Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos

Cabe agrupar bajo esta denominación las comunidades que habitan el llamado Chocó Biogeográfico que
se extiende a cuatro departamentos de la costa Pacífica de Colombia (Chocó, Valle del Cauca, Cauca y
Nariño), algunas de las comunidades que habitan la Provincia del Darién en Panamá y la Provincia de
Esmeraldas en Ecuador. Son rasgos distintivos de esta categoría:
• En el caso colombiano las comunidades afroamericanas ocupan terrenos aledaños a los ríos, única
vía de comunicación y espacio de la vida social.
• Las parcelas familiares se encuentran regularmente distribuidas dentro de todo el territorio. 5 Es
común encontrar que a una misma familia le correspondan varias parcelas que son ocupadas alternamente
para el desarrollo de las diversas labores.
• Además de las labores propiamente agrícolas se realizan otras actividades que dependen de la
oferta de recursos del territorio, tales como la caza, la pesca, la extracción minera y maderera y la
realización de artesanías con materia prima proveniente de la naturaleza.
• La explotación agrícola se hace con rotación de cultivos y está destinada básicamente a la
manutención. Se acostumbra entre los comuneros afroamericanos la “minga” o mano cambiada, que
consiste en la unión solidaria del trabajo de varios vecinos a favor de otro que los alimenta mientras se
ejecuta la labor. Generalmente, no hay producción de excedentes y, para obtener ingresos en dinero, los
comuneros trabajan en la extracción artesanal del oro o en el corte de madera. 6
Comunidades afroamericanas rurales o semiurbanas, cercanas a centros poblados de alguna
magnitud o desarrollo económico
Se identifican en esta última categoría comunidades que tienen un mayor grado de vecindad y articulación
con los grandes o medianos centros poblados. Pueden mencionarse comunidades vecinas a las áreas
urbanas colombianas de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca, a Turbo en el
departamento de Antioquia, a Río Sucio y Quibdó en el departamento del Chocó. Es también el caso de
algunas de las comunidades vecinas a centros urbanos como El Real y Yavisa en la Provincia del Darién
panameño y a la ciudad de Esmeraldas en la provincia del mismo nombre, en Ecuador. Entre algunas
características similares que revisten estas comunidades están:
• Las formas de ocupación de la tierra de estas comunidades, ajustadas a un modelo de
organización familiar y social tradicionales, muy cercano al descrito para el sector anterior, han sido
drásticamente afectadas y desarticuladas por el avance sobre sus territorios debido a los fenómenos de la
colonización, la explotación maderera y minera en gran escala y el montaje de empresas de agroindustria
y acuicultura. Aunque algunas de estas agrupaciones han conseguido mantener pequeñas unidades
agrícolas o minifundios, otras han perdido sus tierras por completo, lo que ha ocasionado conflictos
internos en las comunidades y migración de sus pobladores hacia los centros urbanos.
• El cambio en el modo de tenencia de la tierra ha modificado necesariamente las formas de su uso,
de modo que las actividades agrícolas ocupan ahora un segundo plano. Las actividades de los
5 Dice el investigador Jorge Tamayo que “se tiene derecho a la utilización de un terreno para las labores agrícolas
por el hecho de pertenecer a una familia extensa cuyo antepasado fue la primera persona en utilizarlos. El derecho
pasa de generación en generación. La herencia es de carácter patrilineal. De acuerdo con esto todos los hijos de un
mismo padre (aun cuando haya diferente madre) tienen derecho a la utilización de un lote de terreno trabajado por el
padre. La manera de hacer efectivo este derecho es simplemente turnando el uso, lo cual se facilita por el hecho de
que cada familia posee un promedio de cuatro a cinco lotes a lo largo de las cuencas y microcuencas”. Tamayo, J.
(1996).
6 Romero Vergara, M.D. (1997), pag. 122.
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