2008 - Festival Internacional de Música y Danza de Granada

fIMydMEMORIA200877con la presencia del tenor Gerd Türk más cuatroprofesores de otros tantos instrumentos (oboe,trompa, fagot y clave), aunque no exactamentelos al uso hoy. Así, sonaron el oboe barroco o eloboe d’amore, el bajón (antecesor del fagot) y latrompa natural; teniendo en cuenta, además, loque nos recuerda Gonzalo Roldán en las páginasde Granada Hoy del 13 de julio: «[…] debido apor ello, la Sinfonía Turangalîla […] demostrólas potencialidades de una orquesta que trabajóenormemente la obra para su grabación conChailly, considerada justamente de referencia».De la presencia de la Staatskapelle y Barenboimcon el ciclo Bruckner, el crítico de Scherzoescribía: «Si Bruckner era el entusiasta profetade Wagner (menos, en sus tres últimas sinfonías),5 6 7su temprano grado evolutivo, son bastante másdifíciles de tocar y requieren una formaciónespecífica y una habilidad superior a la demandadapor sus homónimos de hoy». Sea como fuere,Jorge Córdova señala ese mismo día en La Opiniónel porqué de su extrañeza al indicar que «cuando[…] te quedan dudas sobre si se tocó la integridadde lo anunciado o no reconoces si se tocaban laspopularísimas Fantasía de Selma y Salaverde,Paseábase el rey moro de Palero, la Pavana deCabezón o La Félix de Duphly, el programa demano se te pone esotérico».Ya con una perspectiva de conjunto, algunas delas revistas mensuales especializadas en músicaclásica recogieron informaciones y críticas del 57Festival de Granada. Así, Scherzo, en su númerode septiembre, dedicó dos páginas completasal certamen, destacando su crítico JoaquínGarcía distintos conciertos y espectáculos delprograma general. Como propuesta imprescindibleen un festival como el de Granada, se hacíaespecial hincapié en la oferta sinfónica: «Elapartado orquestal ha alcanzado un esplendorsólo empañado por la enfermedad de Jansons,sustituido a ultimísima hora por el todoterrenoJärvi […] Sus dos jornadas al frente delConcertgebouw, el 28 y el 29 de junio, se saldaroncon un enorme éxito, aunque no nos convencierande que Järvi es un entusiasta de Messiaen y menosde la Turangalîla». Precisamente esta última obraencumbró, según el criterio de Joaquín García, alConcertgebouw, incluso por encima de Järvi: «[…]pese a su escasa intervención, o precisamenteBarenboim ha resultado serlo del propioBruckner»; para continuar más adelante: «[…]nadie puede negarse a la grandeza de su Bruckner,con una orquesta que no es precisamente elConcertgebouw, pero que en la Octava Sinfoníasonó como si lo fuera. Octava y Novena dereferencia, superando quizá sus grabaciones conChicago y la Filarmónica de Berlín».José Luis Kastiyo, un auténtico veterano en laslides periodísticas y en la cobertura del Festival deMúsica y Danza de Granada, hizo un pormenorizadobalance de esta 57 edición en las páginas deCD Compact del mes de septiembre, donde, porejemplo, realzaba la versión concierto de Porgyand Bess escuchada en el Palacio de Carlos V:«El entusiasmo del público estuvo plenamenteexplicado en la formidable labor de la New WorldSymphony y en el reducido pero portentoso conjuntoThe Atlanta Opera Chorus. Si la obra cuenta unahistoria de negros en Carolina del Sur, las vocesnegras de calidad, como las de esa mágica nocheen la Alhambra granadina, son insustituibles […].La seguridad del director musical Wayne Marshall,también de color, rubricó con su dominio de laobra que todos aceptásemos como una referenciapara el futuro esta versión de la popular ópera deGershwin». Por cierto, de este Porgy and Bessescuchado en Granada, Joaquín García ya se habíahecho eco en las páginas estivales de Scherzo(julio-agosto), finalizando con un comentario goloso:«Gershwin sonó como Puccini, apreciación queprobablemente en boca de Gérard Mortier no seríaelogiosa, pero sí en la nuestra».