Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos

Circunstancia actual de los pueblos indígenas
Tal vez la nota más destacada en la vida de los indígenas de Centro, Sudamérica y el Caribe en las últimas
cuatro décadas ha sido el rápido avance que han logrado dar a sus organizaciones, probablemente, debido
a que a diferencia de otros sectores de la población rural, han mantenido de tiempo atrás sus formas
propias de gobierno y representación. En el ámbito de los distintos países han surgido en distintas épocas
movimientos de tipo gremial o político abanderando causas de interés para amplios sectores de la
población, pero ninguno de ellos ha logrado las condiciones que actualmente caracterizan a las
organizaciones indígenas: amplia adhesión al interior de cada país; ordenada articulación entre las
organizaciones de base, las zonales, regionales y nacionales; alcance de instancias en el ámbito
internacional; capacidad de gestión para reclamar ante organismos nacionales e internacionales el
reconocimiento de sus derechos; conocimiento de sus necesidades y coherencia en los planes
encaminados a satisfacerlas.
Gracias al avance de sus organizaciones, los pueblos y comunidades indígenas han logrado algunas
conquistas que hace dos décadas podrían parecer inalcanzables. En la definición de ordenamientos
constitucionales, no sólo aceptan y reconocen la existencia de las sociedades indígenas dentro del Estado-
Nación respectivo, sino que les otorgan un conjunto de derechos especiales, con el carácter de
fundamentales, para asegurar y perpetuar dicha existencia. En la propiedad de la tierra, sus logros han
sido notables en unos pocos países, razonablemente aceptables en un número significativo de ellos, muy
pobres en algunos y nulo o casi nulo en los demás. En la participación de la vida política de varios países,
y, gracias a los avances constitucionales y legales, han conseguido acceder a cargos de representación o
de administración. Se ha avanzado en el incremento de la capacidad participativa dentro del estudio y
decisión de los asuntos que les conciernen o afectan, así como en la concreción de reformas legales que
les abren opciones especiales en los campos de la educación y la salud, entre otros.
No obstante, los avances alcanzados, los pueblos y comunidades indígenas afrontan todavía las siguientes
tareas:
• El avance en los procesos de legalización de tierras.
• La búsqueda en la mayoría de los países de un reconocimiento práctico a su autonomía para
manejar asuntos internos de su comunidad y para participar en aquellos que les incumben.
• El desarrollo legal de los derechos conferidos en reformas constitucionales o Convenios
Internacionales.
• La claridad sobre sus opciones de acceso al dominio, uso y administración de los recursos
naturales renovables de sus territorios y sobre su capacidad de intervenir en la regulación del
aprovechamiento de los recursos no renovables.
• La concertación de acuerdos entre los pueblos y comunidades indígenas de Colombia, Bolivia y
Ecuador y los Estados nacionales para dar vida a las modalidades de entes político-administrativos que
fueron previstas en sus ordenamientos constitucionales.
• El desarrollo de alternativas de mejoramiento económico, social y cultural que guarden armonía
con sus formas de pensamiento, de organización social y con las condiciones naturales del espacio de vida
que habitan.
Los logros alcanzados y los que se encuentran todavía en el horizonte dependen en gran medida de la
capacidad organizativa desarrollada y de la coherencia con que esa base de trabajo ha podido plantear
planes de mejoramiento y reclamaciones de derechos. También dependen de la actitud tomada por cada
Estado en particular frente a su población indígena y de la labor desarrollada por innumerables
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