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SERMONES DE AVIVAMIENTO por R.M. McCheyne

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es tuyo? la respuesta es ésta: 'Porque yo soy suyo. Él me escogió desde antes de la fundación delmundo, aunque yo antes nunca le había escogido; É1 derramó su sangre <strong>por</strong> mí, bien que yo <strong>por</strong>É1 nunca había derramado ni una sola lágrima; Él clamó <strong>por</strong> mí, a pesar de que yo nunca mepreocupé de FI; É1 me vio a mí, aun cuando nunca yo me había preocupado de conocerle. É1 meamó primero, <strong>por</strong> esto yo le amo. Él me escogió, <strong>por</strong> esto yo le he escogido para siempre. "Miamado es mío y yo soy suyo."3. Pero, finalmente, si el amor también es una marca del verdadero creyente en tal tiempo,no lo es menos su esperanza. - E1 dicho de un creyente -Pedro- en una hora de maravillosacomunión con el Señor, fue: "Señor, bueno fuera quedarnos aquí". Amigo mío, tú no eres unverdadero creyente si Jesús nunca se te ha manifestado en tus devociones secretas, o en la casade oración, o en el partimiento del pan, de forma tan dulce como clara y poderosa que hayaarrancado de tu corazón: "Señor, bueno es quedarnos aquí." Pero, aunque sea bueno y agradable,como lo es la luz del sol a los ojos, sin embargo, el Señor sabe que no es lo más sabio ni lo mejorpermanecer siempre allí. Pedro debe descender de la montaña de la transfiguración y librarlabuena pelea de la fe en medio de un mundo lleno de desvergüenza y concupiscencias yoposición, frío y lleno de desprecios y odio. Y así debe ser con todo hijo de Dios. No estamosaún en el cielo, el lugar de la perfecta visión y el gozo no interrumpido. Estamos en la tierra, ellugar de la fe, y de la paciencia, y de la esperanza, que mira de forma constante hacia el cielo,como la brújula al Polo Norte. Si la estrecha e íntima comunión del creyente con su Salvadorfuera continua y permanente, no habría posibilidad de que en su corazón brotara la esperanza, latercera de las cuerdas vibrantes de la experiencia cristiana. Aún los más adelantados creyentesandan aquí en oscura noche, a lo más, en los momentos en que empieza a iluminar el crepúsculo,y las visitas de Jesús al alma no hacen sino más notorias las tinieblas que hay en derredor. Pero lanoche está llegando a su fin, el día está cercano. E1 día de la eternidad ya empieza a aparecer <strong>por</strong>el Este. El Sol de Justicia pugna <strong>por</strong> elevarse sobre el mundo y las sombras ya se preparan paradesaparecer. Hasta entonces el corazón del creyente verdadero que conoce lo sublime de unaíntima comunión con el Señor, anhela y suspira en oraciones, que Jesús vuelva a menudo avisitarle, del mismo y tan agradable modo, súbita y dulcemente, para iluminarle en tanto dura suoscura peregrinación. ¡Ah, sí, amigos míos?, cada uno de los que aman al Señor Jesucristo ensinceridad, -únase ahora a la bendita novia en su oración: "Hasta que apunte el día y huyan lassombras, tórnate, amado mío; sé semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos, sobre los montesde Bether”.***Mensaje XXIVNUESTRA <strong>DE</strong>UDA A ISRAEL«Al judío primeramente» (Rom. 1:16).Muchas personas se avergüenzan del evangelio de Cristo. Los sabios se avergüenzan <strong>por</strong>quellama a los hombres a creer y no a discutir; los poderosos lo menosprecian <strong>por</strong>que hace a todoslos hombres iguales, un cuerpo; los ricos lo desechan <strong>por</strong>que ha da ser adquirido sin dinero y sin

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