Quid Numero 71
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Entrevista<br />
dos<br />
FUERA<br />
DE CONTROL<br />
JUAN JOSÉ BECERRA lo hizo otra vez. Luego de su monumental obra, El espectáculo del tiempo,<br />
el escritor de Junín acaba de publicar El artista más grande del mundo, otra novela genial en la que<br />
el arte y la literatura funcionan como telón de fondo para que Alejandro Del Valle nos cuente la<br />
historia de Esteban Krause, un extravagante escultor que tiene al público rendido a sus pies<br />
POR Nando Varela Pagliaro<br />
–Alejandro Del Valle, el narrador de El artista…, dice que<br />
le dan pena los escritores que anotan en su bitácora el<br />
futuro de sus personajes. En su caso, ¿cómo es el proceso<br />
de escritura? Hace unos días encontré una especie de documento<br />
muy vergonzoso para mí, que es una bitácora de mi novela<br />
Atlántida. Esta bitácora es un texto de tres o cuatro páginas en<br />
el que se describía cada capítulo con un nivel de detalle aterrorizante.<br />
Después, comparando la bitácora con el libro que hice,<br />
me di cuenta de que no tenía nada ver entre sí. Algunas cosas,<br />
por supuesto sí; pero muchas otras, no. Ahí entendí que no me<br />
llevo bien con el control, a pesar de que mis primeros tres libros<br />
fueron muy controlados. La experiencia del “cómo sigo”, que<br />
puede generar angustia en muchos escritores, hoy ya no la siento<br />
porque lo que me interesa es cualquier cosa menos el resultado.<br />
Por lo tanto, prefiero que lo que vaya a hacer, mientras escribo,<br />
esté fuera de control. Además, el control no garantiza nada en<br />
la literatura, no garantiza el placer de escribir ni la eficacia del<br />
libro, si es que uno quisiera tener ese objetivo, que no es el mío.<br />
–Del Valle dice que “el control de calidad va a terminar<br />
matando a la literatura”. ¿Piensa que cada vez se pone<br />
más atención en el cómo y menos en el qué se dice?<br />
En mi caso, después de tantos años de escribir, empiezo a<br />
tener algunas pistas muy volátiles sobre lo que hago. Me da<br />
la sensación de que el concepto de calidad en la literatura es<br />
un malentendido y, por otro lado, es un concepto con el que<br />
se llevan muy bien los patrones culturales de la industria del<br />
libro. La idea de escribir bien, de tener una obra que tenga<br />
buena terminación, para mí son asuntos que tienen más que<br />
ver con industrias no artísticas. Por ejemplo, un auto sí tiene<br />
que estar bien terminado. En cambio, la literatura es un fenómeno<br />
monstruoso. La idea de la forma, si va atada a una idea<br />
de forma geométrica, no me interesa. Me interesa la forma en<br />
el sentido más bien de circulación de flujos, de descontrol e<br />
imprevistos, con los que uno se tiene que enfrentar mientras<br />
escribe y que ponen al escritor en la situación de reprimir esos<br />
flujos –esas manifestaciones explosivas tan íntimas– o de dejarlos<br />
correr. Yo prefiero que la literatura se parezca a una especie<br />
de fluido y que tenga todas las ramificaciones posibles, que los<br />
ríos donde curse se desborden y aneguen zonas inmediatas.<br />
–A Del Valle se lo ve muy enojado con todo, sobre todo<br />
por su imposibilidad de escribir y por su decepción<br />
con respecto al mundo del arte y la literatura. Cuando<br />
escribió la novela, ¿cuánto de ese enojo había en usted?<br />
No, yo no estaba enojado. Me parece que la literatura es la<br />
disciplina natural del perdedor, que uno escribe en primer<br />
lugar porque hay una fuerza que te lleva a descartar el éxito<br />
como programa vital. Lo digo no en términos de éxito y fracaso<br />
comercial o monetario, sino en términos de éxito o fracaso<br />
formal, porque uno nunca encuentra la forma que quiere.<br />
Ahí, desde el punto de vista artístico, hay una impotencia que<br />
se empieza a manifestar a medida que vas escribiendo. Ese<br />
presentimiento cada vez se consolida más, cada vez sos más<br />
consciente de que no podés hacer lo que querés. Ese pensamiento<br />
de zozobra y de fracaso artístico puede generar algún<br />
tipo de rencor en un personaje mío, pero no en mí. Yo tengo<br />
muy claro lo que es la literatura; no le quiero sacar nada y no<br />
busco ningún tipo de reciprocidad. Si puedo tener algún tipo<br />
de compensación, tampoco soy un masoquista, la acepto. Por<br />
otra parte, el rencor que aparece en el personaje se puede<br />
justificar. No estaría mal que la literatura sea una disciplina<br />
que en términos abstractos sienta rencor por otras disciplinas<br />
que la propia literatura considera menores. Del Valle, en algún<br />
momento del libro tiene la hipótesis de que la literatura es un<br />
arte superior y yo estoy de acuerdo con eso.<br />
–Del Valle también dice que es la menos esnob de todas,<br />
¿con eso también está de acuerdo? Si la literatura es la hermana<br />
pobre de las disciplinas artísticas, su índice de esnobismo<br />
es menor que el del arte contemporáneo, porque los triunfos<br />
en el arte contemporáneo son siderales.<br />
–¿Y piensa que la literatura puede dejar de ser la<br />
hermana pobre? No, yo creo que este es el destino de la<br />
literatura y hay que bancársela. Además, me parece bien la<br />
posición de la literatura en la cultura. Es una especie de reflejo<br />
luminoso en un rincón oscuro y ahí está, manteniéndose, replegándose<br />
cada vez más, porque el libro presiona sobre la literatura,<br />
la empuja hacia afuera, pero la literatura sigue como en<br />
un borde, en una zona fronteriza, pero con una posición muy<br />
firme, que por otro lado es la posición en la que estuvo toda la<br />
vida. Es un discurso menor, manierista, retobado, resistente,<br />
como de guapo que se pelea solo en el barro contra todos. Esa<br />
posición teatral de la literatura, me parece que está bien, porque<br />
al mismo tiempo, nunca deja de haber personas interesadas<br />
en ella y ese interés que despierta, siempre es muy intenso,<br />
y no sé si te lo da otra disciplina. Por lo tanto, estamos bien<br />
en el ostracismo, pero sin llorar. En un rincón, sin molestar a<br />
nadie, pero mientras tanto, observo, soy una máquina de mirar.<br />
Ese es el temor que podría despertar en la cultura la literatura,<br />
que es un dispositivo colectivo que sabe extraer sentido.<br />
–Está claro que en usted no existe el resentimiento que<br />
tiene Del Valle, pero en el mundo de la literatura, ¿sí<br />
lo ve? A mí no me gusta ver la desesperación del escritor<br />
porque el reconocimiento que espera para sí no llega. Esa<br />
situación me parece tristísima. No entiendo por qué si la<br />
onda era obtener el reconocimiento a toda costa, esa persona<br />
se metió con la literatura, que es el camino menos regio para<br />
llegar a ese tipo de resultados.<br />
–En su caso, ¿siente que hubo un cambio a partir de que<br />
publicó El espectáculo del tiempo? Es muy posible.<br />
–¿Y en qué nota ese cambio? Me cruzo con muchas más<br />
personas que han leído ese libro que con otras que leyeron<br />
mis libros anteriores. De cualquier manera, como creo que la<br />
literatura es una aristocracia basada en la paciencia, no recibo<br />
golpes de efecto del exterior sobre mí. Primero, porque mi<br />
escala es muy pequeña; después, porque mi primera foto en<br />
un suplemento cultural habrá salido cuando ya tenía cuarenta<br />
años y el primer libro que desde la industria del libro funcionó,<br />
lo publiqué casi a los cincuenta. Por lo tanto, son hitos que van<br />
sucediendo en espacios de tiempo muy amplios.<br />
–Dijo que la literatura es una aristocracia basada en la<br />
paciencia. Beatriz Sarlo, en el coloquio sobre Saer, dijo<br />
que el autor de Cicatrices fue un hijo de inmigrantes<br />
que supo esperar. Sí, eso que dijo Beatriz fue buenísimo.<br />
Lo que ella contó ese día es cómo le costaba publicar, cómo le<br />
rebotaban las novelas. Cuando lo publicaban y le hacían reseñas,<br />
nadie entendía muy bien qué es lo que estaba haciendo,<br />
pero él seguía imperturbable. Los escritores imperturbables<br />
son los que más me gustan.<br />
–¿Cree que se aprende a esperar? Lo que pasa es que todo<br />
lo que se pueda esperar de la literatura propia es algo que se<br />
espera del exterior. Promover una estructura de dependencia,<br />
con algún tipo de resultado externo, es demencial, te puede<br />
arrastrar a la depresión. Aparte lo único que uno hace es escribir,<br />
y escribir es una operación que se puede hacer de manera<br />
totalmente autónoma, sin necesitar siquiera un editor o un<br />
lector. Lo que pasa es que, en la cadena de valor de la literatura,<br />
la secuencia, desde el punto de vista mítico, llega muy lejos,<br />
hasta el Premio Nobel y el enriquecimiento, pero en realidad<br />
el núcleo de todo ese fenómeno es una situación muy barata:<br />
un hombre escribiendo solo en su casa. Eso es un escritor, esa<br />
es su figura dramática; las otras figuras, que son secundarias y<br />
posteriores, incluso el libro, la posición que el escritor pueda<br />
ocupar en su universo, la agitación de su código bancario único<br />
por las regalías que pueda cobrar, para mí es todo un mundo<br />
que no tiene nada que ver con la literatura.<br />
26 27