12.07.2015 Views

La Colmena

La Colmena

La Colmena

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Librodot <strong>La</strong> colmena Camilo José Cela57-Cógelo.Martín Marco enciende el pitillo.-Se llama Purita y es un encanto de mujer, es suave como una niña, delicada como unaprincesa. ¡Qué vida asquerosa!Pura Bartolomé, a aquellas horas, está merendando con un chamarilero rico, en un figón deCuchilleros. Martín se acuerda de sus últimas palabras:-Adiós, Martín; ya sabes, yo suelo estar en la pensión todas las tardes, no tienes más quellamarme por teléfono. Esta tarde no me llames; estoy ya comprometida con un amigo.-Bueno.-Adiós, dame un beso.-Pero, ¿aquí?-Sí, bobo; la gente se creerá que somos marido y mujer. Martín Marco chupó del pitillo casicon majestad. Después respiró fuerte.-En fin... Oye, Ventura, déjame dos duros, hoy no he comido.-¡Pero, hombre, así no se puede vivir!-¡Bien lo sé yo!-¿Y no encuentras nada por ahí?-Nada, los dos artículos de colaboración; doscientas pesetas con el nueve por ciento dedescuento.-¡Pues estás listo! Bueno, toma, ¡mientras yo tenga! Ahora mi padre ha tirado de la cuerda.Toma cinco, ¿qué vas a hacer con dos?-Muchas gracias; déjame que te invite con tu dinero. Martín Marco llamó al mozo.-¿Dos cafés corrientes?-Tres pesetas.-Cóbrese, por favor.El camarero se echó mano al bolsillo y le dio las vueltas: veintidós pesetas.Martín Marco y Ventura Aguado son amigos desde hace tiempo, buenos amigos; fueroncompañeros de carrera, en la Facultad de Derecho, antes de la guerra.-¿Nos vamos?-Bueno, como quieras. Aquí ya no tenemos nada que hacer.-Hombre, la verdad es que yo tampoco tengo nada que hacer en ningún otro lado. ¿Tú a dóndevas?-Pues no sé, me iré a dar una vuelta por ahí para hacer tiempo.Martín Marco sonrió.-Espera que me tome un poco de bicarbonato. Contra las digestiones difíciles no hay nadamejor que el bicarbonato.Julián Suárez Sobrón, alias la Fotógrafa, de cincuenta y tres años de edad, natural deVegadeo. provincia de Oviedo, y José Giménez Figueras, alias el Astilla, de cuarenta y seisaños de edad, y natural del Puerto de Santa María, provincia de Cádiz, están mano sobremano, en los sótanos de la Dirección General de Seguridad, esperando a que los lleven a lacárcel.-¡Ay, Pepe, qué bien vendría a estas horas un cafetito!-Si, y una copita de triple; pídelo a ver si te lo dan.El señor Suárez está más preocupado que Pepe, el Astilla; el Giménez Figueras se ve que estámás habituado a estos lances.-Oye, ¿por qué nos tendrán aquí?-Pues no sé. ¿Tú no habrás abandonado a alguna virtuosa señorita después de hacerla un hijo?-¡Ay, Pepe, qué presencia de ánimo tienes!-Es que, chico, lo mismo nos van a dar.-Sí, eso es verdad también. A mi lo que más me duele es no haber podido avisar a mi mamita.-¿Ya vuelves?-No, no.A los dos amigos los detuvieron la noche anterior, en un bar de la calle de Ventura de la Vega.Librodot57

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!