solaz delante de él en todo tiempo". Estas palabras sólo son ciertas referidas a Cristo Jesús , elVerbo que era con Dios y el Verbo que era Dios y <strong>por</strong> el que todas las cosas fueron hechas.Observad los lugares a que Jesús va con su invitación. Primeramente va al campo. Él escalatoda altiplanicie, "todo cabezo" y clama allí; entonces desciende a los caminos, donde hallamuchas encrucijadas. Después va a la ciudad, a la entrada de las puertas, donde la multitud sereúne para hacer sus negocios y para escuchar juicios; entonces atraviesa la principal calzada dela ciudad y clama junto a cada puerta <strong>por</strong> que atraviesa. Visita en primer lugar las sendas yveredas del campo para, luego, dirigirse a las calles y plazas de la ciudad llevando su preciosomensaje.Observad la forma en que Jesús ofrece su invitación. Él, clama fuertemente, hace oír su voz,permanece en pie y llama y levanta su voz; se parece a algún mercader que ofrece sus géneros,primeramente en el mercado y después de puerta en puerta. Nunca ningún ocupado mercaderofreció vender sus mercancías con tanta ansiedad como Jesús ofrece su salvación. "Recibid mienseñanza y no plata, y ciencia antes que el oro escogido" (v. 10).Observad a quién dirige Jesús su invitación (v. 4). "Oh, hombres, a vosotros clamo, y mi vozes a los hijos de los hombres". Los mercaderes ofrecen sus mercancías a cierta clase de personas,a los compradores, pero Jesús ofrece las suyas a todos los hombres. Doquiera hay un hijo deAdán, doquiera existe un hijo de mujer, la palabra que se le dirije es: "El que tiene oídos para oír,oiga".Doctrina. - Cristo se ofrece como Salvador a toda la raza humana.I. ES ÉSTA LA VERDAD MÁS GLORIOSA <strong>DE</strong> TODA LA BIBLIA.Es común creer que la predicación de la Santa Ley es la verdad más grande de la Biblia, paraque <strong>por</strong> ella toda boca se tape y todo el mundo venga a ser declarado culpable delante de Dios. Yciertamente creo que es la ley el medio de que se sirve Dios más comúnmente. Pero, en miopinión, hay algo que se destaca mucho más en la visión de un Salvador divino ofreciéndoselibre y voluntariamente <strong>por</strong> cada ser que compone la raza humana. Hay algo que puedequebrantar el corazón humano, que es como una piedra en este clamor: "Oh, hombres, a vosotrosclamp, y mi voz es a los hijos de los hombres".1. De haber vivido vosotros en los días de Noé cuando construía su arca, de haber vistoaquella enorme barca preparada y con la puerta abierta, invitando a todos los hombres a entrar ensus amplios departamentos, ¿no os hubiese significado a vosotros el más grande aviso de alerta!¿Hubieseis podido mirarla sin pensar en el diluvio venidero e inmediato en que había deanegarse el mundo impío?2, De haber vivido en los días en que Jesús estuvo sobre la tierra, de haberle visto sobre lagrupa de su asno en el monte de los Olivos, deteniéndose ante la misma Jerusalén que vivíaplácida y deslumbrante a sus pies, de haber visto al Hijo de Dios llorar sobre la ciudad y decir: "¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz!, mas ahora estáencubierto a tus ojos", ¿no tendríais la sensación de que alguna terrible destrucción aguardaba a
la inconsciente ciudad? ¿Derramó Él estas lágrimas sin causa? Ciertamente veía aquel día en queel enemigo la destruirla, lo que nadie, sino sólo Él, conocía.3. Del mismo modo, queridos amigos, cuando alcancéis a ver a Jesús yendo de un lugar aotro, de los montes a los senderos, de las encrucijadas a las puertas de la ciudad, de las entradasde la ciudad a las puertas de las casas, cuando os sea dado oír su ansioso clamor; "Oh, hombres avosotros clamo", ¿no comprenderéis entonces que todos los hombres están perdidos, que unaterrible condenación se cierne sobre ellos? ¿Clamaría tan fuerte e insistentemente el Salvador alno existiese el infierno?Aplicaos esto, almas que dormís en vuestros pecados; vuestra soñolienta alma peligra. Notadquién es el que os llama -¡es la Sabiduría!- Es Jesús, en quien están escondidos todos los tesorosde la sabiduría y del conocimiento. "Oh, hombres, a vosotros clamo". A menudo sucede quecuando los ministros os han tocado el corazón <strong>por</strong> medio de sus sermones, al acudir a vuestrohogar decía: "Oh, era la palabra de un ministro solamente, ¿he de temblar <strong>por</strong> las palabras de unhombre?" Pero he aquí que no es la palabra de un ministro, sino que es la palabra de Cristo. Heaquí que es la palabra de uno que conoce vuestra verdadera situación, que conoce vuestrocorazón y vuestra historia, que conoce tanto vuestros pecados cometidos a la luz del día como losrealizados al amparo de la noche, que conoce la ira que ha de venir sobre vosotros y lacondenación eterna que os acecha. 'M, hombres, a vosotros clamo".Notad en cuántos lugares os llama. En los collados y en las sendas, en las puertas y en lasentradas de la ciudad. ¿No ha sido así con vosotros? ¿No habéis recibido el llamamiento a travésde la Biblia, o <strong>por</strong> la familia, o en el templo del Señor? Habéis ido de lugar en lugar, pero elSalvador siempre ha ido detrás de vosotros. Habéis acudido a los lugares de diversión, a loslugares de pecado, y Cristo os ha acompañado. Habéis permanecido en la cama de la enfermedady Cristo os ha seguido. ¿No será que la oveja está en un gran peligro cuando el pastor la sigue ybusca tan de cerca?Fijaos en cómo clama. Él clama y levanta su voz. ¿No ha hecho igual con vosotros? ¿No hallamado tierna e íntimamente a la puerta de vuestro corazón en los peligros, en las circunstanciasen que se ha manifestado su providencia, con ocasión de la muerte de algún ser querido? ¿No haclamado dulcemente en la, predicación de la palabra? Algunas veces, cuando habéis leído a solasla Biblia, ¿no ha sido la voz de Cristo más profunda que los mismos truenos distantes?Fijaos en que clama a todos. De haber invitado solamente a los viejos, podrían decirentonces los jóvenes: "Nosotros somos salvos, nosotros no necesitamos un Salvador". De haberllamado solamente a los jóvenes, los ancianos podrían haber dicho: "No es para. nosotros". Dehaber llamado a los buenos o a los malos, unos u otros se hubiesen dado <strong>por</strong> excusados Pero Élllama a vosotros todos. Por tanto, todos estáis perdidos, viejos y jóvenes, ricos y pobres. Penséislo que penséis de vosotros mismos, Jesús sabe que todos estáis perdidos, <strong>por</strong> esto clamadesgarradoramente: "Oh, hombres, a vosotros clamo".II. ES ÉSTA LA VERDAD MÁS CONSOLADORA <strong>DE</strong> LA BIBLIACuando se habla de Cristo a personas despertadas <strong>por</strong> el Espíritu Santo, generalmente ven
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egaré en todo momento" -silenciosa
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mucho de todo esto. ¿Qué diré de
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que oran sin el Espíritu Santo. No
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hecho y ver si hemos adquirido una
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