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ROBERT T. KIYOSAKI
"¿Por qué?" me preguntará usted. Porque de eso se trata la historia de The Richest
Man in Babylon. El poder de la autodisciplina y el poder de la fortaleza interna.
"Estómago", en términos menos elegantes. Como me enseñó mi padre rico durante el
primer mes que trabajé para él, la mayoría de las personas permiten que el mundo las
empuje de un lado a otro. Un cobrador de deudas le llama y le dice "pague o aténgase a
las consecuencias". De manera que usted paga y no se paga a sí mismo. Un empleado de
ventas le dice: "Oh, sólo cárguelo a su tarjeta de crédito." Su agente de bienes raíces le
dice: "Adelante, el gobierno le permite hacer una deducción de impuestos por su casa."
De eso trata el libro. De tener el estómago para nadar contra la corriente y volverse rico.
Es posible que usted no sea débil, pero en lo que se refiere al dinero, la mayoría de la
gente se ablanda.
No estoy diciendo que sea usted irresponsable. La razón por la que no tengo una
gran deuda en mi tarjeta de crédito es porque primero me pago a mí mismo. La razón por
la que minimizo mi ingreso es porque no quiero pagarle al gobierno. Esa es la razón por la
que, para aquellos de ustedes que hayan visto el video The Secrets of the Rich (Los
secretos de los ricos), mi ingreso proviene de mi columna de activos, por medio de una
corporación en Nevada. Si trabajara para ganar dinero, el gobierno me lo quitaría. Aunque
pago mis cuentas al final, soy lo suficientemente astuto desde el punto de vista financiero
para no meterme en una situación financiera difícil. No me gusta la deuda por consumo.
De hecho, tengo pasivos que son más altos que los de 99 por ciento de la población, pero
no los pago; otras personas pagan por mis pasivos. Se llaman inquilinos. De manera que
la regla número uno para pagarse a sí mismo consiste en no meterse en deudas en primer
lugar. Aunque pago mis cuentas al final, he hecho los arreglos para tener sólo cuentas
pequeñas y sin importancia, que tendré que pagar.
En segundo lugar, cuando ocasionalmente me falta dinero, sigo pagándome
primero a mí mismo. Dejo que mis acreedores, incluso el gobierno griten. Me gusta
cuando se ponen duros. ¿Por qué? Porque esos tipos me hacen un favor. Me inspiran a
salir y ganar más dinero. De manera que me pago a mí mismo primero, invierto el dinero
y permito que mis acreedores griten. Generalmente les pago poco después de cualquier