I. MEMORIA DE INFORMACIÓN - Ayuntamiento de Jaén

El derribo de esta Puerta posibilitó la creación de un nuevo eje de expansión con la prolongaciónde la calle Campanas hacia el convento de San Francisco y continuado hasta la actual PlazaDeán Mazas, que ya desde el siglo XVII desempeñaba un importante papel en la vida de laciudad como plaza del Mercado y lugar de espectáculos públicos, tanto religiosos comoprofanos. Así la política municipal toma la decisión de potenciar el área con la construcción deuna serie de edificios de equipamiento, tanto de abastecimiento como de ocio, como son elPósito, para almacén de trigo y la construcción de un Corral de Comedias.La decadencia del siglo XVIII supuso una regresión importante en la ciudad en todos losórdenes, pero sobre todo en el ámbito urbano. Son múltiples las circunstancias sociales,económicas, administrativas, etc. que motivan en estos años la decadencia urbana de la ciudad,que poco a poco ve como los edificios situados extramuros -en su mayoría ermitas y capillas- ylos enclavados en la parte alta de la ciudad, se van abandonando paulatinamente, hasta acabarlenta e inexorablemente en ruinas y escombros. Son años en que se cierran varias parroquiascon el perjuicio de su correspondiente “collación”, deterioro de calles, casas convertidas ensolares y derrumbe de edificios. Incluso se abandona el viejo Alcázar o Castillo de SantaCatalina (1770), que acarreará el inicio de su posterior declive.A finales del siglo XVIII la Ilustración va entrando en Jaén tímidamente y va haciendo mella. Enel terreno urbanístico no sólo se pretende sanear, sino que también se tiene la voluntad deembellecer la ciudad. Don José Martínez de Mazas, el deán ilustrado de la Catedral, fundador en1786 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, escribe cómo debe asearse ydecorarse la urbe, arreglar las calles con buenos empedrados y hacer caminos. Apuesta por lascalles rectas donde no se deje edificar libremente a la gente en el lugar que se le antoje,impidiendo así la rectitud o el paso común, ni poner rejas bajas sacadas de la pared o en losaltos, ni celosías que impidan entrar el aire y la luz.Diferencia entre calles de mayor o menor uso: para las primeras al menos, se han de hacerplanes de alineamiento, las restantes deben tener variación dentro de una cierta uniformidad.Condena las casas vinculadas a mayorazgos, capellanías, cofradías e iglesias pobres que alcaerse no tienen quien las repare. Considera que la magnificencia es lo importante, belleza,sanidad y buena circulación estarían pues en la base de los planes ilustrados.2.6. LA CIUDAD DECIMONÓNICAYa entrado el siglo XIX, la red urbana, que hasta entonces había experimentado muy pocasvariaciones respecto del siglo XVI, empezó a cambiar, no sólo en extensión, sino también enpuntuales modificaciones. Al principio se aprecia una tímida inclinación a realizar construccionesfuera de las puertas de la muralla, sobre la base, según reflejan las actas municipales, delaumento del vecindario y la escasez de casas.Se ha de destacar en este contexto el hecho de que en este siglo perdió importancia el conceptode distribución de ciudad en “collaciones” religiosas y empezaba a ser asumido el concepto debarrio con una mayor función jurídico-administrativa. Ello supuso la supresión de viejas17