Cubierta completa Salir Marcha - Plan Nacional sobre drogas
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España. Junto a ello cada vez ocupa un lugar más central<br />
el consumo de <strong>drogas</strong>, tanto las legales como las<br />
ilegales. Los jóvenes como parte del entramado social<br />
dependen de él y participan en reproducirlo, por tanto,<br />
son consumidores de todo lo que la sociedad crea<br />
para ellos y les es funcional para lograr sus objetivos.<br />
Las <strong>drogas</strong> están ahí, al igual que una industria recreativa<br />
que les presenta una amplia oferta de escenas y<br />
elementos relacionados con la diversión. Los jóvenes<br />
han sido socializados para aceptar la diversión como<br />
el máximo exponente de un ideal construido durante<br />
varias generaciones las cuales experimentaron los<br />
límites y la represión en el logro de ese ideal. Por tanto,<br />
el salir a divertirse no es un invento de los jóvenes, lo<br />
que hacen los jóvenes es utilizar ese espacio socialmente<br />
legitimado para desarrollar su propio lenguaje,<br />
identidad y estrategias.<br />
De alguna manera el periodo de juventud actual es un<br />
periodo de espera entre la adolescencia y el logro de<br />
esas condiciones sociales que dan paso a la vida adulta.<br />
Ese periodo puede llegar a ser muy largo, y mientras<br />
tanto, siguiendo de nuevo las reflexiones de Gil<br />
Calvo, la falta de responsabilidades y la falta de intereses<br />
que defender de ese grupo considerado joven les<br />
sitúa ante la disponibilidad de un tiempo sobrante y<br />
excesivo que deben ocupar. La música bailable, la<br />
moda y los estupefacientes, serán los componentes de<br />
esa juventud en tránsito (Gil Calvo 1984: 19)<br />
Ese espacio cómodo, placentero y alejado del poder<br />
destinado a los jóvenes, y que en nuestra sociedad se<br />
alarga hasta rozar los treinta años tiene algo de anómalo.<br />
Resulta una forma bastante lograda de que los<br />
jóvenes se mantengan alejados de los espacios de<br />
toma de decisiones, así como ajenos a una mayor<br />
intervención en aquellos espacios que les son propios.<br />
La acción de los jóvenes dentro de la vida recreativa,<br />
sus excesos o transgresiones plantean dilemas<br />
que afectan a la estructura social en su conjunto. Sin<br />
embargo los jóvenes no son víctimas ni agentes pasivos,<br />
participan de lo que hay y construyen nuevos<br />
valores, parte de lo cual ocurre en el espacio recreaparte<br />
están siendo obedientes a los deseos de sus<br />
adultos. Pero esa obediencia no es absoluta ni fiel a la<br />
imagen que tienen los adultos de la diversión. Los jóvenes<br />
tampoco son pasivos y se han apropiado del ideal<br />
de los adultos pero lo han reelaborado dándole un contenido<br />
propio y específico. Es cierto que se da ese<br />
“doble vínculo” que propone Gil Calvo cuando entre<br />
semana los jóvenes son obedientes en la escuela o en<br />
el trabajo y los fines de semana practican la desobediencia<br />
debida que también les exigen los adultos. Pero<br />
tanto en el espacio de la obediencia como en el de la<br />
desobediencia los jóvenes actúan aportando y elaborando<br />
sus propios ideales y estrategias ante la vida. En<br />
el ideal de diversión de los adultos, el consumo y abuso<br />
de las <strong>drogas</strong> recreativas no estaba previsto. Los adultos<br />
temen la heroína que ha causado estragos en su<br />
cohorte, pero no se alarma tanto ante el consumo de<br />
<strong>drogas</strong> recreativas, porque o bien no conoce suficientemente<br />
el uso que se hace de ellas o porque las valoran<br />
egocéntricamente desde su propia experiencia, de<br />
la forma en que ellos las consumieron cuando eran<br />
jóvenes y sin enterarse que ese consumo está cambiando<br />
y ocupando un espacio central y dominante en<br />
el nuevo ideal de diversión que envuelve a muchos<br />
jóvenes, situación que además solo es posible con la<br />
aportación económica generosa que hacen los propios<br />
adultos. El abuso de las <strong>drogas</strong> recreativas es la consecuencia<br />
perversa de la diversión llevada a un extremo<br />
y situada en el centro de la atención de los jóvenes.<br />
He aquí una paradoja de los adultos, por un lado han<br />
promovido un estilo de ser joven y por otro se alarman<br />
de las consecuencias que ello implica. Los adultos se<br />
enfrentan a dificultades para comprender y conceptualizar<br />
algunos de esos cambios, lo que es necesario<br />
realizar para adoptar un papel socializador que permita<br />
reconducir el proceso.<br />
La nueva cultura de las <strong>drogas</strong><br />
La fiesta, la música y el baile son los elementos que<br />
mejor definen el movimiento juvenil en Europa y en