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Matia aún conserva y se refugia enalgunos de sus juguetes más preciados oTambién hay que destacar elteatro de cartón que tiene Matia cuandoTambién juega con un teatro, un principio para ser representado comoeste vez de cartón, en la casa de su obra de teatro. Al final de la novela, Matiaen las historias de sus cuentos favoritos. era niña y que había olvidado en suamigo Gravila, al que llaman “el Teatro afirma lo siguiente:Matia nos habla de Gorogó con mucha antigua casa antes del traslado a la casade los Niños”. Pero en esta ocasión noNunca existió la Isla de Nunca Jamás yternura: “Menos mal que llevé conmigo, de Práxedes. Esto es un síntoma más desolo jugarán con el teatro, sino que sonla Joven Sirena no consiguió un almaescondido entre el jersey y el pecho, que Matia llega ya a Mallorca sin partemuchos los otros juguetes que llenaninmortal, porque los hombres y lasmi Pequeño Negro de trapo -Gorogó, de su infancia e inocencia.sus horas de diversión, sus juegos aúnmujeres no aman, y se quedó con unDeshollinador-, y lo tenía allí, debajo deinfantiles: “Entramos en una habitación par de inútiles piernas, y se convirtió enEntonces comprendí que había perdidola almohada” (p. 16). Al ser rechazadallena de objetos, mitad juegos y mitad espuma. Eran horribles los cuentos (p.algo: olvidé en las montañas, en lapor el grupo de chicos del pueblo,amontonamiento de trastos viejos. 184).enorme y destartalada casa, mi teatritoMatia regresa a la casa de su abuelaEsparcidos por todas partes, desde losde cartón (Cerré los ojos y vi lasdiciendo que se siente “desterrada por decoraciones de papeles transparentes,animales de un zoo de madera, hasta Matia cuenta en un momentoser muchacha (ni siquiera una mujer, ni con cielos y ventanas azules, amarillos,una torre Eiffel a medio hacer, que me de la narración que, aunque viera pocosiquiera) de la excursión al Naranjal (...) rosados) (p. 16).recordó el ya inútil Meccano de los a su madre, su padre siempre le enviabasubía a mi habitación, sacaba de bajo losgemelos (abandonado en un armario juguetes, libros, un payaso de juguete,pañuelos y los calcetines a mi pequeñoNegro, miraba su carita y me preguntabaEn Paraíso inhabitado, Adrianatambién disfruta de muchos juguetes.del Cuarto Oscuro) (...) Pero sobre todasestas cosas, instalado sobre una mesa,y que los Reyes Magos también seacordaban de ella. Después reflexiona y70 por qué ya no le podía amar” (p. 90). Así,el lector percibe que Matia está dejandoEn primer lugar, hay que remarcar queAdriana no disfrutaba de los juegosvi un precioso teatro de cartón. Era unmaravilloso teatrito, con decoraciones yllega a la conclusión de que “quién iba ahablar de Reyes Magos a Borja, a Guiem71de ser una niña, pero aún tampoco se habituales de las niñas de la época. Nopersonajes” (p. 177). Sin embargo, esteo al Chino” (p. 72), puesto que estossiente una mujer, y Gorogó es un gran quería ni muñecas ni jugar a “campos”, esteatro arderá tras la muerte de Gavrila.jóvenes ya no son tan infantiles comocompañero en las noches en las que decir, a “tirarse pelotazos” con el resto depodría parecer.se siente sola e incomprendida. Este niñas. Su tía Eduarda le compra un teatroTambién hay que observar laHay algunos cuentos que marcanpeluche también fue el juguete favorito de guiñol a Adriana como regalo de suimportancia que tienen los cuentos parala relación entre Gavrila y Adriana ende Ana María Matute (Cañete Ochoa Primera Comunión. Así, la pequeñanuestras protagonistas. Muchos sonParaíso inhabitado. El que más se cita2011: 101). Al final de la novela, Matia podrá esconderse y hacer lo que quiera:cuentos de Hans Christian Andersen,en la novela es “El Rey Cuervo”. Nuncay resaltan en Primera memoria “Lapierde a Gorogó y se marcha a su nuevollegan a leer el último capítulo. TambiénMe llevó a una gran tienda de juguetessirenita”, “La reina de las nieves” y “Loscolegio sin su gran amigo de trapo. Estey me compró un teatrito de guiñol (...)aparecen otros cuentos infantiles, comocisnes salvajes”. Ana María Matutees un símbolo más de la pérdida de la Pero éstos de ahora estarían bajo mispor ejemplo “La Reina de las Nieves”enseña en una entrevista para RTVE eninfancia que sufre Matia: “Además, había órdenes, y podría hacer con ellos loo “La Bella Durmiente”. Tras la quemaenero del año 2013 su antiguo ejemplarperdido a Gorogó —no sabía dónde que quisiera: inventarme lo que se mede los objetos de Gavrila, todos estoscon los cuentos de Andersen junto aestaba, bajo qué montón de pañuelos o ocurriera, de la vida, de la gente, de losjuguetes y recuerdos desaparecen, yalgunas ilustraciones, y confiesa quecalcetines. Ya estaba la maleta cerrada, malos, de los buenos, de los gigantessolo queda un trozo de alfombra y unacon sus correas abrochadas, sin Gorogó” y de mí misma. Sin que nadie metiera“todo el mundo está rodeado de seresgramola.(pp. 184-185).sus narices y castigos en el espaciomágicos: unos los ven y otros no”.que yo fabricaba al margen, siempre alTambién aparece el libro infantil Peter Todos estos cuentos y estosmargen… (pp. 41-42).Pan de James Matthew Barrie, creado en juguetes desaparecen o se muestran

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