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SERMONES DE AVIVAMIENTO por R.M. McCheyne

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miraba desde el terrado de -su casa los hermosos jardines de los márgenes del Abana, el mundo ytodo su esplendor se le aparecía como pobre, debilitado, como algo ya crucificado. Hubo untiempo en que le era el todo. Hubo un tiempo en que su dulce y superficial adulación leagradaban como la música agrada al oído. La riqueza, la belleza. el placer, todo lo que el ojonatural admira; hubo un tiempo en que su corazón se deleitaba en todo ello; pero desde elmomento en que creyó en Jesús, todo ello empezó a morir. Ciertamente, no estaba muerto, perosí que quedó clavado a la cruz. Nunca más ejercieron aquella viva atracción que antes tenían, yahora cada día más iban perdiendo su poder. Del mismo modo canso un moribundo crucificadose va debilitan do <strong>por</strong> momentos, mientras la sangre: de su corazón se va perdiendo <strong>por</strong> lasprofundas heridas de sus manos y pies, así el mundo, que durante un tiempo fue su todo, ibaperdiendo progresiva e incesantemente ¡su atractivo y poder. Gustó tanto de la dulzura que hayen Cristo, en su perdón, en su Ubre acceso a Dios, en la sonrisa, complacencia y favor de Dios,en la manifestación íntima y vital del Espíritu en su corazón, que el mundo le resultaba cada díamás un mundo soso e insípido.Otro efecto era "Y yo al mundo" Cuando Pablo se examinó a al mismo, puso su mano sobresu corazón, notó que también él había cambiado. Hubo un tiempo en que había sido como unfogoso caballo que andaba <strong>por</strong> los prados y que no podía ser dominado; que había sido como losperros cazadores de zorras, impacientes <strong>por</strong> seguir el rastro, a los cuales estorba el estar sujetos.Su corazón así buscaba la fama, el honor, la alabanza del mundo; pero ahora su corazón estabaclavado en la cruz y era un corazón quebrantado y contrito. Ciertamente no estaba muerto.Muchos sustos le daba su caprichosa y mala vieja naturaleza, que le llevaba a caer de hinojos y leimpulsaba a clamar pidiendo gracia y ayuda; y tan pronto como miraba a la cruz de Cristo, alinstante su corazón malo se debilitaba. Cada día sentía ser menos el deseo de pecar y mayor eldeseo de acercarse a Cristo y a Dios y a la santidad perfecta.Algunos pueden descubrir <strong>por</strong> esta predicación que ellos nunca han acudido a Cristo. ¿Hasido crucificado el mundo a ti? También para vosotros ha sido vuestro todo, su alabanza, suriqueza, sus canciones y sus diversiones ¿Os parece todo ello como -crucificado en la cruz deCristo? ¡Oh 1, poned la mano en vuestro corazón. ¿Ha perdido vuestro corazón su ardiente deseode las cosas terrenales? Los que están en Cristo Jesús han crucificado la carne con sus afectos Yconcupiscencias. ¿Sentía que Cristo ha crucificado vuestras concupiscencias? ¿Deseáis queestuviesen muertas? ¿Qué respuesta dais, hijos e hijas de los placeres a quienes el baile, y lascanciones del mundo, y la bebida y los chistes inmorales, constituyen para vosotros la suma de lafelicidad? Vosotros no sois de Cristo.¿Qué podéis replicar vosotros, avaros, sórdidos negociantes que os preocupáis sólo de llenarvuestra caja de tesoros materiales más bien que de obtener la gracia de Dios en vuestro corazón?¿Qué contestáis vosotros, los lujuriosos, amigos dé los club nocturnos y de los cabaret, amigosde las tinieblas? No sois de Cristo, nunca habéis acudido a Cristo. El mundo está bien vivo paravosotros y vosotros para el mundo.***

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