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Padre-Rico-Padre-Pobre

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LECCIÓN 2: ¿POR QUÉ ENSEÑAR ESPECIALIZACIÓN FINANCIERA

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Mike no había recibido educación escolar, pero tenía educación financiera y como

resultado de ello era un hombre exitoso. Solía decimos una y otra vez: "Una persona

inteligente contrata personas más inteligentes que ella." De manera que Mike y yo

tuvimos el beneficio de pasar horas escuchando a personas inteligentes, y en el proceso,

aprendemos de ellas.

Por eso, tanto Mike como yo no podíamos simplemente aceptar el dogma estándar

que nuestros maestros predicaban. Y eso causó los problemas. Cada vez que un maestro

decía: "Si ustedes no obtienen buenas calificaciones, no les irá bien en el mundo real",

Mike y yo levantábamos nuestras cejas. Cuando nos pedían que siguiéramos

procedimientos establecidos y no apartarnos de las reglas, nos dimos cuenta de cómo este

proceso escolar en realidad desalienta la creatividad. Comenzamos a comprender por qué

nuestro padre rico nos dijo que las escuelas habían sido planeadas para producir buenos

empleados en vez de buenos empleadores.

Ocasionalmente Mike o yo le preguntábamos a nuestros maestros de qué manera

era aplicable lo que estudiábamos o bien, preguntábamos por qué nunca estudiábamos el

dinero y la manera en, que funciona. A ésta última pregunta a menudo obteníamos la

respuesta de que el dinero no era importante, de que si lográbamos la excelencia en

nuestra educación, el dinero vendría por sí mismo. Mientras más conocíamos acerca del

poder del dinero, mayor era la distancia que nos separaba de nuestros profesores y

compañeros de clase.

Mi padre educado nunca me presionó acerca de las calificaciones. A menudo me

preguntaba por qué. Sin embargo, sí comenzamos a discutir sobre dinero. Para la época en

que yo tenía 16 años de edad, es probable que tuviera mejores conocimientos sobre el

dinero que mi madre o mi padre. Podía llevar libros contables, escuchaba a contadores

especializados en impuestos, abogados corporativos, banqueros, corredores de bienes

raíces, inversionistas, etcétera. Mi padre hablaba con maestros.

Un día, mi padre me estaba explicando por qué nuestra casa era nuestra inversión

más importante. Una discusión no muy placentera tuvo lugar entre nosotros cuando le

demostré por qué yo consideraba que una casa no era una buena inversión.

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