Adriana María Valobra“…Del hogar a las hurnas…”I. 1946: un viejo tema en un nuevo contextoLos derechos políticos femeninos no eran un tema nuevo en 1946. Desde fines del siglo XIXaparecen las primeras preocupaciones al respecto y a principios de siglo se visibiliza un movimientosufragista organizado por amplios grupos político ideológicos. Las demandas de entender elconcepto de ciudadanía presente en la Constitución como un universal inclusivo de varones ymujeres no prosperó y la ley Sáenz Peña será una respuesta estatal que no sólo intentará contener lacreciente conflictividad político-social y “crear al sufragante”; 2 sino que la ley de sufragio secreto,“universal” y obligatorio evidenciará que quienes hegemonizaban el poder estaban dispuestos a unareforma que excluyera a las mujeres al anudar el derecho al sufragio con el deber del servicio militar. 3Desde entonces y hasta fines de los treinta, el tema alcanzará creciente estado público y DESDEorganizaciones civiles y partidarias así como DESDE las Cámaras legislativas nacionales semotorizará la demanda. 4 Ni presidentes conservadores ni radicales favorecerían la ley sufragista. 5 Loscuarenta subsumieron las luchas sufragistas en las luchas antifascistas pues no se concebían esosderechos en un sistema que no respetara la democracia, 6 y el golpe de 1943 hizo más patentes lostemores sobre todo cuando el prominente Juan Domingo Perón montará la Comisión Pro-SufragioFemenino en la cartera de Trabajo y Previsión. 7 Según Susana Bianchi, fue la primera vez que elestado –al menos, una parte de él- asumía los derechos femeninos como una reivindicación propia. 82 Waldo Ansaldi, “Crear el sufragante: la universalización masculina de la ciudadanía política enargentina. la reforma electoral de 1912” en Anales, Nueva Época, 2, Instituto Iberoamericano, Universidad deGöteborg, 1999.3 La petición de la sufragista Julieta Lanteri a ser incluida en el padrón militar para adquirir sus derechospolíticos resultó injuriosa en ese marco., Mónica Deleis, Ricardo de Titto y Diego Arguindeguy, Mujeres de lapolítica argentina, Aguilar, Buenos Aires, 2001, p. 269.4 Dora Barrancos, “Socialismo y sufragio femenino. Notas para su historia. 1890-1947”, en HernánCamarero y Carlos Herrera, ed.itores, El Partido Socialista en Argentina. Sociedad, política e ideas a través de su siglo,Prometeo, Buenos Aires, 2005.5 Asunción Lavrin, Women, Feminism & Social Change in Argentina, Chile & Uruguay, 1890-1940, NebraskaPress, Lincoln and London, 1995, p. 269. Tres hechos jalonan significativamente el período: el acceso de lasmujeres al sufragio provincial en San Juan en 1928 (Susana T. Ramella de Jefferies, El radicalismo bloquista deSan Juan, Gobernación de la provincia de San Juan, San Juan, 1986), la obtención de media sanción endiputados, luego de un arduo debate, de la ley de derechos políticos de la mujer (Silvana Palermo, “El sufragiofemenino en el Congreso Nacional: ideologías de género y ciudadanía en la Argentina (1916-1955)” en Boletíndel Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 3º serie, n° 16-17, 1998), la llegada en 1934 a laCámara de representantes de San Juan de la que tal vez sea la primera legisladora en América Latina, EmarAcosta, candidata por el Partido Demócrata Nacional (Lily Sosa de Newton, Diccionario biográfico de mujeresargentinas, Plus Ultra, Buenos Aires, 1972).6 Las experiencias latinoamericanas parecían confirmar la tendencia a leyes de sufragio sancionadas porgobiernos no constitucionales. Eugenia Rodríguez, “Movimientos de mujeres y feministas en América Centralentre 1900-1965” en Carolina Barry, El sufragio femenino en América Latina, UNTREF, Buenos Aires, en prensa.Verónica Giordano, “La legislación civil sobre la mujer en Argentina y Brasil. De las dictaduras a lasdemocracias” en Waldo Ansaldi (coord.), La democracia en América Latina. Un barco a la deriva, Fondo de CulturaEconómica, Buenos Aires, 2007.7 Encabezada por Rosa Bazán de Cámara, destacada escritora y educadora riojana, y Lucila de GregorioLavié, abogada. La Nación, “Acerca de los derechos políticos de la mujer”, 8 de julio de 1945, p. 6. Entrevistade A. Valobra y K. Ramacciotti a Haydée Frizzi de Longoni, colaboradora de la Secretaría, 26 de octubre de2004.8 Susana Bianchi, “Peronismo y Sufragio Femenino: la ley electoral de 1947”, en Anuario IEHS,UNCPBA, Tandil, 1986.e-<strong>l@tina</strong>, Vol. 7, núm. <strong>27</strong>, Buenos Aires, abril-junio de 2009 – http://www.iealc.fsoc.uba.ar/elatina.htm 46
Adriana María Valobra“…Del hogar a las hurnas…”En octubre de 1944, la División de Trabajo y Asistencia de la Mujer dependiente de la DirecciónGeneral de Trabajo y Acción Social Directa, 9 dirigida por Lucila de Gregorio Lavié fue un intento deatender a las trabajadoras y sus derechos sociales. El discurso de Perón, no obstante, no fue claro.Asumía la obligación de asegurarles protección estatal, mejor retribución y asistencia en general. 10Reconocía su desempeño laboral, pero inmediatamente impulsaba a “vigorizar la familia” para“fortalecer la Nación”. También mencionaba que la explotación del trabajo femenino era un factorriesgoso no sólo para ellas que sufrían la explotación sino también una “competencia desleal para elhombre”, perturbando la economía y generando “una baja en los salarios generales”. 11 Es decir, siPerón tuvo un discurso sin ambages respecto del trabajador/productor, incurría en contradiccionesal posicionar a las mujeres en un rol de productoras/reproductoras que veía como incompatibles,aún cuando reconoció el carácter productivo de la labor doméstica. 12A mediados de 1945 corrió un rumor acerca de que Perón decretaría los derechos políticosfemeninos. Si bien no se ha confirmado nunca que Perón hubiera expresado tal voluntad por escritou oralmente, lo cierto es que la creencia de que ello sucedería generó una reacción de tal envergaduraque logró lo que hasta entonces no se había logrado: feministas de un amplio espectro ideológico seopusieron a tal sanción y tacharon de “feministas ocasionales” a quienes osaron apoyar al líder (talescomo Carmela Horne). 13 Luego del 17 de octubre, tanto Perón como la UD incluyeron lareivindicación en la campaña electoral.En el primer mensaje a la legislatura como presidente en 1946, Perón plasmó en apretadospárrafos algunas consideraciones informando que enviaría un proyecto a la Legislatura sobre el temapues las mujeres ameritaban -por su “creciente incorporación a las actividades sociales, económicas,culturales y de toda índole”- el otorgamiento del sufragio y otros derechos políticos que nopuntualizó. 14 Según Susana Novick, el Primer Plan Quinquenal -octubre de 1946- reconoció yjerarquizó esos derechos en el plan del gobierno. 15Con este telón de fondo aparecieron diversos proyectos en ambas Cámaras de representantes.Consideraremos primeramente el de Senadores, menos tematizado por las indagacioneshistoriográficas. El proyecto original presentado en la Cámara alta fue subscripto por el senadormendocino Lorenzo Soler. Según él, retomaba el mensaje de Perón y representaba, supuestamente, lapostura del bloque. La propuesta no sólo se circunscribía a una igualación política de varones ymujeres. El mendocino, tomando literalmente las escuetas expresiones de Perón, proponía en elartículo 1º la igualación de la mujer al hombre “con todos sus derechos y deberes, vale decir, lospolíticos, económicos, sociales y humanos que acuerda a éste la Constitución y las leyes argentinas”.Esta equivalencia llegaba hasta la movilización femenina para cubrir servicios auxiliares en caso deguerra. En el artículo 3 se consideraba el alcance electoral. La propuesta de Soler fue discutida en laComisión de Negocios Constitucionales y el despacho estuvo firmado por Diego Luis Molinari, el9 Susana Novick, Mujer, Estado y Políticas Sociales, CEAL, Buenos Aires, 1993, p. 114.10 Juan D. Perón, “Discurso pronunciado en el Acto Inaugural de la División del Trabajo y Asistenciade la Mujer el 3 de octubre de 1944” en Juan Domingo Perón, Obras Completas, Fundación Pro Universtaria dela Producción y del Trabajo Fundación a Distancia Hernandarias, 2002, Vol. VII, 3, pp. 4<strong>27</strong> y 428.11 Perón, Obras Completas, op. cit., p. 428.12 Karina Ramacciotti ha demostrado estas tensiones respecto de la organización de la Caja deMaternidad durante su presidencia. Ramacciotti, Karina, “Las trabajadoras en la mira estatal: Propuestas dereforma de la Caja de Maternidad (1934-1955)” en Trabajos y Comunicaciones, 2º Época, nº 30 y 31, 2004-2005.13 Justa G. de Zalazar Pringles, “La mujer argentina ante el sufragio” en Anuario Socialista, 1946, p. 169.14 La Nación, “Serán concedidos a la mujer los derechos políticos”, <strong>27</strong> de junio de 1946, p. 4.15 Susana Novick, Mujer, Estado y políticas sociales, CEAL, Buenos Aires, 1993.e-<strong>l@tina</strong>, Vol. 7, núm. <strong>27</strong>, Buenos Aires, abril-junio de 2009 – http://www.iealc.fsoc.uba.ar/elatina.htm 47
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