numero-veinte

InéditosEl poeta pide morir a viva vozLa oscuridad te da un endecasílabo,en el silencio necio de la noche,en el sonido nítido que abrocheel frío del abrigo fugitivo.La inmensidad te ofrece un verso altivo,escucha su canción y sin reproche,Las autoridades sanitarias advierten:no se sabe exactamentea cuántos versos asciendela sobredosis de poesíapero se recomiendaa toda personaconsumir al menos un poema al díadisparan los periódicoslas ciudades lo saben y no olvidanme mirancon cáncer de pulmón entre los dedoscon gritos sordos en los ojosque olvidar en el alféizareste mapa viejo me dedicalos remiendos que cree remediosAs cidades non esquecencon todas sus lenguasme latencon todos sus relojesuna ciudad no es una ciudadsi no te partebien en dosbien en cerola cartografía no entiendede escalas 1:1no sabe que lloro puentesque guardo peces en los pulmonesque las persianas son para olvidar océanosque la saliva también es aguauna ciudad no es una ciudadsi no es mentira14lloro los puentes y el río se hace mary a las afuerascomo la lluvia repica en el coche,un acordeón se lamenta por la pérdida donde es fácil compartir ramas y huesosescribe en el vaho gris que estás vivo.las diferencias entre la muerte por sumersión donde es fácil confundir ramas y huesos15[en agua dulce me limpio la sangre de las rodillasCuántas veces no sirven los papelesy la muerte por sumersión en agua saladay me sientofugaces como las ondas sonoras,no son tantasirreverentepara dejar por testigo las pieles.si lo piensascomo las mareas como las antenasadmitesonrío a los caucesQuisiera yo vivir en los laureles,y los charcos quéa las cicatricesestando presente en todas las horas;de todas formaspero no pido perdónmorir a viva voz por si me dueles.si aquí nunca llueveManuel Fernández-Galiano Amorósy los puentes me abofetean con cariciasNatalia Perisme lamen