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mayores de edad <strong>en</strong> la sociedad. Esto se ha alterado <strong>en</strong> forma sustantiva,<br />
los jóv<strong>en</strong>es están fuera <strong>del</strong> control de sus familiares, sucede <strong>en</strong> todos los<br />
estratos y edades cada vez m<strong>en</strong>ores. Acontece sobre todo <strong>en</strong> los estratos<br />
bajos, <strong>en</strong> los sectores populares. La situación g<strong>en</strong>eral de jóv<strong>en</strong>es fuera<br />
de control es la condición básica de los jóv<strong>en</strong>es viol<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el fútbol. Esta<br />
condición se asocia, <strong>en</strong> principio, más a la condición de clase popular marginada,<br />
<strong>en</strong> el caso de Inglaterra, para México se requerirían una etnografía<br />
y una historiografía específicas para constatar o modificar esta premisa<br />
surgida de la sociog<strong>en</strong>ética <strong>del</strong> caso inglés. En torno al caso de las barras<br />
bravas mexicanas, la sociog<strong>en</strong>ética inglesa de <strong>deporte</strong> se toma aquí como<br />
refer<strong>en</strong>cia g<strong>en</strong>eral constatada, pero deberá ajustarse al caso mexicano.<br />
En tanto las normas para el control de la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el juego mis-<br />
mo avanzaron <strong>en</strong> dos s<strong>en</strong>tidos: exigi<strong>en</strong>do a los jugadores que se auto<br />
controlaran más estricta y ampliam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el empleo de la fuerza física<br />
e int<strong>en</strong>tando garantizar el cumplimi<strong>en</strong>to de esa exig<strong>en</strong>cia por medio de<br />
sanciones impuestas externam<strong>en</strong>te, el mundo <strong>social</strong> no pudo controlar,<br />
de igual manera, a los espectadores juv<strong>en</strong>iles sobrecargados de t<strong>en</strong>sión<br />
y de descontrol. La excitación <strong>del</strong> juego, aún bajo formas de control,<br />
tuvo una bu<strong>en</strong>a química con las condiciones de excitación fuera de<br />
control de estos jóv<strong>en</strong>es populares urbanos. Dos historias paralelas: la<br />
de la formalización institucional <strong>del</strong> fútbol como <strong>deporte</strong> organizado y<br />
la de la emerg<strong>en</strong>cia de los jóv<strong>en</strong>es populares urbanos <strong>en</strong> las viejas y<br />
nuevas ciudades <strong>del</strong> mundo contemporáneo. La historia de la formación<br />
de los jugadores y la historia de la formación de los espectadores.<br />
130<br />
La conducta viol<strong>en</strong>ta de los hinchas futboleros está relacionada de manera<br />
fundam<strong>en</strong>tal con normas de masculinidad que resaltan, hasta el extremo,<br />
la rudeza y la habilidad para pelear. Son, <strong>en</strong> este aspecto, distintas de<br />
las supuestas normas de masculinidad actualm<strong>en</strong>te dominantes <strong>en</strong> la<br />
sociedad moderna <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, las sociedades bajo régim<strong>en</strong> de civiliza-<br />
INGENIERÍA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DEL DEPORTE<br />
LUIS JESÚS GALINDO CÁCERES