03.08.2017 Views

Quid Numero 71

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

te das cuenta: “¡Mirá cómo lo pescaron!”. Un aprendizaje interesante<br />

es que si yo avanzo un poco menos, le dejo más aire al<br />

lector. Es un equilibrio delicado, porque me desagrada cuando<br />

no entiendo a un autor, me resulta hermético o enigmático.<br />

Entonces, no quiero generar eso como escritor. Me gusta<br />

cuando le tirás una pelota al lector no al pie, sino un metro más<br />

allá, hacia donde estaría bueno que fuera. Esas seguridades las<br />

fui logrando con el tiempo. A lo mejor algunos escritores las<br />

tuvieron siempre, yo no.<br />

–¿Cambió su vínculo con la lectura desde que es escritor<br />

profesional? Un poco sí, en el sentido de que miro las<br />

costuras de lo que leo. Mi abuela cosía muy bien; de chico,<br />

me llamaba la atención ver cómo las prendas son una cosa del<br />

revés y otra, cuando están del derecho. Por eso me viene esa<br />

imagen. Inevitablemente me fijo cómo están construidas y<br />

resueltas o no ciertas cosas. Salvo eso de reparar un poco más<br />

en la costura, creo que no perdí espontaneidad como lector.<br />

Me sigue interesando más leer que escribir, y no quisiera que<br />

por este trabajo perdiera lo que disfruto tanto. Sigo eligiendo<br />

mis lecturas con el mismo sentido (un poco caótico o de aluvión)<br />

que antes. Difícilmente me tome la tarea de tener que<br />

leer a tal autor o que sea necesario que lea a tal otro, ahora<br />

que soy escritor. Sigo basándome en las recomendaciones de<br />

mis amigos o en otras lecturas: leo a uno que habla de otro<br />

y allá voy o sale un libro nuevo de alguien a quien disfruté<br />

como autor y lo busco.<br />

–¿Qué es lo que más lo seduce de un relato? Que me<br />

cuente una historia. Eso que en su versión más módica y coloquial<br />

es: ¡No sabés lo que me pasó ayer! Si quien lo cuenta<br />

lo hace bien, es enormemente seductor saber qué le pasó.<br />

Lo que construye un buen narrador es el deseo del que está<br />

del otro lado, una suerte de: contame, pero demorámelo. El<br />

placer también es postergación, tiene esa cosa de morosidad.<br />

A mí me gusta cuando no quiero terminar de leer, pero no<br />

puedo evitar hacerlo. Cuando cierro el libro, la historia me<br />

sigue seduciendo: sé que cuando termine mi día, y como premio,<br />

mientras todos duermen yo voy a poder seguir leyendo.<br />

–¿Tiene algún rito como lector? Para mí el mejor momento<br />

de la lectura es la noche. Como mi mujer se queja del velador,<br />

en este último tiempo me pasé al libro electrónico, pero no es<br />

lo mismo. A lo mejor, en el momento exacto de la lectura, cuando<br />

estoy metido en la página, más o menos va, pero después<br />

no puedo evitar la sensación de que el libro no está en ningún<br />

lado, y termino por comprarlo para tenerlo en la biblioteca.<br />

–¿Les sigue mostrando sus textos inéditos a sus amigos<br />

y su mujer o ya no necesita esas miradas? Me gusta que<br />

mis primeros lectores sigan siendo esas cuatro o cinco personas<br />

de siempre. Para mí es importante que me lean y que<br />

me critiquen, aunque ya sé que no van a hacerlo lo suficiente.<br />

Conozco con qué bueyes aro: lo que ellos digan de bueno<br />

lo tengo que dividir por cuatro y lo que insinúen de malo lo<br />

tengo que multiplicar por ocho.<br />

Antes de enviar La noche de la Usina al Premio Alfaguara y<br />

con la fecha de entrega muy próxima, se los pasé a mis amigos.<br />

Es una historia que tiene algo de<br />

policial: hay un robo, un sistema<br />

de alarmas… En un asado en<br />

casa, uno de estos amigos lectores,<br />

que es ingeniero, me dijo que<br />

le encantó el libro (yo divido por<br />

cuatro), pero que no entendía por<br />

qué la banda de asaltantes hacía A<br />

en lugar de B, porque era mucho<br />

más complicado A que B. Yo le di<br />

una serie de justificaciones: “No<br />

pueden hacer lo que vos sugerís<br />

por esto y por aquello”. Él me<br />

contestó: “Sí que pueden. Estás<br />

equivocado”.<br />

Yo me quedé pensando, puse las<br />

brasas y me di cuenta: “¡Qué hijo de puta, tiene razón!”. En un<br />

policial no puede pasar eso, una de las cuestiones del género<br />

es que es un laberinto con una sola salida. Resultado: me pasé<br />

el asado con una cara de este tamaño (lleva sus manos en dirección<br />

al piso). Mi amigo no sabía cómo disculparse, aunque<br />

yo le aclaré que estaba bien lo que había hecho. Pasé tres<br />

noches sin dormir, arreglando el libro como quien rompe una<br />

pared en siete lugares distintos, compone y después tiene que<br />

volver a tapar todo, pintar y entregar antes del 31 de diciembre.<br />

¡Qué trabajo!<br />

–Finalmente ganó el premio. ¿Soñaba mucho con eso?<br />

La verdad que sí, me generaba mucha ilusión. Me había<br />

presentado en dos oportunidades, con Aráoz y la verdad y<br />

con Papeles en el viento. Yo descubrí el Premio Alfaguara,<br />

leyendo Premios Alfaguara. Pensaba: “Está bueno, premian<br />

buenos libros”. Además, como el libro ganador se publica en<br />

España y en América Latina, da una visibilidad muy interesante.<br />

Después te puede ir mejor o peor, pero tenés la chance.<br />

Yo había participado en un premio importante, cuando<br />

El secreto de sus ojos ganó un Oscar, pero no es un premio<br />

literario, es de cine.<br />

–Y ahora, ¿cuál es su sueño como escritor? Que Independiente<br />

gane la octava Libertadores. Mejor: que se<br />

me sigan ocurriendo historias, seguir publicando, que a los<br />

lectores les guste acompañarme y que Independiente gane<br />

la octava Libertadores. Lo voy a poner en ese orden, para<br />

quedar como un escritor serio.<br />

–¿Qué representa el fútbol para usted? Es el juego que<br />

mejor conozco, nada más y nada menos. ¿Para qué sirve el<br />

juego? Para simplificar la vida. Hay un montón de cosas que<br />

uno no puede abarcar, pensar o entender. Entonces, las llevás<br />

a un terreno acotado y limitado como es el juego, en el que<br />

las categorías son sencillas, las reglas son pocas y los objetivos<br />

son mínimos. Tiene esta capacidad de reproducción permanente<br />

(perdiste. ¿Es terrible? No, porque volvés a jugar). Es<br />

como una vida en pequeña escala que carece del dramatismo<br />

de la vida real y te permite entender un montón de cosas de<br />

lo que realmente importa, que no es el fútbol sino la vida<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!