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JOVENES Y SEGURIDAD

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ilegalmente lo que vos conseguís trabajando”). Esta<br />

subjetividad constituida en base a la prepotencia, a la sumisión<br />

y a la prevalencia de la ley del más fuerte, por un lado se<br />

despliega por una necesidad de sobrevivencia y, por otro lado,<br />

como efecto de la glamourización de los poderosos con la<br />

violencia dilemática que produce la subjetivación analizada<br />

líneas arriba (luxo/lixo). (Gonçalvez, 2005, p.8).<br />

Hasta qué punto, podemos preguntarnos, el modelo<br />

deseante/frustrante de esta sociedad está instaurado en la concepción<br />

de mundo de sus mismos excluidos. Los jóvenes de los grupos focales<br />

denuncian sufrir discriminación por ser “negros”, aunque la inculcan<br />

sobre todo a la policía, con la cual el trato es más constante. Sin<br />

necesidad de que medie delito, una percepción delincuenciada de sí<br />

mismos permea sus dichos, así como una actitud defensiva frente a<br />

quienes representen otros grupos sociales. Cuenta M. de Villa Urquiza<br />

sobre una ocasión en la que estaba detenido y en la comisaría había un<br />

grupo de chicos del Cerro de las Rosas 54 :<br />

Tampoco es que va a venir uno de la Quebrada [del<br />

Cerro de las Rosas] o de otro lado a rebajarte porque te<br />

tiene miedo, porque si los tiene bien puesto lo va hace.<br />

Pero si no, se va a queda quieto, va a baja la cabeza y te<br />

va a trata todo bien, ¿qué hace, loco?...<br />

En declaraciones como ésta, se hace clara una conciencia de<br />

ser temido, que puede sentirse como una ventaja pero que no esconde<br />

el saberse, por ello mismo, excluido. Así, cuando las conversaciones<br />

giran en torno a la discriminación, la “bronca” se puede diferenciar<br />

entre la que enfrenta a jóvenes de distintos barrios (y que, como se ha<br />

mencionado, frecuentemente se relaciona con signos de la subjetividad<br />

luxo que hacen al otro “creerse superior”), de la bronca que los<br />

engloba a todos, la que les profesa la gente de afuera, la que no es de<br />

“la villa”. En ese momento, los jóvenes dejan de hablar de ser de un<br />

barrio en particular para simplemente hablar de “ser villeros”. Por otra<br />

parte, con el mismo concepto de “el que nace en una villa nunca va a<br />

dejar de ser villero” asumido como una cualidad negativa, el discurso<br />

54 Barrio residencial de la ciudad de Córdoba.

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