Entrelíneas 111

REPORTAJE
UNA MARAVILLA CIENTÍFICA
El estudio en profundidad fue anunciado en
una edición especial de seis papers en la revista
especializada The Astrophyisical Journal Letters.
La imagen revela el agujero negro que hay en el
centro de Messier 87, una galaxia masiva en el cercano
cúmulo de galaxias Virgo, que se encuentra
a 55 millones de años luz de la Tierra y tiene una
masa de 6.500 millones de veces la del Sol. Estos
objetos cósmicos se caracterizan por tener gran
cantidad de masa pero tamaños extremadamente
compactos. La presencia de éstos fenómenos afecta
su entorno de manera extrema, deformando el
espacio tiempo y sobrecalentando cualquier material
aledaño.
“Si está inmerso en una región brillante, como
un disco de gas que refulge intensamente, podemos
esperar que un agujero negro cree una región
oscura similar a una sombra, algo predicho por la
relatividad general de Einstein que nunca habíamos
visto antes”, señaló el presidente del Consejo
Científico del EHT, Heino Falcke, de la Universidad
de Radboud, en Países Bajos. “Esta sombra, causada
por la flexión gravitacional y la captura de luz
por parte del horizonte de sucesos, revela mucho
sobre la naturaleza de estos objetos fascinantes y
nos ha permitido medir la enorme masa del agujero
negro de M87, añade Falcke.
Las observaciones del EHT utilizaron una técnica
llamada interferometría de muy larga base o interferometría
de base ancha (VLBI, por sus siglas en
inglés) que sincroniza los telescopios de distintas
instalaciones y explota el sistema de rotación de la
Tierra para formar un gran telescopio del tamaño
de nuestro planeta, observando a una longitud de
onda de 1.3 mm. El VLBI le permite al Event Horizon
Telescope alcanzar una resolución angular de
20 microsegundos de arco (suficiente para leer un
periódico en Nueva York sentado desde un café en
París).
La creación del EHT supuso un desafío formidable
que requirió de mejorar y conectar una red de
ocho telescopios repartidos en diversos climas y altitudes.
Las locaciones incluían volcanes en Hawai
y México, montañas en Arizona y en la Sierra Nevada
española, el desierto de Atacama y la Antártica.
Neil Nagar, investigador de la Universidad de
Concepción que integró parte del equipo en los
observatorios APEX y ALMA, explica que “el primer
paso era tener todos los telescopios listos para
funcionar. Éstos ya existían, pero tuvimos que mejorarlos
y poner nuevos instrumentos. Y esto, con
ALMA especialmente, tomó mucho tiempo. Hasta
la etapa del 2016 estuvimos solo en instrumenta-
El Dr. Ramakrishnan se unió a la Universidad de Concepción en 2016, mientras que el Dr. Nagar lo hizo en 2004.
Fotografía: Lucas Ulloa.
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