Edicion 20181002

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Especial
Página SIETE M a r te s 2 de octubre de 2018
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Demanda marítima
Fallo de La Haya
Centenares se reunieron en las plazas y el teleférico
La Paz recibe el fallo con pesar
pero no renuncia a volver al mar
Fotos Freddy Barragán / Página Siete
l MAR Con bandas colegiales, saumerios y pantallas gigantes, los paceños
esperaron la respuesta de la CIJ. Hubo silencio y desilusión tras el fal l o.
Leny Chuquimia / La Paz
Un silencio cargado de
desilusión cubrió
ayer la plaza Murillo
al conocerse el fallo
de la Corte Internacional
de Justicia (CIJ) en
La Haya, que desestimó
la demanda marítima
boliviana. La vigilia
que empezó con
expectativa y esperanza
terminó en tristeza.
“Tenemos que seguir
firmes. Los bolivianos estamos
conscientes que nuestro
país nació con mar. El anhelo
de volver a él es irrenunciab
l e”, afirmó el presidente del
Comité Cívico Pro La Paz, Clemente
Gutiérrez.
“¿Cómo nos irá? ¿tendremos
mar?”, preguntaba don Alfredo
Ticona -una hora antes del fallomientras
sintonizaba una transmisión
en su radio futbolera. Sin
acercarse al grupo de funcionarios
públicos -que seguían el
evento en las pantallas gigantes
instaladas en la plaza Murilloesperaban
ansiosos una respuesta
favorable al anhelo de todas
las generaciones de bolivianos.
“En la escuela y el cuartel nos
enseñan que recuperar el mar es
un deber. Mis papás, mis hermanos,
mis hijos y nietos hemos crecido
con esa añoranza marítima .
Ahora el mundo ha escuchado y
ese ya es un paso grande”, dijo.
A su lado, sentada sobre un
montón de banderitas azules,
doña Basilia ofrecía escarapelas
y listones con la tricolor. “No hay
mucha gente, casi nada he vendido
-comentaba-. Los bolivianos
deberíamos estar unidos para
apoyar, es importante”.
Como ellos, varios paceños se
dieron cita en lugares estratégicos,
como la plaza San Francisco
o la plaza Abaroa, en la sede de
Gobierno o la Alcaldía Quemada
y la Fejuve en El Alto. Juntos escucharon
el fallo de la CIJ.
Durante la hora y 18 minutos
que duró la lectura de la sentencia,
en la flamante estación de la línea
Morada del teleférico un grupo de
amautas quemaban en pequeños
braseros incienso y palo santo,
mientras la banda del liceo La Paz
interpretaba marchas.
“Es un día histórico para nosotros.
Nunca habíamos pensado
en llevar a Chile ante un juez”,
comentó uno de los funcionarios
de la empresa estatal.
A los 40 minutos de lectura del
fallo un incomodo sentimiento
llegó con la desestimación de
los primeros alegatos. Una
a una las ocho razones
que sustentaban la demanda
boliviana se disolvieron
en los argumentos
de la CIJ que
concluyó con la frase:
“Chile no contrajo la
obligación legal de negociar
una salida soberana
al mar para Boliv
ia”.
En cuanto esas palabras
sonaron en los parlantes,
un silencio profundo se apoderó
de la plaza Murillo. Por un
minuto las personas en vigilia no
lograban entender cómo una
oportunidad que sentían ya ganada
se había perdido. Al escucharlos,
doña Basilia quitó la
banderita de papel que adornaba
su sombrero: “Tanto hemos
esperado. Nuestros hijos nomás
serán quienes vean”.
En medio de la resignación y la
sensación de injusticia, varios
jóvenes decidieron recordarle a
los bolivianos que el anhelo de
volver al mar es un sentimiento
al que no se puede renunciar.
¡Bolivia unida reclama una salida!,
fue el grito que le devolvió el
ánimo a los pocos que se habían
quedado en la plaza Murillo.
Al mediodía, tras aplacar la
tristeza, funcionarios del Ministerio
de Economía y de otras instituciones
salieron a las calles
para cantar el Himno Nacional.
“¡Viva Bolivia! ¡Viva nuestro
m a r! ”, arengaron en medio de los
aplausos de la gente.
Las organizaciones sociales participaron en la vigilia.
Los amautas prendieron saumerios en el teleférico.