13.07.2015 Views

SERMONES DE AVIVAMIENTO por R.M. McCheyne

SERMONES DE AVIVAMIENTO por R.M. McCheyne

SERMONES DE AVIVAMIENTO por R.M. McCheyne

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Moab desde su mocedad y sobre sus heces ha estado él reposado y no fue trasegado de vaso envaso, ni nunca fue en cautiverio; <strong>por</strong> tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha trocado"(Jer..48:11). El hombre natural es como un campo que nunca ha sido removido con el arado yque se encuentra completamente cubierto de espinos y cardos. ¿Hay entre vosotros alguien quenunca ha temblado <strong>por</strong> su alma? Muchos de vosotros pensáis que sois mejores que vuestrosvecinos. ¡Ay! que vuestro dulce, pero funesto sueño bien pronto será roto y despertaréis a latriste realidad.Segundo: Cuando el Espíritu de Dios abre los ojos del hombre natural, hace que tiemble aúncuando sea el más osado y desvergonzado de los pecadores. El Espíritu Santo le muestra elnúmero de sus pecados y hasta diríamos que no le muestra el número de ellos <strong>por</strong>que no puedenser contados. Antes de la obra del Espíritu Santo tenía una memoria que fácilmente olvidaba suspecados; las blasfemias se desbordaban <strong>por</strong> su lengua y ni siquiera se enteraba. Cada día quetranscurría añadía nuevos pecados en la negra lista que llena las páginas del libro de Dios y él nise daba cuenta. Sin embargo, ahora el Espíritu de Dios le ha hecho sentir el Peso de ellos y lavisión de ellos está siempre presente delante de él. Todos los pecados no perdonados, todas lasbarbaridades cometidas hace ya mucho tiempo -aunque hasta ahora completamente olvidadas---se levantan ante él acusándole y produciendo el temor de que estamos hablando. "Me hancercado males hasta no haber cuento: han me comprendido mis maldades y no puedo levantar lavista" (Salmo 40:12).Tercero: El Espíritu Santo hace sentir al hombre la grandeza de su pecado y la tremendapecaminosidad del mismo. Antes consideraba al pecado como si fuese algo de escasaim<strong>por</strong>tancia, como un fantasma producto de una mente débil y supersticiosa, pero ahora seyergue ante él como un diluvio en el que habrá de perecer anegado. Siente que la ira de Diospesa sobre él, le parece que un tremendo sonido de condenación azota sus oídos. Entonces nosabe qué hacer y su temor tiene pena. El pecado aparece ahora como una tremenda ofensa contraun Dios tres veces Santo, contra un Dios que es amor y contra el Señor Jesucristo y su amor.Cuarto: Una tercera cosa que atormenta tremendamente al alma es el descubrimiento de lacorrupción que hay en su corazón. Frecuentemente las personas que han sido redargüidas depecado <strong>por</strong> el Espíritu Santo, son llevadas a experimentar la espantosa obra que se mueve en sucorazón. A menudo la tentación y la convicción de pecado aparecen tan íntimamenterelacionadas que producen un tremendo tormento que llena de pena el corazón, la pena deltemor, pena que destroza el corazón. La convicción de pecado lacera su corazón incitándole ahuir de la ira que vendrá, pero <strong>por</strong> otro lado y en el mismo instante alguna baja pasión ruge, oalgún pecaminoso pensamiento de envidia o malicia en una cualquiera de las cincuenta milmaneras que tiene de manifestarse bulle en el seno del corazón arrastrándolo hacia el infierno.Entonces el hombre siente que el infierno se halla dentro de él. En el infierno habrá mucho deesta, mixtura, mucho de esta mezcla de experiencia: abundará el temor irrefrenable de la ira deDios, el espanto de sus juicios siempre renovados y también aparecerá, en todo su tremendohorror, la corrupción hirviendo en el seno haciendo a las almas más intolerables el castigo. Loque podríamos llamar primicias de esta experiencia a menudo ha sido sentido <strong>por</strong> más de unoaquí en la tierra. Algunos de vosotros podéis estar sintiéndolo ahora en vuestros corazones. Éstees el temor que produce pena.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!