Juan Francisco Martínez PeriaHaití: La revolución olvidadaDe esta manera, la lucha continuó en Saint Domingue, pero ahora los rebeldes contaban con laayuda de la fiebre amarilla, que asolaba a las tropas francesas. Cientos morían todas las semanas yLeclerc dependía cada vez más de Dessallines y Cristophe en su lucha contra la guerrilla. Día a día, lasituación de los franceses se tornaba desesperante y para colmo de males muchos oficiales del viejoejército louvertiano se pasaban al bando de los guerrilleros. Así fue como, finalmente, en octubre de1802, los mulatos que habían acompañado la expedición, Petion y Pinchinant, entre otros y losgenerales Cristophe , Dessallines y Belair se unieron a la resistencia y comenzaron a luchar ya no sólopara evitar la restauración de la esclavitud, sino también por la independencia de Francia. De estamanera, la revolución que había comenzado con la rebelión de los esclavos en pos de la libertad,asumía, gracias a la ambición colonialista/esclavista del Imperio Francés, el carácter decidido de unarevolución nacional y anti-colonial.A fines de 1802 los franceses sufrieron otra significativa baja, la muerte del Gral. Leclarc amanos de la malaria. El Gral. Donatien Rochembau lo sucedió en su cargo y llevó la lucha contra losrebeldes a un nivel de crueldad y violencia inimaginables. El ejército francés, dando claras muestrasde su barbarie, aplicó todo tipo de medidas terroristas, usando la tortura, no respetando la vida de losheridos y masacrando poblaciones enteras de civiles. Tal fue el salvajismo del Gral Rocheambau quellegó a importar de Cuba cientos de perros entrenados especialmente para cazar negros esclavos. Porsu parte, las tropas rebeldes, engrosadas por miles de cultivadores y con la moral más alta que nuncaconformaban ahora el Ejército Indígena, el cual luchaba tras la nueva bandera, que con sus coloresazul y rojo y la consigna Liberte au la Mort, representaba la alianza de los mulatos y los negros en posde la independencia nacional. 40 Ninguna de las medidas terroristas de Rocheambau se mostraronefectivas, sus tropas caían como moscas a causa de la malaria y de las acciones guerrilleras de losrebeldes, la resistencia popular se expandía por todo el territorio y para colmo de males el reinicio dela guerra con Gran Bretaña impedía que Francia enviara nuevos refuerzos. Finalmente, Rocheambau,desahuciado y con una ínfima porción de las tropas que habían desembarcado en 1802, se rindióincondicionalmente el 31 de noviembre de 1803, abandonado la isla para siempre. Lo impensadohabía sucedido: las tropas napoleónicas habían sido derrotadas por un ejército rebelde y popularconformado por ex–esclavos. La pequeña isla del Caribe le había ganado la pulseada al civilizadoImperio Francés. Ahora si era hora de dar el paso que Toussaint no se había atrevido a dar yDessallines declaró, el 1 de enero de 1804, la independencia total y absoluta de Saint Domingue,Estado al que, en honor a sus antiguos pobladores indígenas, se bautizó con el nombre original,Haití.El ciclo de la revolución se había completado. Para asegurar el fin de la esclavitud hacía faltaterminar con el colonialismo y los haitianos se habían atrevido a dar ese paso, con las armas en lamano. Nacía así la primera república negra de la historia y el primer Estado independiente deAmérica Latina.La herencia y el significado de la Revolución HaitianaLa influencia de la Revolución Haitiana en América y el Caribe fue, sin lugar a dudas, inmensa.Siendo un claro ejemplo de lo que los esclavos podían hacer por sus propios medios, generóesperanzas y temores en las sociedades esclavistas del mundo atlántico. Los amos, aterrorizados,reforzaron sus métodos violentos de dominación y los esclavos, por su parte, redoblaron susesfuerzos conspirativos. Así, la Revolución Haitiana rápidamente se convirtió en un mito popular,que en relatos y canciones inspiró a los esclavos americanos a tomar las armas y a luchar por sulibertad. Esta influencia es visible en varias rebeliones de esclavos, como las de Juan Antonio Aponteen Cuba o las ocurridas en Jamaica y Brasil en las primeras décadas del siglo XIX, las cuales, sinembargo, fracasaron. De esta manera, más allá de su influencia entre los esclavos de América, lo40 Véase Luís Vitale (1987: 13).20 e-<strong>l@tina</strong>, Vol. 7, núm. <strong>27</strong>, Buenos Aires, abril-junio de 2009 – http://www.iealc.fsoc.uba.ar/elatina.htm
Juan Francisco Martínez PeriaHaití: La revolución olvidadacierto es que éstos nunca pudieron imitar exitosamente ese ejemplo inspirador. A pesar de ello, laRevolución Haitiana hizo efectivos aportes al fin de la esclavitud de América Latina y a la causaanticolonial. Primero en 1806, ayudando con armas y hombres a Francisco de Miranda en suexpedición revolucionaria y luego en 1815-1816, cuando el presidente haitiano Alexandre Petionauxilió con miles de armas y cientos de combatientes voluntarios a Bolívar en su causaindependentista, convenciéndolo a su vez de la necesidad ineludible de liberar a los esclavos, cosaque el venezolano hizo al volver a su patria. 41 De esta manera, gracias a la influencia de los líderesrevolucionarios haitianos, la gesta bolivariana adquirió un carácter, ya no sólo anticolonial, sinotambién social.A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la estrella de la Revolución Haitiana se fueapagando al calor del cerco político, económico e ideológico impuesto por las potencias imperiales ya partir de los fracasos políticos y económicos del orden post-revolucionario. Sin embargo, con elrenacer de las luchas raciales y coloniales en América, el Caribe y África, la influencia de la revoluciónrenació, siendo revindicada por pensadores de la negritud como W. E. B. Dubois, C.L.R. James,Frantz Fanon y Aime Cesaire, quienes vieron en ella un hito fundamental en la lucha de los pueblosnegros y del tercer mundo por alcanzar su plena libertad frente a las potencias imperiales. Pero elfracaso de los movimientos de liberación nacional y de las revoluciones africanas y el permanentesilenciamiento de las Academias del mundo nor-occidental hicieron que la Revolución Haitianacayera nuevamente presa del olvido. 42 Tanto es así que, como dijimos previamente, hoy en la mayoríade los países de América Latina, con la honrosa excepción de Cuba, se proyectan los festejos delbicentenario de las independencias latinoamericanas para el 2010 olvidándose por completo quedicho proceso se inició con la independencia de Haití, en 1804.Pero, sin lugar a dudas, hay otro olvido que es aún más importante y es el que tiene que vercon el significado filosófico político de la Revolución Haitiana. Así, la inmensa bibliografíahistoriográfica y filosófica occidental nos recuerda que fueron y son la Revolución Inglesa,Norteamericana y Francesa los pilares fundantes de la democracia moderna. Sin embargo, lo que ellano nos dice son los límites burgueses, racistas, sexistas y eurocéntricos de dichos procesos y lo queocultan completamente es que fue allí, en esa pequeña isla del Caribe, el lugar en el que, a partir deuna revolución social e independentista protagonizada por esclavos negros, se pusieron genuina yefectivamente en discusión la libertad y la igualdad universal. 43 Por ello y en conclusión, creemos queya es hora de que a la Revolución Haitiana se le permita ingresar al panteón de las grandesRevoluciones democráticas modernas.41 Véase Vitale (1987: 1).42 Véase Ott (1973: 194 -200).43 Véase Nick Nesbitt (2008: 1).e-<strong>l@tina</strong>, Vol. 7, núm. <strong>27</strong>, Buenos Aires, abril-junio de 2009 – http://www.iealc.fsoc.uba.ar/elatina.htm 21
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