Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos

También el lenguaje está sujeto a modas, pero existen algunas coincidencias en lo que diversas
comunidades indígenas y afroamericanas consideran “desarrollo”:
• Debe ser un desarrollo que respete las formas de vida sociales, económicas, de pensamiento, de
trabajo y de gobierno de los indígenas;
• Debe surgir de la participación voluntaria y constante de las poblaciones;
• Todo proyecto o acción que busque promover el desarrollo debe estar articulado a largo o
mediano plazo dentro del plan de ordenamiento y gobierno territorial;
• Si tales planes de ordenamiento y gobierno no existen, debe prestarse apoyo a su formulación y
elaboración;
• La formulación, elaboración y ejecución de todo plan de ordenamiento y de gobierno del
territorio y, por supuesto, de todo proyecto o acción de desarrollo, debe incorporar el elemento de la
capacitación que debe ser sistemática, continuada y orientada a la formación de sujetos que sepan darle
sentido a su propio proyecto;
• Debe ser ecológicamente viable o, en términos actuales, sostenible.
Estos puntos aparecen reiteradamente en los pronunciamientos y conclusiones de seminarios de indígenas
y afroamericanos de los distintos países. Aparecen también en ordenamientos legales y programas de los
gobiernos. Han entrado a ser parte de los ordenamientos y propuestas de ordenamiento de organizaciones
como la ONU y la OEA. Y han sido acogidos progresivamente por los organismos multilaterales de
crédito y desarrollo.
Se deduce de estos conceptos coincidentes que en la planeación de políticas de desarrollo para los pueblos
indígenas y afroamericanos debe haber una concertación entre las comunidades, los gobiernos y los
organismos multilaterales de crédito y desarrollo. Esta forzosa participación trilateral hace necesario
revisar el aprestamiento y limitaciones de cada sector.
Indígenas y afroamericanos
Entre los que cabría señalar como elementos positivos del aprestamiento indígena para el desarrollo,
deben mencionarse: su carácter de sector social organizado; su creciente poder de negociación; su
adaptación al medio físico que constituye su espacio de vida y su apego al mismo; su alto sentido de la
tolerancia y el diálogo como elementos de la convivencia.
El carácter del sector indígena como un sector social organizado, es hoy aceptado en la mayoría de los
países latinoamericanos y del Caribe, donde estos pueblos y comunidades han logrado en los últimos años
el fortalecimiento de sus organizaciones de base, han formado organismos de segundo y tercer grado en el
orden nacional y han dado vida a instancias de comunicación y de diálogo en el nivel internacional, todas
orientadas al estudio y búsqueda de solución de sus problemas.
Su poder y creciente capacidad de negociación es fruto del ascenso que han experimentado sus
organizaciones y se ha proyectado en diversas conquistas: reforma de los regímenes constitucionales y
legales, titulación de sus tierras, autonomía en el manejo de sus asuntos, participación en la vida pública
de sus países, obtención de avances en modelos educativos y de salud más acordes a su cultura y su
realidad.
La adaptación y apego al medio físico de su espacio de vida, constituyen un elemento ligado a la tradición
histórica y la cosmogonía de los pueblos indígenas y representa un amplio conocimiento del entorno, de
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