Cubierta completa Salir Marcha - Plan Nacional sobre drogas
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Tabla 7<br />
Percepción del control que ejercen los propios padres acerca<br />
de los hábitos relacionados con el salir de marcha<br />
Nivel de Total % Grupos % Ciudades %<br />
control Europa España Adolescentes Jóvenes Afters Alternativos Bilbao Madrid Palma Valencia Vigo<br />
Ninguno 42,8 24,9 17,6 24,5 31,3 28,6 22,1 24,3 21,9 14,5 44,0<br />
Poco 36,0 45,3 41,0 44,4 47,4 50,6 51,3 47,3 43,9 48,4 36,1<br />
Bastante 18,4 25,3 34,6 26,5 17,4 19,3 21,7 22,6 30,3 32,8 16,2<br />
Demasiado 2,8 4,5 6,9 4,6 3,9 1,5 5,0 5,9 3,9 4,3 3,7<br />
Total % (n) 2.670 1.340 100 100 100 100 100 100 100 100 100<br />
122<br />
La tabla 7 permite valorar que los jóvenes españoles<br />
perciben un cierto control de sus padres. Aun así es<br />
destacable que la mayoría de los jóvenes consideran<br />
que sus padres ejercen poco (45,3%) o ningún control<br />
(24,9%) <strong>sobre</strong> ellos. El resto considera que los padres<br />
ejercen bastante control (25,3%) o demasiado (4,%).<br />
Vigo en primer lugar y Bilbao es donde los jóvenes<br />
sienten menor control, mientras que en Valencia es<br />
donde parece que se ejerce más control. En los subgrupos<br />
son los ‘adolescentes’ quienes perciben un<br />
mayor control mientras que los ‘afters’ y los ‘alternativos’<br />
quienes más se alejan del control. Esa distribución<br />
del control es coherente con las otras variables que ya<br />
se han analizado, de tal manera que el tener más<br />
edad, el haber dejado de convivir con los padres y el<br />
estar implicado en el mundo laboral permiten alejarse<br />
un poco más del control que ejercen los padres.<br />
La edad es un indicador básico en la relación entre<br />
control familiar y vida recreativa. Para los más jóvenes<br />
el salir por la noche es una forma de alejarse del control<br />
familiar por un periodo corto de tiempo. Ello les<br />
supone uno de los mayores estímulos en participar de<br />
esa actividad. Para varios de los jóvenes informantes<br />
las primeras veces que salieron supuso una de las<br />
mayores emociones de sus vidas:<br />
“al principio es algo nuevo. Oyes decir a unos y a otros lo<br />
que hacen y a ti te entran ganas de probarlo.” (Mujer de 17<br />
años, Palma).<br />
“...es la primera vez que consigues liberarte de tus<br />
padres, haces lo que quieres, te sientes más mayor, vives<br />
cosas que antes han vivido los hermanos mayores y te<br />
han contado. Puedes llegar tarde a casa y eso tiene su<br />
magia. Un poco tu eliges y no tienes que estar bajo las<br />
órdenes estrictas de tus padres. Empiezas a hacer un<br />
poco lo que quieres o por lo menos te lo crees porque en<br />
realidad sigues viviendo en tu casa.” (Varón de 28 años,<br />
Palma).<br />
Esa magia iniciática se va transformando a medida<br />
que el salir de marcha se convierte en parte de la normalidad,<br />
parte de la vida semanal. La familia lo asume<br />
e incluso lo promociona. En líneas generales el control<br />
por parte de los mayores es muy suave y aumenta en<br />
la medida en que la convivencia con la familia es más<br />
estrecha y los jóvenes dependen más del dinero de<br />
sus familias para salir de marcha. De todas formas hay<br />
que tener en cuenta que la prolongación de esta convivencia<br />
es posible, en buena parte, por el aumento de<br />
esa permisividad de las familias. Se ha eliminado en<br />
gran parte la tensión intergeneracional tan frecuente<br />
en tiempos pasados para dar lugar a un tipo de convivencia<br />
más pacifica y poco interventora, por lo menos<br />
en el aspecto recreativo. De hecho las encuestas<br />
<strong>sobre</strong> valores así lo confirman. Según Orizo la compenetración<br />
entre padres e hijos es alta y ha ido subiendo<br />
su apreciación por parte de los jóvenes (Orizo<br />
1991: 64).