />
lenguaje escrito y la conciencia <strong>de</strong> las características específicas <strong>de</strong> este lenguaje. Es cierto<br />
que los niños pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sarrollar concepciones propias acerca <strong>de</strong>l lenguaje escrito antes <strong>de</strong><br />
iniciar la experiencia formal <strong>de</strong>l aprendizaje y enseñanza <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong>, y que se <strong>de</strong>bería<br />
enfatizar el significado <strong>de</strong> lo que se apren<strong>de</strong>. De hecho, existen ciertas evi<strong>de</strong>ncias empíricas<br />
que <strong>de</strong>muestran la importancia que tienen las activida<strong>de</strong>s orientadas hacia el significado en la<br />
enseñanza <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong>. Por ejemplo, Stahl, McKenna y Pagnucco (1994) encontraron que<br />
algunas activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sarrolladas en las aulas, como el diálogo sobre los propósitos <strong>de</strong> la<br />
<strong>lectura</strong> y la escritura, el familiarizarse con los relatos a través <strong>de</strong> los cuentos e historias que les<br />
leen los adultos, etc., pue<strong>de</strong>n mejorar las actitu<strong>de</strong>s para con, y orientación hacia, la <strong>lectura</strong>.<br />
A<strong>de</strong>más, un número creciente <strong>de</strong> estudios ha <strong>de</strong>mostrado que los niños tienen cierto<br />
conocimiento <strong>de</strong> los objetivos <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong> y escritura, incluso antes <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r a leer. Sin<br />
embargo, también se ha <strong>de</strong>mostrado la presencia <strong>de</strong> una ten<strong>de</strong>ncia temprana en los niños que<br />
les hace buscar regularida<strong>de</strong>s entre fonología y ortografía, y <strong>de</strong> algunos aspectos relacionados<br />
con la naturaleza convencional <strong>de</strong> la escritura, como la direccionalidad:<br />
Los niños apren<strong>de</strong>n la forma gráfica <strong>de</strong> las palabras y su disposición en las<br />
páginas; también son conscientes <strong>de</strong> ciertas características <strong>de</strong> las letras y son<br />
capaces <strong>de</strong> nombrar algunas <strong>de</strong> ellas. Ellos pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir la diferencia que existe<br />
entre una palabra, una letra y un número. (Gombert, 1992, p. 152)<br />
Ortiz y Jiménez (2001) analizaron la naturaleza, evolución y estructura <strong>de</strong> los conocimientos<br />
previos sobre el lenguaje escrito en niños prelectores hispanohablantes. Para ello<br />
administraron la <strong>prueba</strong> <strong>de</strong> Conocimientos sobre el Lenguaje Escrito (CLE) (Ortiz y Jiménez,<br />
1993) a niños prelectores. Encontraron que el máximo rendimiento <strong>de</strong> los alumnos se daba en<br />
las tareas referidas al reconocimiento <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>lectura</strong> y escritura, y al<br />
reconocimiento <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong> como un instrumento <strong>de</strong> diversión y ocio. De todo ello se sigue la<br />
conclusión <strong>de</strong> que la motivación <strong>de</strong>l aprendizaje <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong> y escritura ha <strong>de</strong> ser fomentada<br />
procurando que los niños <strong>de</strong>scubran las funciones y usos <strong>de</strong> la lengua escrita.<br />
16 Sección III: Marco conceptual e<br />
investigaciones <strong>de</strong> base