LA FRONTERA FINAL Al cumplirse el 50º aniversario del primer alunizaje, James Kay considera la última conquista del turismo: el espacio. 12 <strong>Agosto</strong> <strong>2019</strong>
PHOTOGRAPHS: REID WISEMAN/NASA, GENE BLEVINS/ZUMA WIRE/REX-SHUTTERSTOCK parte de unas pocas escapadas a A Francia, lo más lejos que viajaron mis abuelos maternos fue a Pembrokeshire. Las peregrinaciones de mis padres se limitaron principalmente a Europa occidental. Yo visité unos 50 países, básicamente durante dos experiencias como mochilero – primero a través de los Estados Unidos, y luego alrededor del mundo. Mi mujer ha visitado el doble de lugares, y me imagino que una parte significativa de la gente que constituye la gran comunidad de Lonely Planet – staff y colaboradores, lectores y seguidores – también ha llevado vidas igualmente nómadas. La tendencia continúa: mi hijo, de cuatro años, y mi hija, de seis, ya han visitado muchos más lugares que mis abuelos a lo largo de toda su vida. Mi hijo Harvey probablemente haya hecho más millas dentro del útero de las que ellos recorrieron en total. HORIZONTES EN EXPANSIÓN ¿A dónde irán mis hijos? Del mismo modo que yo exploré gran parte de este planeta, ellos harán lo mismo con otro? El material de ciencia ficción se ha convertido en ciencia real: la carrera espacial ahora es más competitiva que en cualquier otro momento desde que Neil Armstrong diera ese famoso primer paso sobre la superficie de la Luna, un momento definitorio de una época que ocurrió en julio de hace 50 años. DESDE LANZAMIENTOS A LA LUNA HASTA MARTE El gobierno de los Estados Unidos recientemente prometió volver a visitar a nuestro solitario satélite dentro de cinco años, pero la acción real está indiscutiblemente en otra parte, ya que un trío de compañías financiadas por multimillonarios – Virgin Galactic de Richard Branson, Blue Origin de Jeff Bezos y SpaceX de Elon Musk – compiten por conquistar la frontera final. Los obstáculos son formidables, y el progreso es considerable. Ya sea que vayamos a ser testigos o no de viajes espaciales comerciales que partan en <strong>2019</strong>, el análisis experimentado del Profesor Scott Hubbard (ex director del Ames Research Center de la NASA) sugiere que nos encontramos a las puertas de una nueva era. Tras su llegada a la Luna, los Estados Unidos quieren enviar astronautas a Marte. ¿Y después? Michael Collins, quien piloteara el Command Module de la Apollo 11 alrededor de la Luna mientras que Armstrong y Aldrin daban un paseo por ella, lo expresó muy bien: “Está en la naturaleza humana el expandirse, salir, ver, comprender. La exploración no es una elección, en realidad, es algo imperativo”. O como diría otro Buzz: al infinito y más allá. UN NUEVO GRAND TOUR ¿Entonces mis hijos habrán de disfrutar de un Grand Tour del Sistema Solar? ¿Llegarán a encontrarse bajo la sombra el Olympus Mons de Marte, que aparenta tener el doble de altura que el Everest? ¿Se quedarán con la boca abierta frente a las auroras de Júpiter, cientos de veces más fuertes que nuestras propias luces boreales? ¿Navegarán los lagos de metano de Titán, la luna más enigmática de Saturno? No lo creo. Si eso sucediera, un viaje así solamente estaría al alcance de unos pocos, por muchas generaciones. Así como el Grand Tour de Europa original estaba limitado a la aristocracia, en un futuro inmediato, el viaje alrededor de nuestros vecinos galácticos estaría lejos del alcance de todos, salvo para un pequeño grupo de privilegiados. Pero hay una pequeña chance de que la generación de mis hijos pueda ver la curvatura de la Tierra desde un vuelo sub-orbital, y que algunos puedan dejar su huella sobre la Luna. (Gracias a las películas de Wallace y Gromit, Harvey pasa mucho tiempo especulando acerca de esta posibilidad). TURISTAS ESPACIALES LISTOS PARA PARTIR (QUIZÁS) Solamente los Estados Unidos, Rusia y China pueden enviar a alguien al espacio. Los ciudadanos comunes con poco o nada de entrenamiento se hicieron realidad cuando el multimillonario Dennis Tito llegó a una Estación Espacial Internacional en 2001 en un vehículo ruso. Siete personas han hecho este viaje, a un costo de US$ 21 millones a 39 millones por viaje. ¿Qué hay entonces de viajes menos ambiciosos y costosos – para viajar unos 80 o 100km dentro de una trayectoria sub-orbital? Este año puede ser el primero de los vuelos turísticos hasta el borde del espacio, ya que Virgin Galactic espera poder ofrecer vuelos suborbitales para seis personas, de cuatro minutos de gravedad cero, por US$210 mil. Por el Profesor G Scott Hubbard, ex director del Ames Research Center de la NASA. Leé más en lonelyplanet.com/blog