Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos

los recursos que posee, su identidad y su aprovechamiento potencial. En el contexto del desarrollo
determinan actitudes que ocasionalmente pueden parecer insensatas al utilitarismo mercantil, pero que
resultan razonables y ajustadas a las exigencias de un desarrollo sostenible.
El sentido de la tolerancia y el diálogo como elementos de convivencia, representan una constante en la
mayoría de los pueblos y comunidades indígenas y cualifican el mundo de sus relaciones sociales entre
las comunidades mismas y entre estas y otros sectores. Son fruto de la convivencia ancestralmente
practicada y se hallan arraigados en la conciencia de los individuos que la proyectan a todos sus planes y
proyectos comunitarios. En aquellos que tengan como propósito el desarrollo pueden representar un factor
de solidez y seguridad.
Aunque, como se apunta poco más adelante, existe entre los pueblos y comunidades indígenas una
marcada inexperiencia en el manejo de asuntos financieros y de proyectos que entrañen grandes esfuerzos
de planificación y compromisos a largo plazo, cuentan muchas comunidades con experiencias valiosas
cuya revisión podría arrojar elementos de juicio aprovechables.
Entre las limitaciones del aprestamiento indígena para un desarrollo sostenible, puede hacerse mención
del bajo nivel de escolaridad e información técnica, la inexperiencia en el manejo de recursos financieros
y un escaso o muy reducido sentido de la acumulación.
El bajo nivel de escolaridad entre los pueblos y comunidades indígenas, representa una realidad
demostrada en todos los países americanos. Un ejemplo claro tomado de Panamá, muestra que un 63% de
su población indígena es analfabeta y que el promedio de escolaridad en el sector es de 2.7 grados, frente
a un 7.5 que es el promedio nacional. Diversos factores pueden invocarse para explicar el hecho, pero las
organizaciones indígenas coinciden al reiterar la incidencia de uno: la obsolescencia de los sistemas
escolares que, en gran parte, todavía siguen los lineamientos de las políticas integracionistas.
La inexperiencia en el campo financiero también puede considerarse como una limitación, debido a que la
de los indígenas ha sido generalmente una economía de subsistencia, limitada cuando hay excedentes a un
mercado local en el que las negociaciones son modestas y producen bajos ingresos que no permiten el
ahorro. Sin embargo, de algunos años a esta parte, muchos pueblos indígenas han iniciado y llevado a
término proyectos económicos de alguna consideración y algunos de ellos han tenido resultados muy
alentadores. El cuadro del anexo 3 de este trabajo da cuenta de algunos proyectos de este tipo en
Colombia.
La mayoría de las culturas indígenas siguen pautas de reciprocidad, solidaridad e intercambio arraigadas
en su sistema de relaciones sociales que persisten aún en agrupaciones muy cercanas o articuladas a
regiones de gran dinamismo económico. La acumulación individual en estas comunidades, en las que
suele haber altos niveles de necesidades no satisfechas, puede ser vista como una conducta antisocial y ser
sancionada a través de los sistemas de control propios de su cultura sin que ello signifique reticencia o
rechazo a las opciones de mejoramiento. Éstas son regularmente bienvenidas, aún cuando impongan
restricciones o acumulaciones inusuales, si tienen la perspectiva de un beneficio colectivo.
Aunque el proceso organizativo y las conquistas obtenidas por las comunidades afroamericanas dista
mucho del nivel alcanzado por los indígenas, muchas de sus posibilidades y limitaciones son similares a
las de estos.
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