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mundo adulto. También hay dos bandos quién es ella en realidad. Aun así, eldescubrimiento fue “una de las cosas muerte de Gavrila, Adriana regresa allíentre los jóvenes del pueblo. Matia losclasifica en ellos y nosotros. La guerraque mantienen entre ellos se explica envarios fragmentos de la novela:lugar que realmente atormenta a laprotagonista es su colegio, Saint Maur.Para ella, la primera vez que va a eselugar es aquella en la que se vio “cara amás buenas que ocurrieron por aqueltiempo” (p. 81). Esos armarios son paraella un lugar de protección y confiesaque “apenas se cerró la puerta tras miy recuerda aquellos juegos infantiles. Seda cuenta, finalmente, de que ese lugarque antes era el lugar del sueño se haconvertido en el lugar de las ausencias.68cara (...) en el mundo de los Gigantes”espalda, una oscuridad amable, podríaCuando los de Guiem desenterrabanAl final de la novela, tanto Matia(p. 19). Aparte, el mundo de las niñasdecirse que protectora, me rodeó. Allílos ganchos de la carnicería, la guerracomo Adriana se alejarán de Mallorcale resulta terriblemente hermético.nadie me reprocharía nada, allí nadieempezaba. Provocaban a Borja y Juany de Madrid respectivamente hacia unAntonio, a los del administrador, a mí Cuando ingresa en el colegio, se sienteme preguntaría nada, allí yo estaba sola,nuevo lugar de residencia. Mientras quey al Chino, de la mañana a la noche. atada y asfixiada, y debe encontrar cuáldeliciosamente sola” (p. 83). En su casa,Manuel va a un reformatorio tras la falsaEncendían hogueras en la plaza de es su lugar:Adriana se refugia en la cocina o en elacusación de Borja, este y Matia, asistenlos judíos, y si no les hacíamos casocuarto de la plancha con dos de susquemaban muñecos de paja, lo que Y empezó una dura batalla por laa un nuevo colegio lejos de Mallorca.grandes apoyos a lo largo de la novela:significaba su triunfo sobre Borja y Juan defensa de mis escondites, de misAdriana se marcha a las Ruinas con suTata María y la cocinera Isabel. TambiénAntonio (p. 122).espacios y noches. Antes, solo debíatía Eduarda. Entre lágrimas, Adrianase sentirá protegida cuando deambuleesconderme, ser cautelosa, deslizarmeconfiesa a su tía que siempre estápor su casa todas las noches.Las dos protagonistas van a silenciosamente por el pasillo haciaesperando al regreso de Gavrila, de sussentirse oprimidas en ciertos espacios las puertas que separaban la zonaEntre otras cosas, yo ya me había días de infancia. Su tía le contesta asíconcretos. Matia expresa en su del parquet sin encerar al parquetfabricado un mundo propio, donde que todo el mundo espera, y que “losnarración cómo se sentía en la casa de encerado (p. 22).vivía sumergida en algún elemento Unicornios nunca vuelven” (p. 396), quesu abuela Práxedes. Repite en <strong>numero</strong>sasnebuloso, y a veces extraordinariamente su niñez jamás va a regresar.ocasiones cómo el aburrimiento y laSin embargo, las dos jóvenes vancálido, con la calidez que —por lo oídofalta de libertad la hacen ahogarse en esetener otros lugares donde van a sentirseLos espacios marcan claramentebajo la mesa de la plancha— me habíaambiente, en contraste con la libertadlibres. Matia solo se siente tranquilasido de algún modo regateada (...) No cuál es el proceso que atraviesan nuestras69que había vivido antes de la guerra, cuando desaparece de la casa sin previopuedo recordar exactamente cuándo protagonistas en ambas novelas. Trasmomento que relaciona con su infancia. aviso para viajar hacia Santa Catalina,que termina compartiendo con Manuelempecé a saltar de la cama y recorrer elmundo nocturno de la casa. Suponía aun hecho traumático, las dos se veránenvueltas en un traslado de vivienda, loEn Paraíso inhabitado, el en la recta final de la narración. De estatodos dormidos (...) Pero la casa, no. La que marca el final de ambas novelas y deambiente también es decisivo a la forma, confiesa Matia que “así, los dos,casa despertaba precisamente entonces sus infancias.hora del desarrollo de la protagonista.en la logia, que la abuela no le gustaba(p. 9).Adriana nace en una familia acomodadapisar, y que solo veía a través de lasde Madrid. Para ella, su casa es un lugarOtro lugar que deja a Adrianaventanas abiertas, hallábamos el únicoLos cuentos y los juguetesdemasiado amplio, y siempre buscaser ella misma es la casa de Gavrila, yrefugio en la desesperante casa” (p. 18).pequeños refugios en los que puedemás aún el piso bajo el terrado, donde En este momento transitorio entre laser ella misma. En muchas estancias, El único lugar que encontraráenseñara a la joven a “volar” con unos infancia y la madurez, Matia y AdrianaAdriana se siente controlada por su Adriana en su colegio para poderpatines antiguos. Para ella, este lugar tienen en su poder cuentos y juguetesmadre y su hermana mayor, obligada a refugiarse es un armario en el llamadoes la “ventana del cielo”, y se convertirá que también proyectan la incipientemantener una imagen que no representa “Cuarto Oscuro”. Para ella eseen el “castillo de los siameses”. Con la madurez de sus dueñas.

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