Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos

Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos en
América del Sur y Central
Su incidencia en el desarrollo
Roque Roldán
En estas notas se propone una aproximación reflexiva a un tema de particular interés para los pueblos y
comunidades indígenas y afroamericanas, y para las agencias de gobierno y entidades financieras y de
apoyo, que deben asumir responsabilidades de trabajo con estos sectores de población. Es el de las
modalidades que distintos Estados vienen utilizando para reconocer a comunidades indígenas y
afroamericanas el dominio de los territorios que ocupan y la forma en que estas modalidades pueden ser
articuladas a las iniciativas de desarrollo con identidad, que tales comunidades reclaman con apoyo de
diversas entidades y gobiernos.
En el desarrollo del tema, se formulan algunas observaciones previas sobre el recorrido histórico de las
comunidades indígenas y la presente situación política. Seguidamente, se avanza en la revisión de las
formas actuales de tenencia y uso de la tierra, las modalidades jurídicas bajo las que se les ha reconocido
el dominio de sus territorios y las limitaciones y alcances de dichas modalidades. Al referirse al tema del
desarrollo, se hace mención de las características más marcadas de los agentes que intervienen en los
proyectos de mejoramiento de estas comunidades, señalando sus recursos y carencias. El examen de estas
materias se orienta a la obtención de unas pautas que permitan, de acuerdo con las experiencias conocidas
en este campo, señalar un derrotero útil a comunidades indígenas y afroamericanas, gobiernos y
organismos financieros, interesados en alcanzar de manera conjunta los objetivos propuestos en los planes
y programas de desarrollo que buscan el beneficio de estos sectores de la población.
LOS PUEBLOS INDIGENAS: IDENTIFICACIÓN GLOBAL, PASADO, PRESENCIA EN LAS
SOCIEDADES NACIONALES Y CIRCUNSTANCIA ACTUAL
Según los datos más confiables, la población indígena en América del Sur y Central, alcanza una cifra
superior a los 52 millones, un 10.57% de la población total en esta zona del continente. Un 88.12% está
constituido, en un primer sector, por las etnias Azteca, Maya Quechua y Aymará, descendientes de las
grandes culturas mesoamericanas y andinas precolombinas, caracterizados hoy por una carencia general
de gobierno propio, una mediana inserción a las economías locales en las que participan como vendedores
de excedentes agropecuarios y productos artesanales y una constante interrelación con la población no
indígena que ha inducido cambios en todas las esferas de la vida comunitaria y de su patrimonio cultural
ancestral. Un 11.88% de la población indígena conforma un segundo sector numéricamente reducido,
pero formado por una inmensa variedad de pueblos y comunidades que, por su aislamiento relativo del
resto de la población en áreas selváticas y periféricas de los países, conserva de modo más acentuado
rasgos distintivos de su identidad cultural.
La expoliación a los pueblos indígenas durante la Conquista y la Colonia continuó con el nacimiento de
las nuevas repúblicas. Al amparo de los principios filosóficos igualitarios que orientaron la nueva política,
las formas de autogobierno y dominio comunitario sobre la tierra fueron vistas como un obstáculo para la
consolidación de los nuevos regímenes. De ahí que los procesos de reducción, sometimiento y a veces
exterminio, emprendidos contra los indígenas por los Estados, o por particulares con la tolerancia de los
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