Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
64
_________________________________________________________________________________________________________________
ROBERT T. KIYOSAKI
propietario del burro puede ir a donde quiere ir, pero el burro está persiguiendo una
ilusión. Mañana sólo habrá otra zanahoria para el burro.
-¿Quieres decir que cuando comencé a imaginar un nuevo guante de béisbol,
dulces y juguetes, eso era como la zanahoria para el burro? preguntó Mike.
-Sí. Y conforme te haces más viejo, tus juguetes se vuelven más caros. Un nuevo
coche, un yate y una gran casa para impresionar a tus amigos -dijo mi padre rico con una
sonrisa-. El miedo te hace salir por la puerta y el deseo te llama. Te seduce para que te
acerques a las rocas. Ésa es la trampa.
-¿Entonces cuál es la respuesta? -preguntó Mike.
-Lo que intensifica el miedo y el deseo es la ignorancia. Ésa es la razón por la que
las personas con mucho dinero a menudo tienen más miedo conforme se hacen más ricas.
El dinero es la zanahoria, la ilusión. Si el burro pudiera ver la totalidad de la imagen,
posiblemente volvería a pensar la opción de perseguir la zanahoria.
Mi padre rico explicó a continuación que la vida humana es una lucha entre la
ignorancia y la iluminación.
Explicó que una vez que una persona deja de buscar información y conocimiento
de sí mismo, la ignorancia se apodera de ella. Esa lucha es una decisión momento a
momento: aprender para abrir o cerrar la propia mente.
-Mira, la escuela es muy, muy importante. Vas a la escuela a aprender una
habilidad o profesión y de esa manera convertirte en un miembro que aporte algo a la
sociedad. Cada cultura necesita maestros, doctores, artistas, cocineros, hombres de
negocios, oficiales de policía, bomberos, soldados. Las escuelas los capacitan con el fin
de que nuestra cultura crezca y florezca -dijo mi padre rico--. Desafortunadamente, para
muchas personas la escuela es el fin, no el principio.
Se produjo un largo silencio. Mi padre rico estaba sonriendo. Yo no comprendí
todo lo que dijo ese día. Pero como la mayoría de los grandes maestros, cuyas palabras
continúan enseñándonos durante años, a menudo mucho después de que se han ido, sus
palabras todavía me acompañan el día de hoy.