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debería suceder, el estadio de fútbol se vuelve un lugar adecuado para la<br />
viol<strong>en</strong>cia cuando fue diseñado originalm<strong>en</strong>te para exactam<strong>en</strong>te lo contrario.<br />
La sociedad no proporciona a sus miembros y, especialm<strong>en</strong>te a los<br />
jóv<strong>en</strong>es, las oportunidades sufici<strong>en</strong>tes para experim<strong>en</strong>tar la agradable<br />
emoción de una lucha. No le ofrece los escapes complem<strong>en</strong>tarios<br />
sufici<strong>en</strong>tes para las t<strong>en</strong>siones sin emoción, producidas por las rutinas<br />
recurr<strong>en</strong>tes de la vida <strong>social</strong>. Por tanto, el jov<strong>en</strong> busca dónde expresar<br />
su propia t<strong>en</strong>sión, una t<strong>en</strong>sión a su vez promovida por las t<strong>en</strong>siones<br />
<strong>social</strong>es que vive. No todos los jóv<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> este status, sólo aquellos<br />
que además de las t<strong>en</strong>siones propias de la sociedad sobre sus miembros<br />
<strong>en</strong> formación, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las t<strong>en</strong>siones <strong>social</strong>es de ser jóv<strong>en</strong>es pobres,<br />
<strong>en</strong> situaciones de marginalidad, de opresión, de descalificación, con<br />
pocas expectativas de desarrollo individual y grupal. De ahí surg<strong>en</strong> los<br />
grupos viol<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los estadios. Este sería el primer marco histórico<br />
que propone una g<strong>en</strong>ética <strong>social</strong> <strong>del</strong> orig<strong>en</strong> de la llamada barra brava.<br />
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Si por una parte está la figura de la t<strong>en</strong>sión <strong>social</strong> como parte de la<br />
ecología que vive el jov<strong>en</strong> espectador viol<strong>en</strong>to, personaje típico <strong>del</strong> espectáculo<br />
de la lucha <strong>en</strong> los estadios y su <strong>en</strong>torno, tanto <strong>en</strong> Inglaterra como<br />
<strong>en</strong> otros países, incluido México, el otro aspecto de esta configuración de<br />
t<strong>en</strong>siones es el propio juego, el fútbol. El juego ti<strong>en</strong>e una clase especial de<br />
dinámica de grupo, un equilibrio de t<strong>en</strong>siones, una estructura susceptible<br />
de ser analizada, la cual es experim<strong>en</strong>tada como inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te<br />
emocionante y plac<strong>en</strong>tera. Un concepto dinámico de t<strong>en</strong>sión no sólo se<br />
aplica al juego de fútbol como tal, sino a los participantes. Para muchas<br />
personas todos los días son iguales. Las actividades recreativas facilitan<br />
durante un rato el estallido de las emociones agradables fuertes que<br />
con frecu<strong>en</strong>cia faltan <strong>en</strong> las rutinas de la vida cotidiana. El juego <strong>en</strong> sí<br />
mismo ti<strong>en</strong>e la carga sufici<strong>en</strong>te de promoción de la excitación para ser<br />
un espectáculo que emociona y cali<strong>en</strong>ta el ambi<strong>en</strong>te <strong>social</strong>. Esto lo sab<strong>en</strong><br />
INGENIERÍA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DEL DEPORTE<br />
LUIS JESÚS GALINDO CÁCERES